Capítulo 4
Cuando llegué al colegio al día siguiente Nico me estaba esperando en la puerta.
Sonrió al verme y me dio un abrazo.
- ¿Que tal estás? - Preguntó.
- Bien - Le respondí.h
Me acompañó hasta mi clase, me dio un beso y nos despedimos.
- Awwww - Dijeron Aelita, Emma y Lily en cuanto Nico se hubo ido.
- Ya, ya, ya... - Dije conteniendo una sonrisa.
- Así que se lo cuentas a Aelita y a nosotras no eh - dijo Emma con una sonrisa en los labios.
No contesté a mi amiga. En nuestro grupo de cuatro había dos grupos de dos: yo y A y Emma y Lily. Siempre fue así, y probablemente siempre lo sea.
Esa tarde quedé con Nico. Fuimos al cementerio.
Ese día me di cuenta de que Nico me daba todo lo que Ángel no me había dado.
Sus besos eran sinceros y me dejaban los labios con un agradable hormigueo que me mantenía despierta toda la noche.
Los días pasaron y llegaron las vacaciones de Navidad.
Nico se iba a Venecia para ver a sus abuelos y yo me quedaba con mi tío que había cogido las vacaciones un día antes que yo.
- Podemos celebrar una cena en Nochebuena e invitar a los abuelos. - sugirió mi tío tres días antes de Navidad.
-No soportas a los abuelos - digo con una sonrisa torcida - y ellos no te soportan a ti, ¿recuerdas?
Mi tío soltó una carcajada de felicidad pura, cosa que durante sus días de trabajo no ocurría.
- Ya, ya lo sé - dijo con una sonrisa.
- Igual, no quiero verles - contesté recordando la cena del año anterior.
Resulta que mis queridos abuelos, despues de casi 17 años decidieron reclamar mi custodia, uno de los muchos motivos por los que no se llevan bien con mi tío: no aceptó dársela. Así que ahora estamos pendientes de juicio, por que mis abuelos creen que lograrán quitarle la custodia a mi querido padrino. Lo que ellos no saben es que, al ser mayor de 16 años, ya puedo escoger con quien vivo, y creedme, en ningún momento me planteé siquiera una mudanza.
- Aunque tengamos algunas regañinas, siguen siendo tus abuelos, y deberías quererles... - soltó mientras salía del comedor para preparar la comida.
Me quedé pensando un rato. ¿Por qué iba yo a querer a esa gente? No los había visto más de unas diez veces al largo de mi vida, nunca me habían dado un regalo o una muestra de cariño. Ellos sólo venían aquí por mi cumpleaños, ponían mala cara durante la cena y luego se iban enfadados porque mi tío hizo algo que los "ofendió". Las ofensas para mis abuelos podían ser, como una vez pasó, que mi tío no tuviera cuatro tenedores idénticos.
- ¿Quieres que me vaya con ellos? - lo dije sin pensar, llevaba tiempo dándole vueltas. Aunque me había criado con Jack, él no era de mi familia, ¿por qué había de estar él pagando mis gastos y mis necesidades, cuando no era más que una ahijada?
- ¿Qué? - dijo horrorizado. Salió de la cocina y se sentó junto a mí en el sofá - que sea la última vez que te oigo decir eso. Eres como una hija para mí y esa gente es horrible. Hace ya años que te cuido por gusto y no porque crea debérselo a tu padre. - Lo soltó todo de un tirón, por lo que supe que era sincero. Sonrió con ternura ante mi cara de tranquilidad y me dio un abrazo.
- Te quiero tío - le dije desde el fondo de mi alma.
- Y yo a tí tesoro...
Una hora más tarde llegaron Aelita y su abuela (Encarna)
- Vamos - dijo Aelita antes de arrastrarme a mi habitación, tras hacer los saludos de rigor y que Doña Encarna se quedara hablando con mi tío. Se llevaban muy bien, creo que Encarna siempre consideró a mi tío como a un hijo perdido o algo así.

ESTÁS LEYENDO
Amor Verdadero
Teen FictionUna historia de amor con complicaciones adolescentes, engaños y un triángulo amoroso. Todos los personajes son míos, excepto el nombre del protagonista (Nico di Angelo) que pertenece a Rick Riordan, pero solo el nombre no la personalidad.