Amor Verdadero

772 34 3
                                    

Capítulo 5 

Cuando llegamos a mi habitación Aelita tenía una sonrisa de oreja a oreja. Antes de que empezara a hablar ya sabía lo que ella quería: saber cómo iba mi romance con Nico.

- ¿Y? - Preguntó con los ojos muy abiertos.

- Sigue en Venecia en casa de sus abuelos, viene la semana que viene... - dije con una sonrisa en el rostro.

- ¿Y has pensado en dar un paso más? - Aelita lo preguntó de forma inocente pero para mí eso no era nada fácil.

Con Ángel lo había hecho. Y no había sido agradable. Él era muchísimas cosas pero desde luego "considerado" no.

- No lo sé... - dije dubitativa - he tenido malas experiencias.

No tuve que decir nada más, ella ya lo sabía todo. Además ¿Cuanto tiempo llevaba saliendo con Nico? El 22 de Enero hará 4 meses ¿Es tiempo en una relación para dar un paso adelante? Yo creo que no. Pero Aelita tenía otros pensamientos.

- No seas boba... - me dijo dándome un codazo - ¿Sabes cual es la diferencia entre Nico y Ángelo? - negué con la cabeza - Nico te quiere - dijo mi amiga con sinceridad.

Esa noche no dormí. Y me enfada muchísimo no dormir. Me había quedado pensando en cómo era mi vida cuando salía con Ángel. Era feliz. Hasta que supe que me engañaba, quiero decir. Ángel me hacía subir la adrenalina cada vez que lo veía. No había amor en sus ojos, ni cariño en sus besos, pero daba emoción en mi vida. ¿Porqué estaba pensando en eso? Era feliz con Nico ¿No?

Ese día por la mañana mi tío me sorprendió con una agradable noticia.

- Hoy nos vamos de picnic - dijo con una sonrisa.

Él sabe que me encanta ir de picnic. Pero ese día no sólo era una sorpresa por ese motivo.

Cuando llegamos al bosque donde siempre hacíamos la merienda campestre vimos una silueta... Era Nico.

Corrí hacia sus brazos. ¡Había llegado una semana antes de lo previsto! Estaba tan feliz. Me rodeó con sus brazos en un tierno abrazo.

- Te he hechado de menos - me susurró.

- Y yo a ti, mi amor - le contesté al oído.

Me dio un tierno beso. Hasta ese momento no me había dado cuenta de cuanto lo había extrañado. Sus labios jugaron con los míos y luego nuestras lenguas se amoldaron la una a la otra como siempre hacían. Estuvimos así un largo rato hasta que mi tío tosió falsamente.

- Ejem, ejem,... - dijo con media sonrisa en el rostro.

Nico se puso rojo como un tomate y una mujer morena de piel olivácea, ojos marrones y unos rasgos muy similares a los de mi novio salió de entre los árboles con una amplia sonrisa.

- Con que esta es tu novia - dijo la madre de Nico con un marcado acento italiano. No la había visto nunca, pero no me cupo duda de que era ella. Era tal y como él me la había descrito.

Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora