Amor Verdadero

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Capítulo 10

Ni siquiera lo había pensado, es decir, lo había hablado un rato con Aelita, pero no pensé que el viaje fuera el momento. Cuando dije que sí iría ni siquiera le había dedicado más de dos minutos a la cuestión.

Miré fijamente a sus ojos oscuros. Estaba siendo sincero. No me había invitado con la intención de acostarse conmigo.

- Te creo - dije esbozando una sonrisa sincera.

Relajó los hombros que tenía en tensión y seguimos caminando. Vimos un banco y nos sentamos mirando para arriba.

Hacía calor para ser una noche de diciembre pero aún así estaba temblando de frío. Nico se quitó la chaqueta y me la puso en los hombros mientras me abrazada. Yo lo miré agradecida y correspondí a su abrazo.

- Te quiero - me susurró al oído.

Yo me quedé paralizada. Nunca me había dicho esas palabras un chico, a parte de mi tío, claro. Tenía la cabeza llena de dudas: ¿Estaba siendo sincero? ¿De verdad me quería? ¿Lo quería yo a él?

- Yo también te quiero - Me sorprendí a mí misma respondiendo.

Sentí que él sonreía mientras me daba un beso en la mejilla. Con ese gesto me convenció. Sí que lo quería.

¿Pero entonces por qué sigues pensando en Ángel? contestó una voz en mi cabeza. La ignoré por el momento, aun sabiendo que tarde o temprano la tendría que afrontar.

Me separé de él lentamente y Nico, poco después hizo lo mismo. Lo besé en los labios. Empezó siendo un beso tierno y dulce, pero pasados unos pocos segundos se había convertido en un beso apasionado. Nos separamos a por aire y me di cuenta de que me había puesto encima de él.

De repente me puse colorada sin razón y me bajé de su regazo. Él sonrió a modo de disculpa. Apoyé mi cabeza en su hombro y Nico pasó su brazo por mi cintura hasta que su mano quedó apoyada en mi cadera mientras reposaba su cabeza contra la mía.

Pasado un rato me apeteció volver a aquel momento en el que nos descontrolamos en un beso apasionado. Me recordó a aquellas noches en la cama con Ángel. Pasión, desenfreno. No era capaz de llevar una vida basada en esos momentos pero de vez en cuando tampoco estaba tan mal.

Sin previo aviso me solté de Nico y él se tensó. Era evidente que pensaba que se había pasado con la mano, que lentamente había bajado hasta mi culo.

Me subí encima de su regazo como lo habíamos estado antes y Nico me miró sorprendido. Yo sonreí con suficiencia.

Empecé a besarlo despacio, dejando que nuestros labios se acostumbraran al tacto. Fui abriendo mi boca poco a poco hasta que nuestras lenguas empezaron a tocarse. Primero suavemente, luego más rápido. Casi sin darme cuenta empecé a mover las caderas, casi por costumbre de cuando mi ex-novio y yo lo hacíamos en esa posición. Pero paré en cuanto me di cuenta.

Sólo nos separábamos por aire. Mis manos se enredaban en su cabello y las suyas recorrían mi espalda. Ya empezaba a sobrarme la chaqueta, y podía notar que a él estaba a punto de sobrarle toda la ropa.

A lo lejos oímos unas campanadas. La una menos cuarto. Teníamos que irnos. Cuando bajé del regazo de Nico pude notar algo duro, algo que no era el móvil, pero hice que no me daba cuenta.

Tanto Nico como yo seguíamos jadeando, pero nos pusimos en marcha, con las manos entrelazadas. Miraba al frente pero podía notar la mirada de mi novio clavada en mí. Estaba sorprendido, pero no estaba segura si para bien o para mal.

Llegamos a su patio delantero y aún quedaban cinco minutos. Decidí disculparme. Quizá había ido demasiado lejos.

- Oye yo... - dije notando mi cara roja de vergüenza.

No pude acabar la frase. Nico me besó dulcemente y mi tío salió por la puerta. Considerablemente más despeinado que cuando había entrado. Jack nos sonrió.

- Despídete ya es tarde - Me dijo con un guiño dirigiéndose al coche.

- Ciao bella! - dijo en perfecto italiano. Me dio un beso en la mejilla y estaba a punto de dirigirse a la puerta pero lo agarré del brazo y acerqué mi boca a su oreja.

- Lo vamos a pasar "demasiado genial" en Venecia - le susurré. Y me fui hacia el coche dejando a Nico con una sonrisa tonta y una mirada aturdida.

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