Capítulo 6
La verdad es que la madre de Nico era muy agradable y simpática. Se llama María.
- Nico me ha hablado muy bien de ti - dijo tras las presentaciones de rigor y sentarnos en la manta que mi tío había preparado para el picnic.
Me sonrojé apenas había acabado la frase, pero Nico estaba de un color rojo más fuerte incluso que el mío.
- Mamá… - susurró él en tono de protesta - ¿Non si può mettere in imbarazzo? - Nico le pidió a su madre que no le avergonzara en su idioma natal para que yo no me diese cuenta, para su desgracia había estudiado italiano el verano anterior.
Su madre rió de pura felicidad
- Se supone que tengo que avergonzarte - dirigió una mirada cómplice a mi tío – si no, no me comportaría como una verdadera madre.
María y mi tío Jack rieron a carcajadas. Nico y yo nos miramos cómo diciéndonos: ¿desde cuando llevarán hablando estos dos para comprenderse tan bien?
Pasamos toda la tarde riendo y hablando. Ante la mínima oportunidad María hacía que su hijo se pusiese colorado haciendo alguna mención a sus conversaciones privadas. Iban a dar las ocho menos cuarto en el reloj de una iglesia cercana cuando Jack intervino:
- Chicos nos iremos a las nueve - dijo dirigiéndose sobre todo a mí. - Podéis ir a dar una vuelta, os esperaremos junto al coche. - Mi tío giró la vista hacia Nico. - Ni se te ocurra tocarle un pelo a mi sobrina, ¿Queda claro? - dijo con tono amenazante.
Nico dió un respingo y contestó en un tono casi inaudible.
- Por supuesto, señor.
Cogí a Nico del brazo antes de que a mi tío le diese tiempo de decir alguna barbaridad de las suyas.
Nos adentramos en el bosque por un sendero. No tenía miedo a perderme, conocía ese bosque como a la palma de mi mano.
Atravesamos por el medio de los árboles para tener más intimidad y que nadie pudiera escucharnos. Oímos unos gemidos.
- ¿Que será eso? - dije un poco asustada.
- No creo que sea nada peligroso - dijo Nico señalando al punto de donde venía el ruido.
Empecé a andar en esa dirección pero Nico me detuvo.
- Has dicho que no era nada peligroso - le reproché en voz baja -, quiero ver que pasa.
Comencé a caminar de nuevo pero Nico me sostuvo la mano otra vez.
- Oye! - protesté esta vez más alto.
Los gemidos cesaron y una voz masculina preguntó a voz de grito: ¿Quien anda ahí?
- Por eso no podías ir - susurró Nico arrastrándome hacia otro lado del bosque, de nuevo hacia el sendero.
Cuando estuvimos lo suficientemente lejos me comencé a reír. Y un rato después también le entró la risa a Nico.
- Estaban haciéndolo y por mi culpa han tenido que parar - dije agarrándomela barriga y dejándome caer junto a un árbol - ¿Porqué no me lo dijiste? - dije todavía con una sonrisa en los labios.
- No me pareció adecuado decirte: Eh! No vayas en esa dirección que me parece que hay una pareja teniendo sexo! - Me contestó con una carcajada.
Estuvimos riéndo diez minutos seguidos. Parábamos, nos mirábamos a los ojos y volvíamos a estallar en carcajadas. Como solía hacer con Ángel antes de que lo dejáramos. Espera... ¿Porqué estaba pensando en Ángel?
- ¿Qué tal has pasado las vacaciones? - Me preguntó Nico con una sonrisa, sacándome de mis pensamientos.
Lo miré confundida. Le hice un resumen de mis aburridas vacaciones y le pregunté sobre las suyas. Me contó cosas fenomenales e impresionantes sobre Venecia.
- Pero te he hechado mucho de menos - terminó su relato. - Por eso le pregunté a mi madre si podríamos venir antes de tiempo. Por cierto me gustaría preguntarte una cosa muy importante...

ESTÁS LEYENDO
Amor Verdadero
Teen FictionUna historia de amor con complicaciones adolescentes, engaños y un triángulo amoroso. Todos los personajes son míos, excepto el nombre del protagonista (Nico di Angelo) que pertenece a Rick Riordan, pero solo el nombre no la personalidad.