Amor Verdadero

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Este es el capítulo final. La semana que viene les subiré el epílogo y el prólogo de una nueva novela que ya estoy empezando a hacer, se llamará La Protegida de Hera y va a ser un Fanfic de Nico di Angelo (Percy Jackson) espero que la lean también, muchas gracias por todo :3

Capítulo 25

Pasamos la noche fuera, aclarando nuestras ideas. Definitivamente el tiempo con su padre iba a hacer daño a Nico pero, ¿Qué podía hacer yo? ¿Hablar con su padre para que entrara en razón? No, no podía hacerlo. Pasó el resto de la semana y sólo faltaba un día para el decimosexto cumpleaños de Nico. Estaba plantándolo junto a María. Sería fantástico. Sóloesperaba que la fiesta le hiciera olvidar a Marco.

Pasó la fiesta sin incidentes y al viernes siguiente Nico se preparaba para ir a dormir a casa de Marco.

- ¿Vendrás a cenar? - preguntó desesperado.

- Sí. He hablado con mi tío y me deja quedarme a cenar y a dormir en su casa.

- Vale - dijo más relajado.

Llegamos a su casa a las nueve para cenar.

- Buenas noches - saludó Marco con una sonrisa lasciva.

Yo lo miré asqueada y Nico me puso detrás de él por instinto. El padre de Nico rio por la acción de su hijo y nos condujo a una pequeña sala de estar.

El pequeño apartamento constaba de cinco estancias: una cocina, dos habitaciones, un cuarto de baño y una sala de estar, desde donde había puertas a las otras estancias. No había pasillo y las puertas estaban abiertas, por lo que podíamos ver todo el piso desde la puerta de entrada.

En el diminuto salón había una televisión antigua, una butaca y un sillón de tres plazas. Nico me agarró la mano y me condujo hasta la butaca, donde nos sentamos un tanto apretados. El hombre nos sonreía desde el sofá.

- He encargado un poco de comida - dijo para romper el silencio -, la verdad es que la cocina no es uno de mis muchos talentos - añadió con un guiño a nuestra dirección.

Nico hizo una mueca y se levantó. Cogió su mochila y mi maleta y se puso frente a su padre.

- ¿Cuál es nuestra habitación? - Preguntó con tono frío.

- La segunda - contestó Marco señalando un cuarto oscuro con una ventana de madera cayéndose. Nico me hizo un gesto para que lo acompañara, y eso hice.

Cerré la puerta tras de mí e hice acopio de todas mis fuerzas para sentarme en la cama matrimonial. Nico estaba de pie junto a la ventana, probablemente preparando nuestra huida, aún con el equipaje en la mano.

- Nico... - empecé - Es un segundo piso.

Él se volvió hacia mí con media sonrisa y se dirigió a un pequeño armario para dejar nuestras maletas. Se sentó junto a mí en la cama e hizo una mueca al oír el chirrido de esta.

- No creo que vayamos a hacer nada hoy - comentó divertido.

Yo reí por su comentario. Me puse encima de su regazo, procurando no hacer mucho ruido con la cama. Él rio con ganas y me atrajo hacia sí para besarme. Me tiró en la cama con delicadeza y reímos a un tiempo cuando la cama emitió un desagradable ruido. Me besó y yo le pasé las manos por el cabello. Él rio contra mi piel. Hicimos crujir la cama unas cuantas veces más mientras jugábamos y dábamos vueltas. Hasta que oímos como de abría la puerta de nuestra habitación. Allí estaba Marco con una pizza en la mano y una sonrisa en sus labios.

- Si es por mí no paréis - nos dijo con media sonrisa. Dios, cómo se parecía a Nico cuando hacía eso.

Nico se levantó apresurado y me tendió la mano para incorporarme. Él seguía con la vista fija en su padre. Marco dio un paso y Nico se puso delante de mí. Su padre rio y nos guio hasta cocina. Comimos en silencio sobre la tambaleante mesa y, al cabo de media hora, Marco anunció que se iba a la cama. Nos dio un par de vasos de leche, nos guiñó un ojo y se retiró.

- ¿Por qué nos ha dado esto? - Preguntó mirando a los vasos de la mesita con desconfianza.

- A lo mejor contienen Rohipnol - dije en broma, para intentar disuadir la desconfianza que Nico sentía.

Nico me miró con confusión. Yo suspiré frustrada porque no supiera qué era aquella substancia.

- Es la droga de los violadores - expliqué -. Actúa entre 6 y 12 horas y después de que se pasen los efectos, tienes un lapso de memoria por ese tiempo. Es una droga des inhibidora. Elimina el miedo a las consecuencias - terminé la explicación y me giré a ver la expresión sombría de mi novio.

Puse los ojos en blanco y alargué la mano para coger el vaso de leche pero Nico me detuvo.

- ¿Sabes por qué mi padre estaba en prisión? - Negué con la cabeza - violó a tres chicas de dieciséis años.

Lo miré sorprendida y cogí el vaso de leche. Nico me miró con terror, pero no iba a bebérmelo.

- Lo llevaremos al hospital, a ver si lo pueden analizar y ver si hay algo más que leche aquí - dije para tranquilizarlo.

Asintió con la cabeza y nos fuimos a la cama, dejando la "leche" en la mesita de noche. Al día siguiente le pedimos un favor a mi tía, quien es enfermera, para que hiciera un análisis de sustancias en ambos vasos. Pasamos el día en el parque charlando y luego fuimos a casa de Marco para recoger mi maleta.

- ¿Hoy no te quedas a dormir, cielo? - Me preguntó con una sonrisa torcida. Nico me apartó como ya era costumbre y me volví a casa.

Pasó una semana y, obviamente, estábamos equivocados, no había restos de ninguna droga en los vasos de leche. Sí os digo la verdad no pasó nada interesante esa semana. Nada fuera de lo corriente. Sólo que nos queríamos cada vez más. Con el tiempo mis dudas producidas por Ángel se disiparon. De hecho mucho menos tiempo del que pensaba. Antes de las vacaciones de Pascua ya no sentía nostalgia al recordar mis días con él.

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