Jungkook estaba tirado en su cama, boca arriba. Miraba hacia el cielo raso, buscando formas en los nudos de la madera. Respiró profundo, era domingo y sus planes iniciales no iban más allá que mirar al techo. Era uno de esos días en los que no le daba la voluntad para levantarse al baño, siquiera. Estaba frío, el clima no alentaba a hacer mucho tampoco.
Estaba acostado en medio del desorden de su cuarto, siendo consumido por él. Se sentía como un mueble más en la habitación
De pronto le llegó una notificación al celular, haciendo que se encienda la pantalla. Desganado, se fijó de quién se trataba. Su semblante cambió por completo a uno más animado al notar que se trataba de Jimin. Era un mensaje en el que lo invitaba a dar un paseo por el centro de la ciudad. Jungkook hizo una mueca frunciendo sus labios: no tenía ganas de salir de su casa, no quería obligarse a salir. Antes de que pudiera contestarle nada, Jimin volvió a escribirle diciendo que si no quería salir de la casa él iba hasta ahí, que quería verlo sin importar qué. Sin pensarlo dos veces, aceptó. Tenía muchas ganas de ver a Jimin.
Entonces fue que se dió cuenta de que si Jimin venía tendría que ordenar su habitación. Miró alrededor, todo era un completo desastre. Se levantó de la cama de golpe, tenía que apurarse si no quería espantar a Jimin con su desorden .
Lo primero que hizo fue meter toda su ropa sucia, manchada de sangre, dentro del ropero. No la dobló, solo la empujó hasta que entró toda y cerró la puerta.
Luego bajó hasta la cocina en busca de una escoba, volvió a su cuarto y sacó todas las telarañas que había en las esquinas de las paredes contra el techo.
Sacudió las sábanas y tendió su cama.
Llevó todas las medias sucias al baño y las puso a lavar.
Abrió las cortinas para que entrara luz y barrió el suelo.
Lo último que hizo fue prender la calefacción de la casa para que el ambiente fuera más cálido para cuando Jimin llegara.Miró a su alrededor, satisfecho, casi parecía que no tenía depresión. Rió ante esa idea.
Minutos más tarde, sonó el timbre de la casa anunciando que Jimin había llegado.
Bajó a abrirle la puerta. Se encontró con un sonriente pelirrosa cargando una bolsa de papas fritas y un refresco. Jungkook soltó una sutil sonrisa y se inclinó a darle un corto beso en los labios en forma de saludo.—Pasa —dijo haciéndose a un lado.
—Qué calentito está aquí adentro —dijo Jimn sacándose su abrigo.
—Es por la calefacción —le explicó cerrando la puerta detrás de él.
Jungkook invitó al más bajo a subir a su habitación, el chico aceptó.
La habitación de Jungkook olía a jabón y estaba limpia. Jimin se sentó en la cama mirando alrededor, era la primera vez que estaba allí.
—Tu habitación es bastante grande —observó Jimin.
Jungkook prendió el televisor y abrió Netflix.
—Más de lo necesario —Se sentó a su lado con el control en la mano—. ¿Qué quieres ver?
Jimin lo pensó unos segundos.
—¿Te viste "La maldición de Hill House"? —preguntó al ver la portada en la lista personal de Jungkook.
—Es de terror —le advirtió Jungkook.
—¿No lo hace más emocionante? —rió divertido.
Jungkook lo miró con una sonrisa en los labios. No pudo evitar fantasear con Jimin saltando del miedo entre sus brazos. Le encantó la idea.
—Necesitamos una manta —habló Jimin.
—Hay en el armario —dijo al tiempo en que ponía la serie en la televisión, sin prestar mucha atención.
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I'm Fine [JiKookMin]
FanfictionSabes que estás jodido cuando lloras por un par de tazas vacías en la mesa, o por una caricia. La niñez no fue la mejor etapa para Jungkook, su adolescencia tampoco. Jimin llega a su vida para ser el rayito de Sol que le dé calor en el más crudo in...