XVI • N̲o̲v̲i̲o̲

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Si sufrir fuera solo sufrir, todo sería más fácil. Si no significara fallar, si no significara herir a quienes amas... tal vez sería más sencillo. Porque no hay peor miedo que acercarte a una hermosa rosa en flor y que tu aura maldita la marchite, que sepas que tú le quitaste la vida con tu oscuridad y que no tiene remedio. Porque absorbes todo el veneno de la existencia como una esponja y, cuando esta se llena, salpica. Y lo menos que quieres es derramarte sobre alguien que no tiene la culpa de tu sufrimiento y que, tal vez, también sufra.
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Tocó el timbre que anunciaba el recreo.

Jungkook se levantó de su asiento como si un resorte lo hubiese expulsado. Estaba ansioso por hablar con Jimin.

—Jeon —le habló su profesor cuando alcanzó la puerta del salón. Jungkook puso sus ojos en blanco, ¿qué papeleo tenía que hacer para que dejaran de llamarlo por su apellido?

—¿Sí? —dijo dando media vuelta en dirección al hombre.

—Esta vez lo dejé pasar, pero no crea que toleraré cualquier tipo de violencia de su parte —Se quitó los lentes, empañó los cristales con su aliento y los limpió con el borde de su camisa, se los volvió a poner—. El liceo no es un ring de pelea.

—Pero ellos empezaron —se defendió Jungkook.

—Fueron solo palabras.

Jungkook chasqueó su lengua y siguió su camino hacia afuera del salón.

—Deberían agradecer que fueron solo palabras —dijo entre dientes en un volumen bajo que solo él pudo escuchar.

Optó por alejar cualquier pensamiento negativo de su mente, estaba en camino a su encuentro con Jimin: quería pensar que solo emociones positivas se apoderaban de su cerebro cuando se trataba de él.

Se encontraron en el pasillo, Jungkook de camino al salón de Jimin y viceversa. Se miraron a los ojos, se sonrieron.

—¿Quieres subir al techo? —le preguntó Jungkook.

Jimin asintió con la cabeza. Subieron las escaleras a paso rápido, querían aprovechar el mayor tiempo posible del recreo, Entraron al salón que tenía la ventana con salida al techo. Jimin fue el primero en salir por la ventana, Jungkook lo siguió.

Se sentaron contra la pared. Una leve brisa les desordenaba el flequillo. El Sol del mediodía se mantenía bajo por ser invierno, pero de todas formas les proporcionaba un disfrutable calor en sus rostros.

Jimin cerró los ojos y suspiró profundo, bajo la mirada de Jungkook. Jungkook analizó su rostro por unos momentos e hizo lo mismo, llenó sus pulmones con aire fresco.

—¿Te gustan las alturas? —preguntó Jimin aún con los ojos cerrados.

Jungkook se encogió de hombros.

—Son solitarias —asintió—, tranquilas.

—Eso es verdad —Jimin apoyó su cabeza en el hombro derecho de Jungkook.

El silencio se apoderó del momento. Sabían que tenían cosas para decirse, no sabían cómo decirlas.

—Lo del baño... —empezó a decir Jungkook.

—¿Sí? —Jimin abrió sus ojos.

—Hace mucho tiempo que no me corto —Jugaba con los bordes de las mangas de su uniforme al hablar, diciendo medias verdades.

Jimin posó su mano sobre las de Jungkook, haciendo que el chico se calmara.

—¿Y paraste de autolesionarte o descubriste otras maneras? —preguntó, dando justo en la herida.

I'm Fine [JiKookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora