Autolesión es el hecho de entender que eres merecedor de dolor y ejercerlo a voluntad. Y no te importa un pepino si la navaja con la que te vas a abrir una herida está oxidada o sucia ─cuando incluso al darle la inyección letal a los penados de muerte se les pone alcohol antes de pincharles─, no te importa cuantas horas estuviste sin tomar agua ni cuidarte a la hora de tener sexo. Cuando te autolesionas, todos los peligros carecen de importancia.
Hay quienes dicen que se lastiman para castigarse, hay quienes dicen que lo hacen para sentir algo. Siempre es una razón diferente y está en todas partes, desde un raspón hasta no pedir ayuda cuando sabes que la necesitas. Sobreexigirse, abusar del alcohol, dejar de hablarle a quienes están siempre para ti... todo eso es autolesión.
Y no importa cuánta vergüenza sientas, siempre te va a seducir el dolor intencional y voluntario.
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Era lunes y estaba frío y llovía y le dolía la pierna; tenía todas las escusas que necesitaba para no levantarse de la cama. Lo que lo motivó fue el pensamiento de que Jimin tendría que ir al liceo caminando bajo la lluvia y él tenía auto, podía recogerlo en el camino. Entonces se levantó.
Miró el pantalón de jean con el que se había dormido, tenía una mancha de sangre a la altura del muslo. El pantalón estaba arruinado. Suspiró con pesadez y se lo quitó. Le dolió, la tela se había pegado a la piel. Lo tiró hacia una esquina del cuarto en la que había una silla llena de ropa que también estaba manchada.
Se metió al vestidor para sacar su uniforme, lo llevó al baño, se dio una ducha. La pierna le ardía cuando pasaba el agua caliente, pensó en que se lo merecía por haberse hecho daño. Otra vez se sentía estúpido.Una vez que estuvo vestido y con el pelo seco, bajó a desayunar.
Estaba solo. No había nada hecho pero tenía té, así que desayunó eso, no necesitaba nada más para pasar su pastilla antidepresiva.Sí quería alcanzar a Jimin, tenía que salir temprano porque él nunca llegaba tarde. Se colgó su mochila al hombro y salió afuera. La lluvia le volvió a mojar el pelo y parte del uniforme, trotó hasta el portón. El chofer esperaba afuera, dentro del auto, le abrió la puerta trasera.
─Es temprano ─se extrañó el señor.
─Tenemos otra parada antes de ir al liceo, vamos a buscar a un amigo ─dijo cerrando la puerta y acomodándose en el asiento, no se puso el cinturón de seguridad.
El chofer sonrió.
─¿El chico de pelo rosado? ─le habló mirando por el espejo retrovisor.
─Jimin ─le corrigió.
Jungkook le indicó el camino, recordaba la dirección, no podría olvidarlo. El chofer tocó bocina. Para la suerte del chico, Jimin salió por la puerta de su casa. Trotó hasta el auto, Jungkook le abrió la puerta para que se sentara al lado suyo.
─¿Así que ahora también tengo taxi? ─rio mientras se ponía el cinturón de seguridad.
A Jungkook no dejaba de impresionarle la forma en la que Jimin lograba ver la vida de una forma tan alegre. "Que bueno que llueva, así se riegan las plantas", le dijo, cuando él solo era capaz de ver que tendría que esquivar charcos para no mojarse las medias. Era como una especie de don que Jungkook envidiaba.
Por unos segundos, cuando estaba a su lado, sentía que parte de esa positividad se le pegaba, que se contagiaba de entusiasmo. Junto a él, sonreía, nadaba en serotonina.
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I'm Fine [JiKookMin]
FanfictionSabes que estás jodido cuando lloras por un par de tazas vacías en la mesa, o por una caricia. La niñez no fue la mejor etapa para Jungkook, su adolescencia tampoco. Jimin llega a su vida para ser el rayito de Sol que le dé calor en el más crudo in...