I'm Fine [JiKookMin]

XV • C̲i̲c̲a̲t̲r̲i̲c̲e̲s̲

Las bolas de papel volaban de punta a punta del salón de clases. La profesora de filosofía se estaba tardando en llegar y los estudiantes aprovechaban para juntarse en grupos a charlar.
Jimin, que no había hecho la tarea, decidió usar el tiempo para copiar los resúmenes de la cuadernola de Taeyeon. Fue bastante sencillo, solo tuvo que escribir las cosas usando sinónimos para que no sea notorio que había copiado. Estaba resaltando los títulos con una lapicera cuando sintió que alguien le tocó el hombro.

—Jimin —era Taeyeon, preocupada, seguida de un grupo de chicas—, tú conoces al chico de primero, ¿verdad?

Jimin pensó por unos segundos.

—¿A Jungkook? ¿Siguen hablando de él?

—Escuché que en su liceo anterior lo encontraron cortándose en el baño, ¿es verdad? —le preguntó una chica, curiosa, en un tonito específico que no le gustó para nada.

Jimin se mostró extrañado.

—¿Dónde escuchaste eso? Jungkook no hace esas cosas —se estaba poniendo nervioso.

—Una amiga que va a ese liceo me lo contó, después de que yo le contara lo de la pelea —se explicó la chica—. Me dijo que tuvieron que llamar a los médicos y todo.

—Eso son puro pavadas —negó Jimin.

—No lo sé, nunca lo he visto de manga corta —dijo ella, encogiéndose de hombros.

En eso llegó la profesora. Todos fueron a sus respectivos asientos, Jimin le devolvió la cuadernola a Taeyeon sin que la profesora lo viera.

Jimin sentía que la cabeza le explotaría. Quería girar las manecillas del reloj que había sobre el pizarrón, a ver si el timbre del recreo sonaba antes, quería viajar en el tiempo para terminar lo antes posible con la incertidumbre. Cada segundo se sentía como si estuviera aguantando la respiración. Estaba inquieto, no podía concentrarse en la clase. Todo lo que pasaba por su mente era Jungkook, Jungkook y más Jungkook.
Sabía que el chico tenía unos cuantos conflictos, pero nunca hubiese imaginado que se hacía daño a sí mismo. Esto tenía que hablarlo con él, no cabía duda.

—Hoy vamos a hablar del cuerpo máquina y el dualismo —habló la profesora—, ¿alguien puede explicarme a grandes rasgos de qué se trata?

La pierna de Jimin repicaba sin cesar mientras que golpeaba la hoja de su cuaderno con la lapicera, dejando unos cuantos puntitos y rayitas de tinta. Su mirada estaba fija en el reloj como si su vida dependiera de ver cómo la flecha, que marcaba las ocho, subía lentamente hasta marcar las once.

—Park —le llamó la atención la profesora. Jimin fijó su mirada en ella— ¿Necesita ir al baño?

Encontró así una excusa para salir del salón. Se levantó de su asiento haciendo que la silla se arrastrara en el suelo.

—Sí, gracias —dijo yéndose del aula antes de que la profesora pudiera decirle nada.

En cuanto estuvo afuera, empezó a caminar por los pasillos. Miraba por las ventanas de los salones para encontrar la clase de Jungkook. En cuanto dio con él, tocó la puerta del salón. Un hombre canoso, de cejas pobladas y lentes gruesos, fue el que le abrió la puerta.

—¿Sí? —preguntó como si no tuviera alma.

—¿Puede Jungkook salir de clase un momento? Es importante.

—¿Quién? —dijo en el mismo tono monótono.

—Jeon.

El hombre giró sobre sus talones y miró a sus estudiantes.

—Jeon, te necesitan afuera.

El chico tenía una expresión de confusión en el rostro, la cual cambió en cuanto vio a Jimin. Sonrió. Jimin se apresuró a tomarlo de la mano, cinchó de su brazo para atraerlo hacia él. El profesor cerró la puerta y siguió con su clase. Jimin empezó a caminar tirando de Jungkook.