SEMPITERNO ||Sebastian Stan||

019 ☕

Mal dia.

Todos hemos tenido malos días. De esos en los que el universo esta totalmente en tu contra. Todo te sale absolutamente al contrario de lo que deseas. Y... eso era algo que me ocurria muy seguido.
Quisiera decir que ya estaba acostumbrada. Pero no. Odiaba estos dias, tanto como ellos me odiaban a mi.

¿Por qué hoy fue un mal dia? Todo comenzaba desde ayer, dónde despues de casi salir corriendo de la cafetería con mi amiga. Por error o por distracción olvidé mi libro favorito en la silla junto a la cual estaba sentada.

No me había dado cuenta hasta muy entrada la noche, cuando lo busqué no estaba en mi bolso, tampoco en mi escritorio ni debajo de la cama... No estaba. Me torturé la noche entera pensando en las posibilidades, dormí solo un par de horas y ahora estaba en estado deprimente, física y mentalmente.

Llegué mucho más temprano a la cafetería. Podria decir que solo dos minutos despues de que abrieran. Directamente corrí a hablar con una de las personas que atendía el lugar. Éste era el único lugar en el que recaian mis esperanzas de encontrarlo.

Para mi mala suerte quien me atendió el día anterior me aseguró que no habia encontrado nada, ni sobre la mesa ni en ninguna de las sillas.

¿Que haría ahora? Al llegar a casa probablemente lloraría diez minutos o más pero ahora, en este momentos yo...

Quizás esto era una venganza de parte del universo, por haberme reido de esa tipa el anterior dia ¿verdad?

Si. Seguro era eso. ¡eso me pasa por reirme de cosas que no me incumben!

Me deje caer pesadamente sobre mi silla habitual, estaba cansada por no poder descansar la noche anterior pensando en mi pobre libro. Realmente lo quería ahora... ¿En las garras de quien estaría? Talvez de una criatura que lo lanzó a la basura o lo destrozó sacando hoja por hoja y lanzándolo al fuego.

De solo pensarlo un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sacudí la cabeza intentando no dramatizar mas mi situación.

-Lamento lo del libro señorita -dijo quién me servía el café diariamente.

-Esta bien... -contesté, me di cuenta que sobre mi mesa relucia un cupcake era de vainilla, yo odiaba la vainilla- Disculpa no ordené esto.

-Es cortesía de la casa -respondió con una pequeña sonrisa.

-Gracias -dije. Que amables personas. Esto sumaba un pequeño punto positivo a mi dia. Solo un pequeño. Seguia teniendo 99 puntos en mi contra.

Empujé la taza y el cupcake un poquito lejos de mi, lo suficiente para cruzar los brazos sobre la mesa y hundí mi cara entre ellos. Queria darme varios golpes contra la mesa pero me abstuve de hacer una escena.

-¿Por qué la vida me odia de esta manera? ¿Que acaso el universo no puede fastidiar a alguien más malvado? me pregunté a mi misma con voz frustrada- debí quedarme en la cama dormida todo el dia... Si. eso debí haber hecho. Pero no. No, claro la simpática señorita tenía que estar aquí, plantandole cara a la mala suerte. Ahora estoy aqui, sin rastro de esperanzas de encontrar mi libro, con sueño y un cupcake de vainilla al lado... Vainilla.

Escuché una risita. Mi frustración aumentó. Y sin levantar la cabeza seguí con mis lamentos en voz alta.

-Y ahora el universo se ríe de mi. Estupendo.

Alguien se aclaró la garganta. ¿Acaso venian a molestarme ahora?

-No soy el universo pero tengo algo que es tuyo -Su voz.

Levanté la cabeza.
Él estaba frente a mì. Me sonrió con tranquilidad, retiró la silla y tomó asiento.

¿Él... escuchó todo?
Podria jurar que si, todo. Mi escena dramática, mis lamentos..

-¿No te molesta que ocupe el lugar cierto? -preguntó.

Me aclaré la garganta esforzándome por volver a la realidad.

-Claro, claro que no.

-Lamento interrumpir tu discusión existencial ¿contigo misma?... -hablo de manera divertida, con esa cálida sonrisa en su rostro. Solté un pequeña risita para tragarme la vergüenza que sentía, Él continuo- pero creo que ésto, es tuyo.

Entonces, como si todo ocurriera en cámara lenta, deposito sobre la mesa con cuidado el libro que minutos atras dí por perdido para siempre.

Una sensación de alegria y calma me inundó por completo. Tomé el libro y lo abraze sin pensarlo dos veces, no me importo que dirán o si pensaban que estoy loca. ¡Por favor era mi libro favorito y habia estado alejada de el por veinticuatro horas! Ya comenzaba a despedirme de el y volvió a mis manos.

-Oh, vaya... Pensé que estaría en las manos de un ser malvado que lo habia arrojado a la basura o lo torturaria sacandoles las hojas, una por una -dije sin pensarlo demasiado. pase mi mano por la cubierta disfrutando de su ya conocido tacto.

Él rio ante mi comentario, fue entonces cuando levante la vista y me tope de lleno con su mirada, tan cerca...

-Gracias... -dije, pero no sabia como completar la oración. No sabía su nombre. Él pareció comprenderlo.

-Sebastian.

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Editado y corregido 😍.
Y aun asi, wattpad me sigue cambiando los guiones largos por los cortos, las veces que sea.
Lo siento:(