008 ☕

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Aun podía recordar su mirada. Una mirada un poco divertida y un poco curiosa, cuando se me ocurrió hacer toda esa escena el dia anterior. Solo a mi se me ocurre desquitar mi frustración con un inocente libro en un lugar lleno de gente.
Pero fue un impulso. Un impulso que en el fondo... Muy en el fondo, tenia que agradecerlo.

Un dia más, sobre la acera respiré profundo y empuje la puerta.
Pedí una bebida y me senté en el mismo lugar de siempre. Saque el mismo libro que leía el dia anterior contemple un momento la portada y lo hice dar una vuelta sobre la mesa. Este pequeño libro y mi repentino ataque de furia habian sido los causantes de que ayer por segundos habia deseado que me tragara la tierra.

Despues de la escena que cause ayer donde por unos segundos su mirada se dirigió completamente hacia mi, senti como por primera vez dejaba de ser invisible por unos momento. La idea me gustaba, pero tambien me aterraba ¿Que habia pensando él? Una chica loca, rara que se enoja con un libro y lo golpea contra la mesa... Si, seguramente algo asi.

Una humeante taza fue depositada frente a mi, le di la gracias con una pequeña sonrisa y me dispuse a mirar por la ventana distraídamente. No podria leer, eso estaba claro, mi mente daba vueltas alrededor de una sola persona y nada más podria capturar mi atención, solo él.

La campanilla volvió a sonar, esta vez no dirigí mi mirada hacia el lugar. Pero cuando la silla de la mesa de al lado dio un pequeño chillido por un segundo me permití verlo de nuevo. Hoy llevaba gafas de sol puestas. Me sentí un poco decepcionada ya que ayer habia comprobado que sus ojos era azules, mi color favorito.

Parecía cansado aunque eran apenas las primeras horas de la mañana. Pidió lo mismo de siempre y tomó su celular, lo notaba un poco diferente y serio.

Hice una mueca y me centré en mi taza, dándole un pequeño sorbo. En el transcurso de estos ultimos dias me habia dado cuenta que su mirada, sus ojos eran como un proyectil que te llevaba al cielo en tan solo unos segundos, pero luego, cuando se alejaba, te sentías caer para luego estrellarte contra la realidad de que esa mirada no era para ti.

SEMPITERNO ||Sebastian Stan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora