018 ☕

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A decir verdad sentia algo de culpa por lo del dia anterior.
No podia olvidar la cara de ambos y en cierta forma me sentia un poco mal, bueno solo un poco.

La buena noticia hoy solo tendria que enforcarme en trabajar en el nuevo proyecto con una compañera. Esa era la razón por la cual ella atravesaba la puerta justo en este momento.

Quedamos en reunirnos en este sitio... No era muy fan de la idea porque no queria toparme con ellos, al menos unos cuantos dias. Pero ocultarme, era lo ultimo que quería hacer.

Ademas tampoco tardaríamos tanto ¿no?

Todo iba excelente hasta que ella decidió pedir un batido.

Le seguí el juego veinte minutos, sabia muy bien que él llegarían en cualquier comentó y la verdad que no estaba de ánimos para verlo acompañado.

Anotaba las ideas que Jess tenia, mientras que por la puerta cruzaba él con uno de sus amigos. Sonreí, al menos vino con alguien que me caía remotamente bien. Borré esos pensamientos de mi cabeza y centré mi atención en la libreta que tenía abajo.
Lo cual solo duró unos escasos minutos.

Olvidándo a todas las personas alrededor y olvidando los problemas que habia tenido con él, ignorando el hecho de que solo cruzamos palabra una vez. Él seguía teniendo ese efecto profundo en mi.
Algunas veces queria arrancarlo de mí y olvidarlo, hacer como si nada hubiese pasado. Pero no era como si simplemente pudiera hacerlo. Aunque pensará que llegaria el dia en que él no volviera a la cafetería o yo dejaría de hacerlo tambien, sabia con certeza que esa sonrisa seguiría apareciendo en mi rostro cada vez que lo recordará a él. No cambiaría aunque pasarán los dias, semanas y años. Y a decir verdad, me gustaba pensarlo de aquella forma.

Sentí a mi amiga llamarme y luego pasar su mano frente a mi rostro. Pestañee y la miré.

—Estoy de acuerdo —solté esperando que no notara que no estaba prestando atención.

—¿Qué? —preguntó ella frunciendo el ceño y volteando a ver a la mesa que se encontraba a sus espaldas, sin disimular ni un poco. Medio segundo después ya estaba mirándome a mí con una cara de diversión.

—¿Qué? —pregunté, intentando actuar normal. Baje la vista dando golpecitos al papel con el bolígrafo.

—Asi que... Por eso no me prestabas atención —me acusó, levantando una ceja.

Solté una risita.

—No sé de que hablas. —intenté defenderme pero ya no funcionaría.

Aunque evité mirarla, podia sentir esa mirada acusatoria de «te atrapé» que me estaba lanzando. Ya sabía la clase de interrogatorio que seguía asi que mejor era intentar salir de ese lugar por el momento.

—Creo que ya es hora de irnos Jess —cerré la libreta levantándome.

—¿Desde cuándo lo conoces? —preguntó casi susurrando. Y digo casi porque estoy segura que lo dijo con tanta emoción que podia oírse hasta la otra esquina de la cafeteria.

No respondí y decidí quedarme callada para que no siguiera preguntando. Metí torpemente mis cosas al bolso y la tomé por el brazo rápidamente, jalandola hacia la salida.

—Vamonos.

—Espera —se quejó— no seas aguafiestas.

Pero gracias al cielo, ya habiamos llegado a la puerta.

Continúe caminando colocándome el bolso en el hombro.

—¿Cual es su nombre? —preguntó llegando a mi lado.

—Lo repetiré una vez mas, no sé de que hablas. —intenté zanjar el tema. Ella se acercó dándome un leve empujón con diversión.

—Sabes de quien hablo —dijo con voz alegre— El guapo chico que no dejabas de mirar ahí dentro.

Sentí como el calor se subia a todo mi rostro y maldeci para mis adentros.

—Eso no es... —intenté negar pero ya de nada serviría ¿verdad?

—¿Su nombre? —insistió en saber— ¿desde cuando lo conoces?

—No sé cual es su nombre —frustrada, me di por vencida— jamás he hablado con él.

—Oh vamos. Dime, no se lo diré a nadie.

—En serio no sé su nombre. Y no estoy interesada en saberlo.

—Ajá ¿Por eso lo mirabas como si el o
xígeno dependiera de él?

Abrí la boca para protestar pero decidí no darme mas importancia ni alas para seguir discutiendo.

Y ahí se iba parte del valioso secreto. O bueno solamente la mitad. Ya que sí habia hablado con él solo una vez cuando el golpe con la puerta estaba de por medio. Pero estaba segura que aquello ya se había borrado de su memoria. No era como si fuese un valioso recordatorio para ambos...

SEMPITERNO ||Sebastian Stan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora