022☕

3.2K 350 38
                                    

¿Conoces ese sentimiento cuando te encuentras tan feliz, con una sonrisa en tu rostro. Y no lo puede cambiar,  nada ni nadie? Porque simplemente al recordarlo la sonrisa te sale asi como asi.

Es como un toque de magia.

Estas encantada pues sientes que puedes con todo.
De pronto ya no te preocupa que este frío. No importa que el dia este gris o tampoco importa que hubieras tenido una noche fatal de insomnio.

Porque todo parece menos pesado cuando te cruzas con la persona correcta. Aquella persona con la que no te cansas de hablar. Cuando estas cerca de esa persona todas las malas energías que te rodean desaparecen. Y te hace ver las cosas de un modo diferente. Esa clase de persona se cruza solo una vez por tu vida. Sebastian era una de ellas.

Tal era mi alegria que recien me daba cuenta que empezaba a llover. Las gotas eran todavia pequeñas pero el cielo estaba cubriéndose de nubes negras. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Intente no darle mucha importancia quizas solo era por el leve frio de ese dia.

Entre a la cafetería con una sonrisa llena de optimismo.
Era simple impresión mia o todo estaba mejorado?

A mi parecer todo tenia un color mas radiante, aunque afuera el cielo estuviera totalmente gris.
Pero nunca falta la parte negativa que te dice que aquello no podia ser real que todo marchara tan bien, como si no pudieras creertelo.
Esa vocesita que parece programada especialmente para sabotearte tu felicidad.
Yo la odiaba.

El movimiento de una mano frente a mi fue lo que hizo que dejará de prestar atención a esos malos pensamientos. Pestañee y eleve la vista.
Sebastian.

—Hola —saludo con ese tono de voz alegre. Tan caracteristo de él. Tomó asiento frente a mi como lo  habia estado haciendo estos ultimos dias— ¿estas conmigo? Parecias estar en otro mundo.

Reí por lo bajo al escuchar sus palabras.

—Si... Bueno, solo pensaba —me pase una mano por el pelo. Un camarero llego a pedir la orden de él. Mientras podia ver por la ventana que comenzaba a llover con mayor fuerza. Agradeci inmensamente no haber tenido planes importantes ese dia.

—Eso es muy típico de ti —dijo divertido cuando el camarero se fue. Sabia porque lo decia. Algunas cinco veces o más me había atrapado mirando por la ventana, pensando tan profundamente en cosas (Por no decir en él) que no me percaté que él llegaba en ese momento.

—¿Que haces aqui? —intenté cambiar de tema— ¿No deberias estar en un avión en este mismo momento?

El dia de ayer él me habia dicho que tendria un viaje hoy por la mañana. Saldría por todo el fin se semana con sus amigos.

Sebastian se encogió de hombros sin preocupación y respondió:

—De hecho sí. Pero el vuelo se canceló. —se cruzo de brazos y se apoyo en el respaldo de la silla.

Intentó quitarle hierro al asunto. Otro  escalofrío me hizo removerme incómoda en mi lugar, cuando un relampago asomó por la ventana. No me gustaban las tormentas.

—Siento escuchar eso —hice una mueca y tome un pequeño sorbo de mi café. Mientras que el suyo era puesto delante de él— ¿Qué harás ahora?

Negó con la cabeza y tomó la taza entre sus manos.

—No tengo ni idea. —hizo una pequeña pausa— cuando volvía a mi departamento ví la hora y suspuse que estarías aqui. No me equivoque.

Sonrei al escuchar aquello. Abri la boca para decir algo pero no logre articular una palabra. Un fuerte trueno hizo que soltará un pequeño grito de terror.
Y no fui la unica, otra chicas que se encontraban dentro reaccionaron de la misma manera.

—Maldición, casi se me detiene el corazon —me quejé. Habia derramado un poco de cafe sobre la mesa. A causa del susto.

—No pasa nada —habló Sebastian ayudándome a colocar servilletas sobre la mesa— creo que el pronóstico no estuvo equivocado del todo para el dia de hoy.

—No, esta vez no... —otro trueno hizo que cerrara los ojos— ¡Jesucristo!

Okay. Esto se estaba saliendo de control. Por poco y me levanto de la silla para pedirle a alguien que hiciera callar los truenos...okay...
Generalmente suelo ser valiente. Pero contra algo no puedo; las tormentas y truenos me aterran en verdad.

La lluvia comenzó a caer con mayor fuerza en cuestión de minutos. Comenzaba a ponerme nerviosa. Mas nerviosa de lo que ya estaba.

—Esto no me gusta —dije sin poder ocultar el temor en mi voz.

—Pasará en unos minutos, tranquila —trató de tranquilizarme girandose a ver por la ventana unos segundos— solo es una pequeña tormenta.

Un gran relámpago hizo que la ventana destellara de una luz blanca y como yo estaba de frente a la ventana lo ví en primer plano.

—Okay... Pequeña tormenta. -susurre apenas— Debo ir a casa... -me levanté sin siquiera pensarlo.

—¿Qué? —escuché preguntar a Sebastian pero mis pasos me guiaban directo a la puerta.

Cuando estuve a punto de tomar la manija alguien lo evitó tomándome de la mano. Giré la cabeza sin duda era Sebastian.

—No puedes salir alli afuera —hizo un gesto con la cabeza hacia la puerta.

—Lo sé pero... —me detuve. Y miré hacia la puerta. Respire profundo y entonces me dí cuenta que todo el mundo en la cafeteria nos estaba mirando.

—Ven —me jaló de la mano suavemente hacia adentro— vamos a tomar algo, hasta que la tormenta pase.

Me mordí el labio nerviosa pero no me opuse. Él me guió de nuevo a la mesa en la que estábamos.

—Creo que mejor cambiamos de lugares —señaló. Me di cuenta al instante del por que lo decía; para que yo no viera la lluvia por la ventana. A parte de lindo era atento.
Quizás estaria una hora o dos atrapada aqui dentro por la tormenta, pero la parte buena de todo esto es que... Estaría con él.




~~~~~~~~~~
Capítulo largoo. ^^

SEMPITERNO ||Sebastian Stan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora