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Pronto los 10 minutos se cumplieron, y nada daba señales de que nos fueran a sacar pronto de aquí. Y mientras más tiempo pasaba, más grande se hace la tensión entre ambos, pues ya arreglamos las cosas y ya no hay nada que se interponga en nuestros caminos.

Con ayuda de Alex, que me levantó por la cintura, pude abrir un poco la ventila del techo con la punta de mis dedos y mucho esfuerzo, así que tenemos aire no mucho que digamos pero si bastante para no sudar como cerdos para después sofocarnos por el calor de un desconocido tiempo encerrados.

Poco a poco nos fuimos acercando, yo trataba de evitarlo, pero es que él me atrae demasiado. Literalmente. Hasta que eventualmente, lo que se venía viendo inevitable pasó.

Nos besamos. Sabíamos que no deberíamos, pues no sabíamos cuando nos sacarían y podía ser realmente en cualquier momento. Sorprendiéndonos en medio de algo.

Intenté parar, pero es que besa tan bien que no pude hacerlo. Ya nos habíamos quitado las batas por el calor que el encierro provocaba, así que era menos ropa entre nosotros.

Desde ahora, que apenas vamos empezando, sé que no vamos a tener nuestra primera vez, no en un elevador. Lex me mantenía con la espalda en la pared del elevador, mientras que mis piernas rodeaban mi cintura, y con sus manos, mantenía mis brazos arriba de mi cabeza.

Este escenario y esta posición se me hacen conocidas de algún lado.

—No bromeabas cuando me dijiste que te gusta tener el control.—le comenté divertida en la pequeña pausa que tomamos para retomar nuestra respiración pausada.

—Claro que no. ¿Quieres una representación?

—No aquí Lex, estamos en un elevador.

—Se pueden hacer muchas cosas aquí...—susurró, antes de bajar sus labios a mi cuello.

—Pues sí, pero no estamos en cualquier elevador, es el elevador del hospital en el que trabajamos, no sería nada divertido que lograran desatorarnos en medio de algo.

—Tienes razón.—me aclaró y conociendo el orgullo que tiene, me sorprendió que lo admitiera y no solo lo pensara.—Pero nada evita que te pueda robar la vida, el alma y todo a besos.

—¿Qué fue eso? ¿Tu intento fallido de ser romántico?—le pregunté divertida, haciendo que parara con diversión, sé que se divirtió porque soltó una pequeña pero alegre y sexy carcajada.

—Ya te lo he dicho, hasta tú misma lo has visto. Puedo llegar a ser muy romántico.—dijo encogiéndose de hombros.—Sólo que ahora no ando en ese tipo de humor.

Decidí callarlo con un beso antes de que comenzara a decir más estupideces. Él no tardó en regresarlo y cada vez se hacía más intenso todo, y más ganas me daban de detener el elevador manualmente, pero insisto, no es un buen lugar. Además, igualmente se merece un pequeño castigo por su falta de confianza hacia mí, así que, ¿qué mejor que dejarlo con las ganas el resto del turno? ¿Y qué decir del resto de la tarde?

Porque no le daré nada en cuanto salgamos, a lo mucho una cita en el bar de Joey, que es en donde todos los internos nos reunimos en nuestros descansos, pero nada más.

No me di cuenta de cuándo desapareció mi camisa, fue tan extraño como el hecho de que de la nada el elevador se abrió, mostrando al equipo de seguridad y al frente de los doctores espectadores, mi hermano, impactado y atónito como yo misma.

Rápidamente Lex dio un paso atrás, permitiéndome desenlazar mis piernas de su cintura, me agaché rápidamente y recogí mi bata, me la puse y tomé mi camiseta del suelo, para salir rápidamente del elevador sin mirar atrás, pero a sabiendas de que mi hermano me está siguiendo, listo para darme un sermón, así que me preparo mentalmente para ello.

(...)

Mi hermano apenas me dio oportunidad de ponerme la camiseta antes de irrumpir en el vestidor veloz y rápido como acostumbra cuando va a reclamarme algo.

—¿De verdad _____? ¿De verdad?

—¿Qué?

—¿Qué crees qué haces?

—Pues mira Derek, cuando una mujer y un hombre se aman...

—¿Amor? ¿En serio?—me preguntó.—¿Estás drogada a caso?

—Karev me gusta.

—Se quedan atrapados en un elevador por hora y media, ¿y lo único que se les ocurre hacer es besarse y manosearse?

—¿Qué querías que hicieramos? Además, no tiene nada de malo.—le reclamé, de verdad no tiene razones para enojarse, a él no le afecta en nada. Ni le va ni le viene.

—¿Por qué con él?

—¿Por qué decidiste no quedarte con Meredith y abandonarla e intentarlo de nuevo con Addison?—le cuestioné, alzando una ceja y poniéndome las manos en la cintura.

—No es algo que te importe realmente.

—Ni a ti lo que tengo con Alex, hermano.—le dejé en claro, antes de salir del vestidor, quiero atender a mis pacientes ya que los hice esperar con el incidente.

Eran una embarazada que había caído por las escaleras y un hombre mayor con problemas cardiacos, nada muy complicado la verdad, y lo agradezco, pues últimamente habíamos estado recibiendo pacientes que me causan dolor de cabeza de tanto pensar en sus diagnósticos.

Le di su carga de morfina y paracetamol a la embarazada y di de alta al hombre mayor, dando así por terminada mi ronda.

Alex saldría más tarde, pues no sé que problema tuvo con Burke que lo hizo retrasarse más. Creo que tiene que comenzar a controlar sus horarios y sus formas de hablar si no quiere tener problemas, porque me enteré de que está teniendo problemas con la prueba, le dieron una última oportunidad, pero si no la pasa esta vez, quedará fuera del programa.

No soportaría eso, ni él ni yo. Él porque trabajar aquí es cansado pero bello al salvar vidas, y yo por saber que ya no lo veré a diario y que en dado caso de que nuestra relación siguiera prosperando, ya no nos podríamos ver tan seguido y las cosas serían casi idénticas a si tuvieramos una relación a distancia.

Salí del hospital y mis ojos estaban extremadamente cansados, por lo tanto mis párpados me pesaban horrores, estoy muy cansada, pues he trabajado por semanas sin siquiera un día de descanso, durmiendo cuando podía. Osea casi nunca.

Justo lo que nos advirtió Richard el primer día del programa, sólo que no quería creerle, pero ahora que no puedo ni con mi alma, lo hago.

Así que por primera vez en mucho tiempo fui a casa, me di un baño y me tomé una siesta de toda la maldita tarde, este trabajo es muy acarreador.

Heartbeat. |Alex Karev y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora