FINAL.

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Pronto  estaba en el altar, la gente comenzaba a llegar y Lex ya se encontraba ahí. No tengo votos, o bueno, si tengo pero los olvidé,así que eso me pone mucho más nerviosa de lo que debería estar.

—Recuerda, respira hondo y no te alteres.—Me comentaron Izzie, Cristina y Meredith al mismo tiempo. Lo habían repetido tantas veces en este rato que ya las tres ya no sabían que decirme para calmarme.

—Ya es hora.—Anunció Mark, entrando y estirando su brazo a mí. Porque sí, mi ex prometido me va a entregar en el altar a mi futuro esposo.

Con un suspiro, tomé su brazo y reafirmé mi seguridad. Comenzamos a caminar al altar, y todos se giraban a vernos. Hay personas (más que nada doctores que solían ser colegas míos en Nueva York) que aún no captan que mi boda no es con Sloan, así que había confusión en sus rostros al ver que él me acompañaba en el altar y no era el que me esperaba.

Ya que estábamos frente a Alex, quien se veía guapísimo en traje, es cuando Mark debe dejarme y retroceder, pero no lo hizo, se quedó unos segundos y comenzó a hablar.

—Quiero que hagas lo que yo no pude hacer. Cuídala bien, no la lastimes, no la hagas sufrir.— Comentó Mark y sus ojos se encontraban cristalinos, llorosos. Supongo que ha de ser la nostalgia.

O el saber que pudo haber sido él el que se encontrara parado en el altar, a mi lado, de no haberla cagado.

—Tú estás teniendo la oportunidad que yo hace varios años tuve y perdí, casarte con esta maravillosa mujer.—continúo y no pude evitar sonreír.— Karev, ámala bien. Ámala con todo tu corazón y tu ser ó...—se inclinó para hablar de manera en que sólo Lex y yo escucháramos.—Te la voy a robar. Porque de verdad, es perfecta y lo haría a la primera oportunidad decente.

Sonreí sin rencores, sin nada. Está en el pasado.

Mark se acercó a mí y dejó un beso en mi mejilla, y yo lo abracé. Lo sigo amando, quizás no como algo más que un amigo, pero sigue estando en mi corazón, sigue siendo parte de mí y jamás dejará de ser alguien sumamente importante para mí. Antes de que él mismo se pusiera más sentimental, se separó y dejó un largo y profundo en mi coronilla, para irse caminando a su lugar. Consiente de que las miradas estaban sobre él.

—Está es la ceremonia de unión de Alexander Michael Karev y ________ Shepherd.—anunció el hombre.—Digan sus votos.

Lex suspiró y comenzó.

—Hoy es el día en el que comienzo a vivir de verdad. En el momento en que deslice este anillo por tu dedo, y mis labios toquen los tuyos, seré el hombre que siempre quise ser.

Cómo no romperte en llanto, arroba Google.

—Siempre me ponía extremadamente nervioso con el solo pensamiento que me decía que tú me amabas. Porque tenía el constante y aterrante temor de no ser suficiente para ti.—comentó, tomando mis manos mientras mantenía una mirada de sinceridad.—Pero el día que dijiste el legendario "Sí" fue cuando supe que había hecho al menos una cosa bien en mi vida, y no había sido un idiota.—pausó y varios que nos conocen a nosotros y nuestros problemas del pasado, rieron.—Bueno, al menos no completamente.

Mis ojos están a nada de llorar.

—Pero tengo que dejar de ser un idiota, dejaré de serlo y creo que no hay mejor lugar para prometerlo.—comentó y varios más rieron.—Hoy soy responsable ante ti, ante nuestro futuro, ante todas las posibilidades que pueda ofrecernos el matrimonio. Juntos, no importa qué pase, estaré preparado. Para lo que sea y para todo. Asumir la vida, el amor, la posibilidad y la responsabilidad. Asumir la hermosa familia que Christian y Eliza son.

Mi corazón no da más.

—Hoy, _______ Shepherd, nuestra vida juntos comienza. Y yo, por lo menos, no puedo esperar.

—Te amo.—dije con las lágrimas bordeando mis ojos. Él sonrió, una sonrisa que verdaderamente le salió del corazón.

Puse mis manos en su rostro y él en mi cadera, estábamos a nada de besarnos, pero el hombre de la ceremonia nos interrumpió.

—Aún no.—dije con una mueca.

—Apúrese por favor.—comentó Lex, causando varios "Awwww" entre las personas.

—Por el poder que me han concedido Dios y el estado de Washington, los declaro marido y mujer.

—¿Ahora?—le pregunté al hombre.

—Ahora.

Puse mis manos en el rostro de Lex, él en mi cadera y consumamos nuestro matrimonio y amor con un profundo beso, nada morboso y más algo del corazón.

Lo amo demasiado, por Dios.

Todos aplaudieron, incluso Mark, mientras se limpiaba varias lágrimas de manera veloz.

(...)

Y ese fue el inicio de una nueva etapa de mi vida, la cual cabe admitir que no fue fácil. Criar a dos hijos, con padres diferentes fue algo complejo, pero sin duda una experiencia de la que se aprende bastante.

Han pasado tres años ya desde que los bebés nacieron y me casé con Alex, y mi vida es una maravilla, caótica, desde luego, pero una maravilla sin dudas.

Christian es literalmente Mark en pequeño, con la misma actitud de galán, y Eliza es increíblemente inteligente y le encanta estar molestando a Christian hasta que terminan jalándose de los pelos.

Mark es ahora pareja con Lexi, Addison es parte del pasado. Lexi ama con locura a Christian, así que las cosas son más fáciles ahora ya que puedo confiar en que puedo dejar a Christian en cuidado de Mark sin miedo a que el bebé vaya a terminar de alguna manera en un barco a Rusia.

¿Quién diría que todo esto me vendría a pasar a mí?

No cabe duda que tu vida puede cambiar en cuestión de un latido.

Un latido es lo que nos tiene entre la vida y la muerte, lo curioso es que sólo Alex Karev es capaz de hacer mi corazón latir.

Heartbeat. |Alex Karev y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora