La operación había sido exitosa.
Lex y yo salimos corriendo de la sala como niños pequeños, solo que no fuimos a hacer cosas de niños pequeños. En absoluto.
Por la urgencia que teníamos los dos por terminar, quizás las cosas se volvieron más largas de lo planeadas, y por lo tanto, fueron mucho más lejos de lo que podríamos haber imaginado.
(...)
Semanas después...
Las cosas iban excelentes. Mi relación con Alex no podría estar mejor, pues ya no hay problemas ni secretos entre nosotros, y los demás, como Meredith, Cristina, un poco George e incluso Izzie (muy poco), están comenzando a darse la idea de que lo nuestro va enserio.
Y que no solo era una noche de aventura.
Incluso lo ayude con su corte de cabello, se lo dejó extremadamente corto y se me hace extremadamente ardiente.
—Debe de ser muy bueno en la cama como para que soportes a un idiota así.—me comentó Izzie mientras nos arreglábamos.
Tuvimos nuestro descanso, y en él, Lex y yo nos la pasamos juntos. Como una pareja decente.
—Sí, es excelente de hecho.—comenté y me miró con los ojos entrecerrados, tratando de ser tolerante.—Pero no todo es sexo, Izzie, y con él no me molestaría que lo fuera, de hecho.
—Es un idiota, _______, además, ni siquiera está guapo.
—Pero no SIEMPRE es un idiota, solo a veces. Y está guapísimo Izzie.
—Dios, el amor ciega de verdad.—dijo, azotando la puerta de su casillero y saliendo del vestidor.
¿Qué le pasa ahora?
Seguramente está en sus días. Sí, debe de ser eso.
—Buenos días preciosa.—Dijo Lex apareciendo de la nada, robándome un beso en los labios.—¿Cómo dormiste?
—Es la segunda vez que me dices buenos días hoy. Y tú cómo crees.
—Yo creo que alguien no durmió y está muy cansada...
—No te creas tan importante cariño.
(...)
Todo iba como siempre, hasta que Burke nos habló a Lex y a mí, creí que nos iba a llamar la atención, pero no.
—Este es Jackson Miller. Es un paciente mío muy recurrente.—dijo presentándonos al hombre, y en cuanto entré a su habitación, el hombre clavó su mirada en mí, y no parece tener planes de despegarla.—Tuvo un accidente, le desfiguró la cara un poco. Además tiene problemas cardíacos, lo único que podemos hacer por el es conseguirle otro corazón.
—Bien.—aceptó Lex de mala gana, al ver que el tal Jackson no despega su mirada de mí.
—¿Qué sabemos del paciente?—pregunté tomando la ficha, y antes de que pudiera abrirla, Jackson comenzó a hablar.
—Que soy apuesto, soy signo Leo, y que estoy soltero.—me comentó con una sonrisa que no pude evitar devolver.
—Jackson Miller... urgente trasplante de corazón, ninguna enfermedad grave además de esa.—Dijo Alex, arrebatándome la ficha de las manos. Ya va a empezar.
Decidí abandonar la habitación y no se que hubiera sido mejor, si quedarme o haberme ido.
No puede ser que él esté aquí, debería de estar en Nueva York.
Pasa rápido ____ no te verá, pasa rápido no te verá...
—________—me llamó el hombre al que no quería volver a ver.
—Mark...—dije entrecerrando los ojos.—Que sorpresa.
—Lo sé. Alguien se ve hermosa hoy. ¿Cómo pueden concentrarse en su trabajo con una preciosura como tú?
—Mark no...
—¿Quién es él?—Cuestionó Meredith acercándose. Oh no.
—Soy...—Apenas decía Mark, pero Derek llegó de la nada, pegándole un tremendo puñetazo en la cara.
—¿Qué te pasa?—le reclamó Meredith.
—Él es Mark.—Comenté, seguro que ya se sabe la historia.
—¿El Mark?
—El Mark.—Confirmó mi hermano.
(...)
Literalmente todas estaban vueltas locas por Mark. Webber decidió mandarme a mí a curarlo.
—Escucha...
—Nada, Mark, nada.
—Déjame hablar, cariño...
—No me digas así.—Le reclamé.—No quiero saber nada.
—Escúchame...—Intentó se nuevo,así que yo suspire y miré a otro lado, a la ventana.
Encontrándome a Meredith, Cristina, Izzie, George y Alex afuera.
Las primeras tres se están sabroseando a Mark, George está algo extrañado por eso y Lex luce enojado.
—Fue un error.
—Seguro que sí. Mark.
—Casi no te veía ya...
—¡¿Quizás era porque estaba en la recta final de mi carrera!? Y tú tenías mucho éxito al ser el mejor cirujano plástico.—Le reclamé.
—Me hacías falta.
—¿Así que acostarte con la esposa de mi HERMANO, te pareció la mejor idea?
—Lo siento mucho. De verdad. Cariño, de verdad, lo último que quería era dañarte.
—Ajá.
—Escucha...
—No voy a escuchar nada Mark, esto se acabó desde que me mudé de Nueva York con mi hermano.
—Es justamente por lo que vine. Por ti. Te extraño como no tienes idea y...—Me dijo y negué.—El tiempo que viví con Addison...
—¿Viviste con ella? ¿Cuando no estuve?—Le reclamé tratando de no llorar.—¿En nuestra casa?
—Me sentía solo. Y cuando estuve con ella fue cuando me di cuenta de que había cometido un grandísimo error, que había perdido a la mujer de mi vida, mi mujer perfecta y la de mis sueños, y me di cuenta también de que ella no es a la que amo. Es a ti.
—Pero yo ya no te amo a ti, Mark Sloan. Eres parte de mi pasado.—Le dejé en claro.—Toma.
Le di el hilo y la aguja, y puse el espejo a su favor. Le gusta suturarse a sí mismo. Todas lo miraban embobada por la ventana, yo daría mucho por estar afuera.
Un algodón cayó al suelo, así que me incliné a recogerlo.
—Ya tienes a alguien...—se percató, supongo que debió de haber visto las marcas en mi cuerpo.
—No te importa.
—Vuelvo por ti, y ¿me cambias?
—Sí Mark, sí. Rehice mi vida, debería de darte igual ya. Porque tú y yo... no volverá a pasar.—Dije abandonando la sala.
—¿Cómo fue tu primera experiencia con McSteamy?—Me cuestionaron emocionadas, no las culpo, yo estaría así sí alguien así de atractivo hubiese llegado.
—No fue la primera. Soy la que tiene más experiencia con él en todo Seattle. Y ¿Ahora mismo? No quiero hablar de él.—respondí evadiendo a todos.
No puede ser.
¿Porqué cuándo las cosas van de lo mejor con Lex?Espero que se largue de aquí tan rápido como vino.
ESTÁS LEYENDO
Heartbeat. |Alex Karev y tú.
Fanfic«A heartbeat is what has us between life and death, curious is that you're the only who can make my heart beat.» Ser la hermana menor del gran Derek Shepherd no es tan fácil como se escucha. De hecho se podría decir que es una mierda, salvo por el h...