02. "No. Puedo. Creerlo"... "Soy yo, idiota"

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Narra Alexandra

¿Que puede ser peor que estar entre tres mujeres opuestas a ti en todos los sentidos?

Que te quieran cambiar de look completamente. Vale, lo reconocía, no se me daba la ropa de señorita estirada que la bruja de mi madre me compraba, pero yo tenía mis excusas para no hacerlo, los pantalones grandes, camisetas anchas, tenis de todas las marcas colores y diseños, abrigos de chicos, era lo que adornaba mi closet. Solo cuando tenía una cena en la empresa o con socios de mi madre es que me veía totalmente obligada a utilizar vestido... Pero, los utilizaba con tenis, algo raro pero me sentía cómoda, así que en las portadas de revistas figuraba como:

"La joven Morgan y su look caótico"

Normal, nada fuera de lo común.

— No, me niego. — habían pasado dos meses y dos semanas desde que llegue, me cruce de brazos — No lo haré , así que no insistan.

— Oh, vamos. — hace un puchero Bella.

— Por fis. — Stella pone si mejor carita de perrito abandonado.

— Sabes podrías cerrarle la boca a tu madre. — dice mi tía. Mientras esta mirando una revista de la última semana de la moda en París.

— Eso suena interesante. — susurré — Esta bien. — digo rendida.

— ¡Si! — gritan las gemelas, que ahora se me hacen tan parecidas ya que están rubias las dos.

— Pero... — las señalo — Tiene que ir conmigo ese look, no quiero parecer hija de raquillos. — tan solo pensar eso me dio escalofríos.

— ¿Y acaso no eres hija de ricos, corrección multimillonario? — mi tía eleva su ceja perfectamente.

— No hagas eso. — la señalo — A mi casi no me sale.

<< No seas berrinchuda >>

A ti quien te llamo.

— ¡Empecemos! — las gemelas exclamaron emocionadas.

— Hoy no. — me tiro en el sofá — Mañana.

— No te tires en el sofá. — me riñe mi tía — Y hoy se empieza, en media hora salimos al centro comercial. — se levanta y sale de la sala.

Bufo y subo a mi habitación a organizarme.

La verdad no había sido tan aburrido estar aquí, había salido con las chicas a las fiestas de playa que estaban dando por acá cerca y la había pasado de maravilla.




















***






¡No que es esto! — exclama el peluquero de mi tía tocando mi pelo con asco — ¡Niña esto esta horrendo! — se queja.

— ¿Esto es enserio? — le preguntó a mi tía mirándola a través del espejo.

— Es el mejor en esta ciudad y mi peluquero de confianza. — dice ella y sigue viendo sus redes sociales.

A las gemelas las habíamos perdido de vista apenas ingresamos al Centro Comercial, diez minutos más tarde llaman diciendo que ella se encargan de la ropa y zapatos, por que no las dejaría comprar lo que era.

¡Perras!

Mi tía decidió traerme al Salon de belleza, y acá estaba sentada escuchando a un hombre con delirios de mujer, extremadamente fastidioso que a criticado mi cabello por casi dos horas.

Una fraternidad, cinco chicos, ¡¿Y yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora