☯️ Especial (Asher y Alex)

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NARRADOR OMNISCIENTE

Las castaña se bajó de mala manera del lujoso auto de su madre – ¿Madre? Si, esa arpía lo era – miro todo a su alrededor con el ceño fruncido tratando de buscarle una escapatoria a esto. Un maldito espectáculo se avecinaba para su madre, el intento de hacer creer que eran la familia perfecta, amorosa y dulce que cualquiera desea tener. Por suerte su hermano se había librado de presentarse.

Maldito pelinegro. — pensó ella mientras que trataba de bajar un poco el corto vestido que apenas tapada su trasero. El color azul metálico hacía que sus ojos resaltarán más, al menos pudo conservar sus zapatos: Conserve en vez de tacones, ¿A que no es buena esa idea?

Kent, el esposo nuevo de mi madre entrelaza su brazo con el de ella sonrientes. ¿Se amaban? No lose, tal vez es solo sexo. Por mi parte, ella me mira y se lo que significa esa maldita mirada. Con una sonrisa falsa y encantadora caminé situándome a su lado. Sonríe y posa. Nadie debe ver la más mínima imperfección en este mundo de cada quien, es mejor reservarte.

— No fue tan difícil, ¿Verdad? — murmura entre dientes sin dejar de sonreír y posar. A veces me sentía como esas chicas modelos famosas, no lo era, pero el apellido que llevaba me hacía reconocida.

— Eso no lo dices tú porque no estás mostrando tus bragas prácticamente. — susurré. La cámara vino a nosotros y saco una última foto.

Motivo de esta farsa: Alianza con la empresa West INC.

No sé, pero algo me decía que esta noche seria algo... ¿Interesante?

Veo como aparca otro auto y baja el señor West junto con un chico, que casi no tiene parecido pero si una que otra similitud. Mis ojos inconcientemente viajaron a él, ¿Pero díganme quien no lo haría si sus hormonas no te tentaran a verle?

Pero su rostro estaba peor o igual al mío, del fastidio que le generaba la situación. Bueno, no me sentía la única. Su traje era negro satín amoldado a su cuerpo. La castaña se limitó a mirarle de corrido y apartó sus ojos del chico.

— No puedo creer que esté acá. — murmura el pelinegro hacia su padre. Él cual se limitó a ignorarlo en ese momento, ¿Padre? Claro que lo era, pero creía que tenía un estúpido lobil derecho sobre el a cada momento y decisión.

Motivo de esta situación: Compromiso. ¿Quién carajos en este siglo pensaba en ello? ¿Negocios? ¿Empresas? ¿Herencias? Claro que el sabía la respuesta.

— Es lo mejor que haré por ti, me lo agradecerás. — dice el señor, los ojos negros iguales a los suyos. Profundos y vacíos lo miraron de soslayo. Un pequeño acercamiento y una sonrisa para la foto. ¿Por qué siempre una foto? Ser soltero y codiciado era lo que los hacia deseables, aparte del dinero y fortuna más el imperio que tenían llamaba la atención.

Su padre apesar de su edad era un hombre apuesto, de ahí saco todo y si madre parto mucho. Mamá, debería de estar con ella y no con él. Rueda los ojos por la respuesta de su padre. Mire a mis alrededores y mi vista fue a una castaña que estaba sonriente alas cámaras. Varios socios mayoristas de las empresas llegaban mientras ellos ya se limitaban a sentarse.

Su padre se acercó a la señora y el desaparece por unos minutos. Necesitaba liberar el estrés. Fue al pequeño jardín y fumo un cigarrillo. Fácil y rápido. Cinco minutos después volvió a donde se llevaría acabo la cena, parece que nadie se había dado cuenta de mi ausencia pues seguían metidos en la conversación.

— ¡Alexandra! — la señora castaña llama una copia de sí misma, una chiquilla que tenía cara de inocencia por lo que pasaba a su alrededor. Captó su atención.

Una fraternidad, cinco chicos, ¡¿Y yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora