16. ¡¿Que rayos esta haciendo?!

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Dedicado a: yorly1994

NARRA ALEXANDRA

Conduci rápido y volví a botar la basura de la señora de al lado, me maldijo por segunda vez en todos los idiomas que ella conocía. Deje el auto como pude en el estacionamiento y corrí hasta el salón de Química. Abrí de golpe y las miradas otra vez en mi.

— Señorita Alexandra. — la profesora retira sus gafas y las deja en el bolsillo de su bata blanca.

— Lo siento, estaba... Llegué tarde... —  mi voz salió agitada — ¿Puedo entrar?

— Pase antes de que me arrepienta y póngase al lado de algún chico que esté sin pareja. — mira hacia todos — Veamos, el señor West está sin nadie.

¡Maldita sea! No podía mi verle la cara, ¿como le haría para trabajar con él?

— Si. — murmuré. Agilizar mi paso hacia él fue difícil. Dude pero caminé hacia él.

Me senté a su lado, y la profesora me pasó un cuestionario, lo mire, era una prueba.

— Oh vaya, no estudie. — musita él a mi lado.

Lo mire de reojo, aclare mi garganta.

— La resolveré, tu solo tienes que hacer las mezclas. — hable en voz suave. Saqué un bolígrafo y empecé a resolver los ejercicios citados — Sobre lo de ayer...

Me interrumpe. — Ayer no pasó nada, solo olvídalo, yo ya lo estoy olvidando. — su tono de voz frío me había dislocado pero como soy masoquista lo deje pasar.

— Está bien, eso es lo que haré.

Deje toda mi concentración en la prueba, ignorando las lágrimas que querían salir de mis ojos.

¿Por qué tengo que ser tan débil?

Mordí el interior de mi mejilla, tratando de dejar esas lágrimas de lado. Además yo tuve la culpa de rechazarlo, pero primero era mi hermano no le fallaría de esa manera.

***

Me deje caer en la banca del patio trasero, dejando mi cabeza descansar en las pierna de Connor.

— Eres una idiota.

— Lo sé. — cerré mis ojos dejandome llevar por las caricias de su mano en mi cabello.

— ¿Y también sabes que deberías arreglar las cosas?

— Si.

— ¿Y contarle a tu hermano la verdad?

— Si... ¡¿Qué?! ¡NO! — le grité prácticamente.

— ¡Bueno, bueno! Ya entendí. — eleva sus manos a son de paz.

Me incorpore y quede sentada a su lado. Lo mire por un largo tiempo hasta que lo vi incómodo.

— ¿Por qué me miras tanto? — baja su mirada levemente sonrojado — Me siento, violado... Ni siquiera las chicas me miran tan profundo.

Solté una gran carcajada cuando lo escuché decir eso.

— Lo siento. Solo quería probar una cosa.

— Si lo que quieras era saber si te gustaba de verdad Asher o simplemente podías ver a otro chico cómo lo ves a él, estás muy equivocada. — y bien que lo había dicho, estaba equivocada.

Una fraternidad, cinco chicos, ¡¿Y yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora