Capítulo 13

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De: +839034567

¡Hola Nath! No sé si me recuerdas (Al menos que tengas alzheimer), soy Elliot, el chico de la biblioteca :)

Reí levemente al leer lo que puso entre paréntesis.

Así que le tecleo para responder:

¡Hola Elliott! claro que te recuerdo.
PD: No tengo alzheimer.

De: Elliot.

Iba a sentirme decepcionado si no me recordabas. Hablando del Rey de Roma, ¿estás en el insti?

Sip y ¿tu?

De: Elliot.

Yes, aunque más bien es una cárcel, solo que estas sentenciado a horas y luego eres libre.

¿Algo que no sepa?

De: Elliot.

No sabes que estaba pensando invitarte a salir. ¿Éstas libre hoy? Podríamos ir a por un helado, y hablar.

Estoy libre, espera, ¿es una salida de amigos?

Seguía tecleando, cuándo el teléfono ya no estaba en mis manos, si no, en manos de otra persona, en manos equivocadas. La miré con temor.

Inna Johnson, es mejor amiga de la infancia de Stacy, y ex-novia de Aaron. Ella sigue teniendo sentimientos por él, y se lo demostró muchas veces, aunque al parecer, no es correspondida. Todos le guardan respeto por ser hija del Director. Lo cuál lo toma a su favor, humillando y manejando la vida de los demás incluyendo la de mi hermana, aunque esta no se dé cuenta que es una amistad tóxica. Desde que empecé a estudiar aquí, se encargó de hacerme la vida imposible y que todos se opongan a mí, hasta mi propia hermana.

—¿Quién ronda por tu cabecita ahora, Miller?

Los estudiantes que pasaban cerca se percataron de lo que ocurría a su alrededor, y los murmullos aparecieron. Sus secuaces estaban a sus costados con una mano en la cadera mirándome con el mismo asco que su líder.

Escuché cómo alguien hablaba de mí.

—¿Tú crees que alguien llegará a fijarse de esa cosa?, da asco.

—Posiblemente sí. El amor es para todos. No importa el sexo, la raza y el color —esta voz fué un poco más fuerte —Me largo de aquí, cuándo te tranquilices me llamas.

Una silueta pasó detrás de mis agresoras, pero no pude ver quién era.

—Aquí estoy, estúpida, no estoy al fondo —chasqueó sus dedos delante de mis ojos —¿Aparte de obesa, también eres ciega?, vaya que recibiste el mejor diploma, Miller.

Las risas femeninas por parte de sus amigas, no se tardaron en escuchar.

—Vamos Inna, revisale el teléfono —alentó Stacy a su lado, echándome una mirada de diversión.

La miré incrédula, pero luego la dirigí hacia Inna, quién estaba tocando el teléfono —Devuélveme el teléfono, por favor —dí un paso hacia adelante con la intención de quitarle.

—Aléjate —retrocedió —Las gordas asquerosas como tú no me tocan, de seguro tienes grasa en tus manos de tanto comer como una cerda —alzó su brazo tan alto para que no pueda alcanzarlo.

Me llevaba ventaja, ella es más alta que yo, ni aunque saltara con todas mis fuerzas no podría lograrlo.

—Inna, por favor —supliqué —Déjame en paz, y devuélveme el celular, no es tuyo —dije débilmente.

Nath, la chica gorda. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora