Recargó los brazos juntando sus manos sobre en el escritorio, mostrando profesión y seriedad.
Los cinco estábamos sentados al lado del otro, Aaron y Mike se miraban queriendo matarse y estaban en cada extremo alejados. El chico de antes, estaba incómodo, cómo si no quisiera estar aquí.—Escucharé la versión de cada uno de ustedes, y una vez que terminemos, hablaré.
Cada uno tenía un versión distinta, ya que es diferentes la situación y sentimiento del otro. Más Mike. Quién se excusaba en todo momento, por sus acciones y palabras.
—La violencia no resuelve nada. Sólo genera más violencia entre las personas que tienen el conflicto —trató de explicar calmadamente mirando a los chicos —Es importante tener diálogo, para poder resolverlo.
—¿Puedo ser sincero con usted? —habló el chico que estaba a mi lado, mientras jugaba con sus dedos —Muchas veces intenté hablar con los maestros, pero ninguno me escuchó.
—¿No intentó hablar conmigo?
—Me rendí. A nadie le importaba aquí, que no tuve otra opción que soportar sus burlas.
—Tenía y tiene otras opciones. No tiene porqué seguir soportando tal cosa, no lo merece.
—No tenía ninguna, Sr. Johnson. Ellos me respondían que eran problemas de niños, y que no tenían tiempo para boberías.
Jamás me animé a ir por voluntad propia y hablar con ellos. Porqué, siempre que quería hablar, aparecía alguien que me hacía señas a lo lejos. Amenazandome.
—Lamento que usted, y muchos estudiantes tengan que pasar por estas situaciones... —se disculpó con honestidad —¿Puedo saber quiénes son los que los molestan?
—¿Para qué necesita saberlo?
—Soy el superior del colegio, y es mi deber actuar ante estas situaciones. Por su bienestar y el de los demás.
—Es tarde, Director.
—No, no lo es —replicó —Aún hay tiempo para impedirlo —Ante su insistencia, el joven presionado miró al rubio. Quién evitaba su mirada, pero el mayor se dió cuenta de esto y lo imitó —Mike Campell, ¿es usted?
Éste lo mira ofendido —¿Está culpándome?
—Le pregunté.
—No soy yo.
—Sí, eres tú, Mike —lo enfrentó mientras se levantaba un poco de su asiento —No entiendo porqué me haces la vida imposible, no te hice nada.
—No te hagas el víctima —rodeó los ojos quitándole importancia —Todo tiene una razón, y es que me molestas.
—¿Qué te molesta de mí?
—Todo.
—Si hay algo que le molesta de él, debe hablarlo. No recurrir a otros métodos que no resuelven nada, que no hacen más que dañar al otro.
—Él no es su única víctima, también lo es Nathalie —informó Aaron con un deje de enfado en su voz —Desde hace tanto.
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Nath, la chica gorda.
RomantikLa mayoría tiene la mentalidad de que hay que tener un cuerpo bonito para enamorar a una persona, cuándo la verdad no es así. Un cuerpo bonito, desaparece, mientras que lo de adentro, se conserva y jamás cambia. Es lo que nos hace únicos y especial...