E instintivamente, me quise arrepentí de haber venido, hubiera quedado en mi casa leyendo libros en vez de estar respirando el mismo ambiente que Inna.
—Nosotros estamos contigo, amor —Aaron agarró mi mano notando mi miedo, en un intento de transmitirme seguridad y acompañamiento.
Sus palabras me hicieron sentir más segura. Temía a que volviera a humillarme o peor, tomar venganza por el hecho de su suspensión por días y, que su padre le haya quitado las llaves del auto. La presencia de Aaron a mi lado, y la de mis hermanos mataban mis nervios.
Al llegar a la entrada, la mirada de las chicas se pusieron en nosotros, pero la mirada de ella era tan intensa que casi sentía cómo me quería matar con sus ojos.
La dueña de la casa nos saluda a todos con un beso en la mejilla y una gran sonrisa —Bienvenidos, chicos, me alegra mucho de que estén aquí —miraba una persona en particular, y era a Jackson, aunque esté parecía estar buscando a otra persona.
—Gracias —sonreímos.
—Hola Aaron —saludó Inna invadiendo su espacio personal, mucho diría yo. Casi sacandome de lado, pero el castaño no soltó mi mano —Tanto tiempo, ¿no crees?
Sentí una punzada nada agradable en el estómago, ¿celos?, no hacía falta que se acercara tanto y se diriga a él con una sonrisa coqueta.
Aaron puso un espacio considerable entre ellos, rodeó su brazo en mi cintura, y con un tono seco dijo:
—Hola.
En mi interior, sonreía triunfante y le sacaba la lengua. Se quedó boquiabierta mirando su mano en mi cintura, su mirada subía al rostro de Aaron y bajaba hacía su mano.
Se quedó desconcertada por dos motivos:
1) Aaron no le prestó atención que esperaba y se alejó cuándo ella se acercó mucho a él.
2) Vió cómo el chico de ojos azules ponía su mano en mi cintura, haciéndole saber que tenía compañía.
¡Ese es mi novio!
—Entremos chicos —incitó Jackson ocultando una sonrisa divertida —¡La fiesta nos espera!
Pusimos nuestros brazos en el hombro del otro formando una cadena.
—Disfruten —guiño un ojo la chica que nos recibió amablemente.
Al estar dentro, pudimos apreciar luces de colores por toda la casa, realizaban diferentes movimientos haciéndolo más cool. Música electrónica reinaba allí. Habían muchas personas, conocidas cómo desconocidas esparcidas por la casa. Habían mesas en los rincones con comidas y bebidas, que deben ser alcohólicas.
—¡Cuñi, eres un genio! —alagó Stacy —¿Vieron su cara? fué tipo akdnskz.
—Se lo merecía —se cruzó de brazos Jackson.
—Debería dejar de invadir tanto el espacio personal, más si es de Aaron —solté sin pensarlo, al darme cuenta de lo que hice, tapé mi boca cómo si eso fuera a borrar todo.
Stacy tenía una mirada pícara y sonreía más de lo normal mostrando sus dientes. Tenía ese tipo de mirada que dice "No niegues lo innegable"; Jackson sonreía divertido de la situación, mientras que el mencionado alzó una ceja con un brillo de diversión en sus ojos.
—Soy sólo tuyo, Ojitos, de nadie más —susurró en mi oído, causando que su aliento fresco choque en mi oreja haciéndome estremecer.
—Aaron debemos hablar —dijo Jackson, a lo que el castaño asintió siguiéndolo.
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Nath, la chica gorda.
RomanceLa mayoría tiene la mentalidad de que hay que tener un cuerpo bonito para enamorar a una persona, cuándo la verdad no es así. Un cuerpo bonito, desaparece, mientras que lo de adentro, se conserva y jamás cambia. Es lo que nos hace únicos y especial...