Stacy Miller, mi hermana. Yacía en posición fetal en el piso del colegio. Se abrazaba a ella misma, mientras lloraba desconsoladamente.
Llevé mis manos a la boca ahogando un grito de sorpresa al ver su cabello dorado y cuerpo cubierto de pintura. En su cara, sus ojos era lo único que resaltaba entre el color amarillo.—Oigan, gente —una voz entre tantos se hizo escuchar —Nath, la chica gorda vino a salvar a su querida hermanita. ¡Esto se está poniendo interesante!
—¿Que le han hecho? —susurré.
—No se te verá tu horrible cabello, ni tu asqueroso cuerpo, rubia oxigenada —se puso delante de ella poniendo la mano en su cintura, seguida de otra chica que se puso en su misma posición —Estoy haciéndote un favor, Stacy —dió palmaditas a su mejilla con fuerza, lo cuál ensució sus dedos con la pintura. Hizo una cara de asco y se la limpió en su remera.
—Dejenla en paz.
Cállate, gorda.
Un chico de cabello negro se acerca en silencio hacia ella poniéndose detrás suyo. Inna lo mira con una ceja alzada. Stacy al ver dónde estaba puesta su atención, se gira a mirarlo.
Alcancé a escuchar cómo susurró:
Jordan.
—Ven, levántate —puso su mano delante de sus ojos, esta la miró y aceptó sin apartar su mirada de él.
—Jordan, ¿qué crees que haces? —preguntó Inna con un deje de confusión y enojo —No nos quites nuestro entretenimiento.
—Consigan un juguete —la puso a su lado haciendo que su remera se manche de la pintura, pero no le importó —Ella no lo es.
¿Quién era él?
Stacy parece conocerlo, pero jamás me habló de él. Es obvio que a mí no, pero a nuestros padres, nunca.—Después de que haya demostrado no amarte, ¿aún sigues babeando por ella?
—No te importa.
Ignoró su respuesta para mirarla a mi hermana con una sonrisita —Stacy, esto no sé quedará así, ¿oíste?
—Dejala en paz —me metí. Todas las miradas fueron desde Jordan hacía mí. Stacy me miraba con sorpresa, e Inna soltó una risita que se escuchó fuertemente —Ya no molestes a mi hermana.
—¡Holaa, Nathalie! estás aquí —caminó hacía mí, y de inmediato Mía se puso a mi lado. En un intento de decirme que estaba conmigo —Veo que tienes compañía —le hechó una mirada de desaprobación a mi amiga —¡La inmigra-tonta y la gordinflona son amigas!
Iba a hablar pero mi amiga lo hizo antes.
—¿Sabes algo?
La castaña arrugó su frente, para cruzarse de brazos —¿Qué tienes para decirme?, ¿que eres una perdedora al igual que tu amiguita?
—¿Ya terminaste la conferencia y me siento a aplaudirte? —replicó dejando en silencio a la chica, esta sonrió —Gracias. Leí en un artículo que las personas que se burlan del estado físico, emocional o salud de una persona, agresores del bullyng, para ser específicos. Son personas que se sienten inseguras de si mismas, a lo que les lleva a desquitarse de personas que no se pueden defender.
Recuerdo haberlo escuchado en una entrevista, entre un periodista y un psicólogo. El mismo explicaba que los agresores del bullyng, buscan una manera de calmar la inseguridad, la ira o el dolor que llevan dentro suyo. Y no encuentran otra manera de desahogarse, que lo encuentran en personas que son débiles.
Y que, quizás ellos mismos se vean reflejados en sus víctimas, lo cuál esto los lleva a despreciarlos.
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Nath, la chica gorda.
RomanceLa mayoría tiene la mentalidad de que hay que tener un cuerpo bonito para enamorar a una persona, cuándo la verdad no es así. Un cuerpo bonito, desaparece, mientras que lo de adentro, se conserva y jamás cambia. Es lo que nos hace únicos y especial...