La mayoría tiene la mentalidad de que hay que tener un cuerpo bonito para enamorar a una persona, cuándo la verdad no es así. Un cuerpo bonito, desaparece, mientras que lo de adentro, se conserva y jamás cambia.
Es lo que nos hace únicos y especial...
Jackson estuvo evitándome desde que nos vió juntos en su patio; ignora mis mensajes, llamadas, hasta cuándo intento acercarme a él para solucionar las cosas, lo hace. Cada vez que nos encontramos por los pasillos, no es capaz de dirigirme la mirada y pasa de largo cómo si no existiera.
Hasta llegué a creer que de verdad no podía verme.
“Salía de la clase de biología con mis compañeros tumbandome tirandome al suelo desesperados por salir. De pronto, ví a Jackson pasar frente a mis ojos. Sin pensarlo dos veces, jalé su campera de color rojo que llevaba, esto captó su atención por lo que sé detuvo y miró para saber quién había sido, al verme, se dió la vuelta.
—Malditos fantasmas —susurró blanqueado los ojos.
—Sé que me ves... no me ignores, Jackson.
Hizo caso omiso a mis palabras, y se fué.
Me quedé quieto sin moverme, analizando lo que acababa de ocurrir. Miré mi mano, no estaba medio transparente cómo en las películas. Golpeé mi mano para comprobar si no la pasaba, pero no. No era un "maldito fantasma".
—Hey, olvidadizo —tocaron mi hombro, al girae veo al chico del cabello azul con Clary muy apegaditos. Hay algo entre los dos —Hola tortolitos.
—Olvidaste tu libro —dijo el chico devolviendome.
—Gracias, Zack
El me dió una sonrisa de boca cerrada, no mostraba sus dientes —De nada, amigo.
—¿Ustedes me ven? —pregunté de repente.
Ambos fruncieron sus ceños mirándome, cómo si fuera un bicho raro.
—No estaríamos hablándote ahora si no te viéramos —razonó Zack”
Escuché cómo hablaban de nosotros y de que no estábamos juntos, de lo raro que era que no estuviéramos caminando abrazados y riéndonos cómo los mejores amigos que éramos.
Sonreí melancólico al recordarlo. Lo extraño demasiado, extraño a mi mejor amigo. Extraño los graciosos e incoherentes mensajes que nos mandábamos todos los días, era nuestro 24/7.
"Amigo, encontré un jodido lápiz en el refrigerador que seguramente habré dejado cuándo me tomé un descanso de las tareas" —Jackson
"Y yo encontré una caja de pizza debajo de la cama que debe ser del año 1.889" —Aaron
"¿Me estás jodiendo? eres sucio, amigo... tu cuarto necesita un flash limpieza" —Jackson
"Espera, tu también la dejaste cuándo hicimos la pijamada, sucio" —Aaron
"JAJA, si tienes razón..." —Jackson.
Teníamos ese don que cuándo hacíamos cualquier cosa, ya sea un chiste malo o una caída de nosotros, nos reíamos a más no poder.
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