Orígenes

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Recomendación Musical: "Tales of Hope" – DTD Music

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Tal como habían quedado, Katomi y Yūgana se encontraron con Shijima antes del entrenamiento. El hombre se deshizo de todas las lágrimas y tristeza, para convertirse en el famoso hombre inquebrantable, con una mirada seria pero amorosa para sus niñas. En lugar de preparar algo para antes de la práctica de baloncesto o hablar sobre lo que fuese, salieron de la escuela y se dirigieron hacia un gimnasio que estaba en la cuadra de enfrente.

―Nunca había entrado aquí ―Katomi exclamó mientras subían hacia el primer piso―; aunque, ahora que lo veo, es increíble tener un gimnasio tan cerca. ¿Habrá gimnasia?

―Creo que vendré los fines de semana a nadar ―declaró la rubia, sin despegar su mirada de la piscina―. Kōsuke-kun no deja de invitarme a la playa, pero no sabe que me da pavor entrar al mar. ¡Debo quitarme eso en los siguientes tres meses!

―Mis niñas ―Shijima intervino cuando llegaron al piso donde había un sinfín de máquinas deportivas y un espacio despejado―, vinimos hasta aquí porque quiero que conozcan a alguien muy especial.

―¡¿Su novia?! ―preguntaron en unísono.

―¡Hisame-kun! ―una cuarta voz gritó antes de que alguien pudiera responder.

Al cabo de unos segundos, una mujer (alrededor de la edad del hombre) saltó sobre los hombros del azabache, y abrazó la cabeza de éste con piernas y brazos. Las dos menores se alejaron un poco y aprovecharon para apreciar una mejor visión de la mujer: parecía medir metro y medio, era muy delgada; una cabellera lacia, larga y castaña-clara estaba atada con una peineta; su piel estaba bronceada y era de un tono tostado. Les era bastante familiar.

―Mirai-san ―el hombre la nombró con un poco de dificultad, pues el peso de la mujer le empezaba a molestar en el cuello―, bájate, por favor.

―Lo siento, lo siento ―ella balbuceó al obedecerlo―. Olvidé que ahora eres un anciano con problemas de espalda.

―Tenemos la misma edad y, por si no lo has notado, estoy en perfecta forma ―él alardeó mientras contraía los músculos de sus brazos y su espalda alta―. En fin, no vine sólo por una visita ―tras decir eso, le indició al par de estudiantes acercarse―. Ellas dos son Yūgana Masae y García Katomi..., ya te había hablado de...

―¡Por Dios! ―Mirai le interrumpió y se acercó hacia Yūgana, a quien comenzó a acariciarle el rostro― Katomi. He escuchado tanto de ti..., estaba ansiosa de conocerte por fin...

―Ah, ¿Mirai-san? ―Shijima le palmeó la espalda y la alejó de la rubia―, ella es Yūgana.

―Anaranjado ―exclamó la mujer mientras soltaba a la capitana―, por supuesto ―se volvió hacia Katomi, mas no le acarició el rostro, tal vez porque no lo alcanzaba―. Mi nombre es Sōsu Mirai y me será un placer trabajar contigo.

La peli-naranja encarnó una ceja en señal de confusión. Compartió una expresión llena de extrañeza con Yūgana, quien sólo se encogió de hombros. Katomi miró una vez más a la mujer y, cuando miró sus pequeños y rasgados ojos de color miel, recordó dónde la había visto: en la vitrina de recuerdo, estaba la foto de la primera generación..., aquella que creó al equipo de Tensai.

―Mis niñas ―el entrenador se acercó a Sōsu y colocó una mano sobre su hombro―, ella fue quien fundó el club de baloncesto.

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Era el segundo día de clases en la Preparatoria Tensai. Algunas relaciones se habían hecho, los profesores estaban presentados, los clubes se llenaron; todo estaba listo, a excepción de una simple cosa que revoloteaba en la cabeza de un singular alumno de primero. Aquel chico, de cabello azabache y unos amistosos ojos avellana, se llamaba Shijima Hisame y su meta de convertirse en mánager del equipo femenil de voleibol estaba muerta. Habló con la entrenadora, se presentó con las chicas..., pero cuando presenció la práctica, se prometió no volver a pisar el gimnasio. Ni la mujer ni las jugadoras tomaban enserio el deporte, y Shijima no quería estar junto a ese tipo de personas. Buscó dentro del equipo de natación, soccer, béisbol..., y nada. O el puesto ya estaba ocupado o tenían el mismo modo de pensar.

Ave FénixWhere stories live. Discover now