Crea - Parte I

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Recomendación Musical: "RYZE" – Icon Audio

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Los últimos días de vacaciones merecían pasarse sin hacer nada, viendo películas, comiendo hasta el cansancio o salir con aquellos amigos que no verías en un largo rato. Casi todas las personas tenían esa idea, excepto cierta chica. Se le hizo costumbre trabajar su cuerpo y ahora debía, por lo menos, salir a trotar dos horas cada día. Estaba segura que al comienzo de la semana, no tendría más fuerzas que para completar los entrenamientos de su equipo.

Una semana había pasado desde que Jabberwock abandonó Japón. Sin que nadie supiese, ella mantuvo el contacto con el capitán, quien, guiado por los consejos de la fémina, logró hacer las paces con su padre. No obstante, el equipo entero se desintegró. Nash le aseguró que no debía preocuparse por tal decisión, ya que todos (bueno, casi todos), tenían una nueva meta: Zack y Allen fueron reclutados para un equipo profesional, Nick decidió convertirse en entrenador de un grupo de jóvenes y el oji-esmeralda se centró en sus estudios.

Le sorprendió enterarse que él estudiaba en el mismo lugar que su hermano y que Nijimura.

El único problema era Jason. Nadie sabía dónde se había metido y eso le preocupaba a su antiguo capitán. Desde que tenía memoria, el peli-dorado siempre estuvo detrás del moreno, cuidando que no se metiera en malos pasos y continuara con sus responsabilidades. Eran amigos de la infancia y, pese a que supiera que Jason no era una buena persona, lo apreciaba. Por fortuna, Nash se tranquilizó un poco ante las palabras de la fémina. Ella le aseguró que el peli-plata no cometería nada estúpido; de seguro, sólo estaba gastando tiempo y dinero en diversos moteles de Los Ángeles.

Katomi decidió ocultar el hecho de que solucionó los conflictos entre Nash y ella. Aún no olvidaba las acciones del varón en ese país, pero, a diferencia del resto de prodigios, estaba dispuesta a darle una segunda oportunidad, por lo menos, a Nash Gold hijo, no al 'Mago'. A medida que la relación se solidificaba, sus sentimientos hacia el varón desaparecían poco a poco. Se dio cuenta que estaba feliz de mantener a su exnovio como un amigo cercano. Después de todo, las mejores relaciones son aquellas en donde, después de terminar, continúan con una amistad.

Sus entrenamientos junto a Sōsu Mirai habían llegado a su fin y, por la disputa contra Jabberwock, no había podido estar con Tensai. Ya que aquella fue la semana que Shijima otorgaba de descanso, debía esperar otros dos días para gastar la energía, que guardó durante año y medio, en la duela. Esa era la principal razón por la que gastaba dos o tres horas jugando en solitario (a menos, que su hermana la acompañara, lo que era muy extraño). Era por ello por lo que continuaba en la misma duela que hace una hora atrás, bajo el intenso sol de mediodía y empapada de sudor.

Después de trotar por la ciudad durante dos horas, tuvo un descanso de quince minutos para encontrar alguna cancha de baloncesto. Le fue fácil, pues la mayoría de ellas se encontraban vacías gracias a la temperatura que el verano otorgaba. Se colocó a sí misma algunos ejercicios que eran esenciales para saber si su mente y cuerpo seguían coordinados, si su abdomen era igual de elástico y, más importante, si sus piernas se habían fortalecido.

Habían pasado cuatro meses y aún no podía creerlo. De verdad si alguien le hubiese dicho que sus piernas volverían a servir después de un ataque de Akuma, lo habría golpeada en la cara por imbécil. Había algunas noches en que le daba miedo despertar a la mañana siguiente y encontrarse con su par de muletas y su silla de ruedas. No obstante, con cada paso que daba por las mañanas de su habitación al baño, tal miedo se disipaba.

Después de asegurar sus extremidades inferiores, decidió practicar una nueva habilidad que había ocultado de su equipo: la fuerza y puntería que tenía en sus brazos. Cuando seguía parapléjica, pasaba horas y horas junto a Midorima, el varón dándole consejos sobre los tiros largos. Y cuando recuperó sus piernas y tenía días libres del infierno con Sōsu, continuaba con él. Ya después de meses practicando lo mismo, lograba realizar tiros desde la mitad de la cancha; claro, no siempre con una puntería perfecta.

Ave FénixWhere stories live. Discover now