Jabberwock - Parte III

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Recomendación Musical: "Arise" – Colossal Trailer Music

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Katomi fue recibida por una espesa nube de humo. El pobre Trauern, ya de dos años y tres meses, salió no para recibir a su dueña, sino para respirar un poco de aire fresco. La peli-naranja dejó la puerta abierta para que el humo se desvaneciera. Sólo anhelaba que las alarmas contra fuego no se encendieran (pues no quería que algún vecino saliera a gritarle), a diferencia de las que estaban dentro del departamento.

―¡Bienvenida! ―una voz le gritó desde donde se originó el fuego.

La oji-naranja caminó hacia la cocina, golpeando sus sillones y el borde de los muros. Mientras el humo por fin se disipaba y Trauern creía que el departamento era un lugar seguro, Katomi observó a su hermana frente a la estufa. La rubia sostenía un sartén lleno de ceniza y su rostro estaba negro por la misma. Tosía al mismo tiempo que limpiaba sus anteojos y se retiraba el mandil.

―¿Qué rayos hiciste? ―la menor demandó― Creí que ya sabías cocinar.

―Sólo aprendí lo básico, hermanita ―respondió Alexandra y apagó las alarmas contra incendios―. Tal vez no sirvo para aprender recetas mexicanas.

―¡Te he dicho mil veces que yo te ayudo con nuevos platillos! ―le recordó mientras humedecía una franela y comenzaba a limpiar la estufa― Eres un peligro para mi cocina. ¡Es la quinta vez que haces esto!

―Pero no estaba sola ―se excusó con un tono infantil y cerró la puerta de entrada ―. Tenía una clase de cocina en línea con Tatsuya.

La menor siguió con la mirada a la oji-esmeralda y se encontró con la portátil de la mayor sobre la barra de la cocina. El aparato blanco estaba cubierto de cenizas y se había convertido en color negro. Katomi humedeció una nueva franela y le limpió la pantalla, sólo para encontrarse con su hermano mayor ahogándose a carcajadas a miles de kilómetros de distancia. Detuvo sus risas cuando se dio cuenta que estaba frente a la oji-naranja, por lo que se reincorporó y aclaró su garganta.

―¿Qué tal, Kat?

―¿No deberías estar estudiando en lugar de ayudar a mi hermana a estropear mi cocina?

Calm down, sis' ―Himuro se acercó a la pantalla y comenzó a estudiar la cocina de la americana―. No estuvo tan mal. Esta vez, logró freír las tortillas por diez minutos antes de que las enchiladas verdes explotaran.

―¿¡'Enchiladas'!? ―se giró hacia la rubia, quien seguía limpiando los muros― ¡Es lo más sencillo de hacer! ¡Tortillas, salsa, sirves, crema, queso, pollo, listo!

―No para la única persona capaz de quemar la leche, Kat ―declaró ésta―. A parte, deberías felicitarme: no hice volar tu décimo sartén.

―Qué considerada eres, Alex ―exclamó la menor antes de volverse hacia la pantalla de la portátil, ahora, gris―. ¿Qué tal van las cosas en América, Tatsu-chan?

Pretty awesome. El nuevo novio de mi madre es un tipo genial, pero dudo que le caiga bien a mi padre. Sabe jugar baloncesto y..., creo que esa fue la razón por la que me conquistó. Lo conozco desde hace una semana, pero siento que lo amo de toda mi vida. A Shū también le agradó. Espero que lo conozcas, Kat, también te caerá muy bien.

―¿¡Shū-chan está en Los Ángeles!?

―Es lo único que te importa, ¿ah? ―masculló el varón y encarnó una ceja, antes de suspirar con pesadez― Aplicó para la misma universidad y anteayer llegó de Nueva York con su familia. Compraron un departamento en el mismo edificio del de Alex. ¡Oh! Y su padre está completamente recuperado, ¿no es fantástico?

Ave FénixWhere stories live. Discover now