Crea - Parte II

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Recomendación Musical: "Rise Above" – Alliance

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―¿Por qué me citaste? ―preguntó la menor sin alejar la mirada de su libro― No sé si lo sabes, pero tengo un horario bastante apretado.

―Necesito un consejo ―se sentó en la silla enfrente de la mesa―, ayuda con una de mis chicas.

―Por si no lo has notado, ya no soy parte del equipo.

―Eres considerada como la mejor capitana..., aunque me caía mejor Yori-chan.

―¡Adiós, Katomi!

―Espera, espera. ¡Ya, me callo! Por favor, Yu-chan, es importante.

Shuyō Yuna retomó su asiento mientras dibujaba una expresión serena. Miró a la americana que estaba sentada enfrente de ella y ésta mantenía una pequeña sonrisa, por lo que le devolvió el gesto antes de bufar con ligereza. Volvió a abrir el libro y comenzó a hojearlo.

Ambas féminas estaban en un restaurante, cortesía de Katomi. La peli-naranja invitó a su antigua capitana para hablar de un tema importante o eso fue lo que dijo en la llamada telefónica. A pesar de todo el trabajo que la japonesa tenía en la universidad, logró apartar un espacio en su agenda para encontrarse con su antigua Emperatriz.

―Habla de una vez por todas ―le ordenó―, ¿qué consejo necesitas de mí?

―Hay una chica de primero que es..., bastante peculiar; forma parte de la alineación principal, por lo que, tal vez, ya la hayas visto. Lo cierto es que nunca creí que...

―¿Fuera la media hermana de Hosoku Arale?

―Exacto. Debo... ¿¡qué!? ―guardó silencio un momento y aguardó a que Shuyō cerrase su libro― ¿Lo sabías?

―Por supuesto ―metió el libro dentro de su bolso y recargó sus codos sobre la mesa―. ¿Me dirás que Kotonaru Nyoko no es la viva imagen de su hermana? Además, yo la conocía desde antes ―al percatarse de la extrañeza en el rostro de Katomi, agregó―: Así como Yoriko-san hizo contigo, Kotonaru se acercó a mí para darme un adelanto de su entrada a Tensai.

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Para alguien cuyo equipo se acercaba cada vez más a la final, era extraño que tuviese una expresión indiferente. Recordaba aquellos días no muy lejanos donde todos pasaban horas y horas celebrando. ¿Cómo llegaron hasta ese punto? Cada quien estaba por su lado y estaba segura que nadie se encontraba feliz por su gran victoria. ¿Quién le hubiera dicho que las victorias amargas sí existían? Nunca, en su vida de baloncesto, había experimentado algo como eso. Tenía la creencia que todas las victorias debían ser aclamadas con risas y fiestas.

Sus ideales cambiaron el día en que le falló a Katomi.

Habían pasado meses desde su accidente y aún podía escuchar las palabras de Hosoku. Resonaban en su cabeza con la misma claridad que en aquel maldito partido que cambió su vida para siempre..., mejor dicho, que le cambió la vida a Katomi para siempre. Desde que se enteró de la paralización de la chica, cada día, imploraba porque el tiempo regresara y fuese ella a quien le cayera el tablero encima. Ya no quería ni advertirle a su jugadora o a su equipo. No. Sentía que era su hora de sufrir como lo hacía Katomi. Después de todo, era su culpa que la chica terminara así.

La idea de abandonar al equipo, o como se llamara ahora a un grupo infeliz de chicas, había cruzado por su mente un sinfín de veces. Total, ¿qué repercusión habría? Tensai se había convertido en una "casa" llena de desconocidos: ya no reconocía a sus compañeras de tercero y ni sabía los nombres de las titulares de primero. Respecto a Yūgana, a veces no lograba verla a los ojos; a nadie podía ver a los ojos. Nadie la culpaba, pero era porque no sabían. Nadie sabía que fue ella quien decidió callar porque decidió jugar a la capitancita valiente y todopoderosa, y lo único que logró fue herir de por vida a una hermana suya.

Ave FénixWhere stories live. Discover now