Marrón y Verde-jade

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Recomendación Musical: "Stand United" – Alliance

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Ya era normal que alguno de los dos eventos más importantes no coincidiera con el de los chicos, por lo que, en aquel año, la Copa de Invierno femenil se atrasó ligeramente. La semifinal varonil estaba a un día de presenciarse, con los equipos de Rakuzan, Fukuda Sōgō, Shūtoku y Seirin como protagonistas. Dado a que todos los prodigios se encontraban en Tokio, tuvieron tiempo de descargar lágrimas mientras disfrutaban de una buena comida de consolación en la casa de las hermanas García.

Por ser un equipo con el que se habían enfrentado desde el principio, estaban listas para su última lucha contra la Preparatoria Togimasu. Sin embargo, recibieron la lamentable noticia sobre la ruptura del equipo gracias a problemas internos. Ninguna de las dos superiores logró mantener la calma e hicieron todo lo posible por contactar a una vieja amiga y rival: Tokage Ichigo. La nueva capitana, quien escaló (al igual que ellas) desde el primer año, con una voz entrecortada, explicó que el baloncesto les había arrebatado el futuro a muchas de las jugadoras; era una pasión tan grande por el deporte que muchas no lograrían entrar a la universidad, incluyéndola. Fue una decisión bastante dolorosa pero necesaria. La entrenadora, Bimyōna Kami, y ella clausuraron el gimnasio y desintegraron al equipo, esperando que, en poco tiempo, volviera a existir.

La Preparatoria Tensai recibió la noticia con corazones rotos, lo que hizo que más de una chica pensara sobre lo que le aguardaba en un futuro no tan lejano. Shijima tuvo que actuar rápidamente para no ser testigo de la renuncia de alguna de sus chicas. Por suerte, sus dos niñas estaban ahí para apoyarlo a él y al resto de su familia.

Como ganaron los Octavos de Final por descalificación contraria, entraron directamente a los Cuartos de la Copa de Invierno. Una vez más, los uniformes verde-jade y marrón lucharían para saber qué equipo se convertiría en el ganador.

Katomi, emocionada por estar a minutos de jugar su primer partido después de más de un año, se escapó del agarre de su entrenador y de su capitana, y corrió para saludar a la alineación contraria. Pese a que fuera un equipo con el que se habían enfrentado desde los primeros días, no reconoció a alguien.

―Hola ―saludó con una sonrisa e hizo que una de las dos castañas (la capitana, por lo que supo de los datos de Odayaka), se volteara hacia ella―. Sólo quería agradecer y desearles buena suerte antes de que el juego comience.

―Muchas gracias ―la oji-marrón estrechó manos por cordialidad, hasta que borró su sonrisa y su rostro cambió a una expresión extrañada―. Me es un poco vergonzoso, pero, ¿quién eres?

Aquella pregunta le cayó de sorpresa.

Claro que había sido una tonta. Había sido una completa engreída por creer que, después de desaparecer por más de un año, la recordarían como la imparable as que llevó a Tensai a la victoria en el Inter-Escolar de hacía dos años. Mientras la capitana de Rūkī recibía con los brazos abiertos a Yūgana y sus demás chicas la imitaban, Katomi permaneció con una pequeña sonrisa nostálgica. Todas aquellas chicas con quienes creó una amistad, se habían ido. Antes de dar media vuelta para dirigirse a su banca, supo que debía recuperar su lugar en el mundo del baloncesto.

―¿Katomi?

No obstante, detuvo su andar y sus labios dibujaron una sonrisa, pero, esta vez, llena de felicidad. Se volvió por completo y su mirada estudió a aquella oji-ámbar que portaba el número seis Su estatura era alta y poseía complexión un poco robusta, tenía piel de tono miel-cálida, y su cabello mediano y lacio de color negro estaba atado en un chongo. Aquella chica era la única que estuvo con el Rūkī que conoció desde primero.

Ave FénixWhere stories live. Discover now