Realidad 0.6-AMANTES.

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Monterville
Febrero 2102
Día 2
(Mañana)

Las calles yacían completamente desiertas en un silencio aterrador que era cortado de tanto en tanto por sirenas de patrullas o ambulancias, quizás ambas no lo se.

Me disponía a ingresar al corporativo donde ella trabajaba y justo cuándo iba a empujar la puerta, alguien en el interior la jalaba para salir, ese alguien era Eu (Así solía llamar a Eunice cariñosamente)

Antes de siquiera poder intercambiar un saludo, gritos del interior del edificio rompieron con el silencio reinante.

Rápidamente jale a Eunice hacia mi y cerré la puerta del edificio poco antes de que un sujeto cubierto de sangre se arrojará bestialmente a nosotros, parecía carecer de conciencia alguna, se estrellaba una y otra vez contra la puerta de grueso cristal obsesionado con salir de ahí, el ruido del cristal quebrándose con cada embestida atraía a mas personas que aparentemente se encontraban en el mismo estado.

El que carecieran de inteligencia evitaba que tomarán la manija de la puerta y la abrieran, así mientras seguían atascados embistiendo la puerta de cristal reforzado, Eu y yo corrimos hasta el estacionamiento dónde abordamos su automóvil.

Minutos Después

-No hacia falta que fueras por mi a mi trabajo-

-Sabes que por ti yo haría cualquier cosa-

-¿Tienes hambre? ¿Quieres que te prepare algo?-

En efecto estaba hambriento pero no en el sentido convencional de la palabra.

Antes que ella se fuese a la cocina a preparar algo que comer, la detuve sujetándola del brazo y posteriormente le di un beso con toda la pasión que ella despertaba en mí.

Eu me rodeo con sus brazos y me acerco a su pecho. Recorría su cuerpo con mis manos mientras ella hacia lo mismo. El abrazo se rompió cuando Galina me empujo, risa de por medio, y comenzó a quitarse su camisa.

-Con que ese es el juego, ¿eh? - dije luego de tirar mi ropa al suelo

-Así es- respondió Eu y se escabulló en ropa interior hacia la habitación.

«Juguemos», me dije a mi mismo.

Al entrar al dormitorio mi Venus estaba en la cama esperándome. Un dedo índice me invitaba a unirmele . Mis pantalones volaron por los aires y salte sobre la cama. Las risas de Eu no tardaron en transformase en gemidos a medida que comencé a recorrer su cuerpo con mi boca. Dilate los besos lo más que puede mientras sentía como ella se estremecía esperando ese beso inigualable. Cuando llegó, cuando mis labios encontraron su pubis, sus manos aprisionaron mi cabello.

-Te amo- las palabras se escapaban entre gemido y gemido.

Su respiración era cada vez más pausada, acompañando el ritmo de mis dedos. Su cuerpo se tenso de pronto y dio paso a un gemido más largo que los demás, más profundo, minutos después nuestros cuerpos eran uno, con cada embestida sus labios dejaban escapar un gemido, sus uñas se clavaban mas profundamente en mi espalda y mis labios besaban su cuello.

Momentos como ese siempre vivirán en mi memoria y los guardaré en mi corazón, gracias a ella pude volver a amar y deseaba pasar el resto de mi vida a su lado.

Zombie; ChroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora