Monterville
Abril 2102 (Tarde-Noche)
Día 11La puerta... Los hechos recientes corrían por mis neuronas y se conectaban entre sí. «¿Cómo consiguió Rambo sobrevivir durante tanto tiempo? ¿Por qué estaba la puerta de aquel piso abierta?» Pero no era a la puerta de aquella vivienda a la que llamaban entonces.
Me puse de pie tambaleándome. Los golpes cesaron. Silencio. Contemple la puerta sin pestañear e intente descifrar lo que se encontrará detrás.
-¿Hola? -es la primera voz humana que escuche en días.
-¿Quién está allí? -pregunte en tono hostil.
-Abre, por favor -dijo una voz masculina-. Somos tus vecinos del edificio de enfrente, Luis y Sam.
Silencio.
-Necesitamos tu ayuda.
Al abrir la puerta me encuentre con dos seres famélicos. Podía ver las siluetas de sus huesos debajo de la ropa.
-Gracias -dijo el hombre mientras se apoyaba en el marco de la puerta
La niña mantenía la mirada fija y apretó la mano de su padre. No parecía tener más de seis años. Su cabello rojizo había adoptado un tono oscuro debido a la falta de higiene.
Enseguida bombardee al hombre con preguntas: «¿qué les había sucedido?», «¿por qué se encontraban en tal estado?»...
Él alzo su mano y volvió a apoyarla en el marco de la puerta.
-Hemos estado en el piso de un vecino todo este tiempo, el 4.º B -su voz era un suspiro-. Antes de marcharse, me dejó las llaves. Cuando mordieron a mi hijo, mi esposa insistió en quedarse con él. Le dije que era un suicidio... pero ella no quiso escucharme, y yo tenía que mantener a mi hija a salvo.
»Los primeros días, después de habernos mudado, me cercioraba de que Samantha estaba segura en nuestro nuevo hogar y luego los visitaba. Le daba de beber al perro y alimentaba a mi esposa, quien ya prácticamente ni me reconocía. Su mente jamás pudo procesar la infección de nuestro pequeño.
Con lo poco que comía, llegó el momento en el que ya no tuve las fuerzas para bajar al tercero. Subsistimos a base de los alimentos no perecederos que había en la casa. Hace dos días que no como sin embargo. Las últimas galletas que de casualidad encontré se las he dado a Sam.
Pensé que íbamos a morir allí. Pero entonces te oí a ti, yendo a nuestra casa... Supe entonces que tú serías la única opción para ella.
-Subir las escaleras ha sido un esfuerzo -la mano en el marco temblaba sin cesar-. No puedo más, necesito cerrar los ojos. Pero Sam; ella sí puede sobrevivir. Necesito que te hagas cargo de mi hija.
-¿Yo? -la niña seguía sin inmutarse-. Seguramente habrá alguien en la comunidad que pueda...
-¿No lo sabes? -me interrumpió y vi como sus rodillas comenzaban a doblarse bajo su peso.
El hombre se desplomo en el suelo. Los ojos verdes de la niña se dispararon hacia su padre pero su expresión seguía siendo un gran vacío. Me arrodille a su lado y vi como los ojos del hombre se cerraban de a poco y, con estos, una última exhalación abandonaba sus pulmones y escapaba por entre sus labios. Mis dedos frenéticos buscaban en su cuello, en su muñeca, en algún lugar... pero no encuentre pulso alguno. Y allí continúo la niña, aferrándose ahora a una mano imaginaria.
Las mejillas de la niña se empaparon, sus párpados cayeron
rendidos y la pequeña comenzaba desplomarse hacia adelante, solo pude detener su caída y cojerla entre mis brazos.
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Zombie; Chronicles
Ciencia FicciónLight novel (Novela ligera) En un futuro distante un apocalipsis zombi azotará el mundo y Michael comenzara un viaje en busca de la verdad detrás de este virus, pasando por dolorosas penas, buenos momentos y difíciles situaciones para lograrlo. Edit...