Capítulo 3.- Platicas de amigos

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Media hora después, estaban Anya y Luigi en su departamento, el pequeño había llorado otro rato por el susto que se llevó, sin embargo las bromas de su amiga estaban mejorando su humor, estaban cenando una pizza frente al televisor

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Media hora después, estaban Anya y Luigi en su departamento, el pequeño había llorado otro rato por el susto que se llevó, sin embargo las bromas de su amiga estaban mejorando su humor, estaban cenando una pizza frente al televisor.

—¿Ya avisaste a Gail lo que Bart te hizo?- preguntó Anya sin dejar de ver la televisión.

Luigi casi se atraganta con el pedazo de pizza en su boca
—¡No, ni te atrevas a decirle nada!- tosió y se golpeó en el pecho para lograr pasar el bocado.

Ella dejó de mirar la televisión y le regaló una mirada fulminante a su amigo —¿Y se puede saber por qué no le has dicho nada?

El chico tragó en seco y algo apenado respondió —No quiero que Gail sepa de Bart, me avergonzaría que se entere del tipo de hombre con el que salí.

—¡Eso es estúpido Luigi!!!- ella le dio un golpe en la cabeza con la palma de su mano —Gail te ama, no seas un tarado.

—¡Oye!, no me maltrates más; de por sí tengo morado un ojo y mi labio está hinchado- Luigi hizo un puchero —¡Es muy vergonzoso Anya, no quiero que Gail lo sepa. No le vayas a decir nada!

—¡Claro que se lo voy a decir! Es tu novio, mínimo que sirva para algo. Me cae gordo porque es un pesado antipático, pero en estos casos, me encantaría que buscara a Bart y le diera una paliza- ella se puso de pie y caminó a la cocina.

—¡Noooooo!- Los ojos del pequeño se pusieron húmedos.

—No llores, odio que la gente llore- Anya pasaba su peso de una pierna a otra, ya se sentía incómoda y culpable —Dime la verdad, ¿Qué es lo que no quieres que Gail sepa realmente?

Luigi agachó su cabeza,
—Bueno... Es que Gail a veces se enoja mucho y asusta.

—Hay algo más, dímelo Luigi.

El tono de voz del chico era afligido, Anya se acercó a él, con delicadeza lo tomó de la mano y lo llevó al mullido sillón de su departamento —¿Qué pasa pingüino?, sabes que puedes confiar en mí.

Él hizo un puchero tierno y la miró con sus ojitos tristes
—Tendría que contarte todo lo que pasó desde un principio.

Su amiga asintió en silencio. No quería interrumpirle en nada.

Moviendo sus manos nerviosamente sobre su regazo, el pequeño castaño comenzó a hablar de nuevo —Hace un año, después de pasar por un largo proceso de confusión y negación, acepté que era gay y me animé a entregarle mi corazón a Dante, él fue mi primer novio- suspiró recordando
—Llegamos de la universidad un día que salimos temprano a mi casa, una cosa llevó a la otra y terminamos sin camisa besándonos en mi habitación- se formó una sonrisa triste en aquel angelical rostro, pues Luigi era delicado y muy tierno. Para Anya su amigo era un pequeño ángel roto, al que Gail le podría reconstruir sus alas si tan solo dejara de ser tan idiota. Ella tenía sentimientos encontrados hacia Gail, a veces le agradaba pero también, muchas veces odiaba que fuera novio de Luigi.

A La Novia Me Robaré Y Al Novio TambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora