Capítulo 12.- Propuesta

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Dafne llegó antes de la hora acordada, subió a planta alta, donde había acordado verse con Luigi

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Dafne llegó antes de la hora acordada, subió a planta alta, donde había acordado verse con Luigi. Habían pocas personas y se miraba agradable.

Media hora después comenzó a sentirse incómoda, parejas bailaban juntas, otras caminaban de la mano, otras platicaban juntos y ella sola como siempre.

Cerca de ella, miró a un par de chicas risueñas, reían y por debajo de la mesa entrelazaron sus dedos y estaban tomadas de la mano. Fue tan tierno, que Dafne no sabía si llorar de ternura o de envidia, enamorarse no era algo que le sucediera amenudo, y aunque le sucediera, no existía ser humano en la tierra que pudiese soportar a su madre.

Además iba a casarse. Rayos, qué asco puede ser la vida a veces.

Miró su reloj de mano, su hermano no llegó a la cita, eso la entristeció mucho más —¿Desea ordenar algo?- Preguntó  un mesero.

Dafne miró a su alrededor y dudó un momento —Sí- respondió finalmente —Quiero uno de esos.

La rubia no sabía de bebidas alcohólicas, pero una pareja estaba tomando algo de color blanco espumoso y ella quiso probarlo.

—Excelente, en un momento se lo traigo- el joven cumplió y con rapidez ya estaba de vuelta.

Dafne comenzó a tomar y la terminó en menos de cinco minutos, habló al mesero y ahora pidió una cerveza.

La cabeza le comenzó a dar vueltas, pero por alguna razón extraña, ya no se sentía triste, ahora solo quería reír por nada y ahi solita comenzó a bailar mientras tomaba.













Anya y Luigi estaban en una de las mesas del antro Rixton, luces de neón lo adornaban y la música era romántica y suave. Ninguno de ellos estaba tomando nada, solo veían a todos lados si llegaba Dafne.

Sin embargo, quien llegó y se detuvo a hablar con ellos fue Gail
—Hola, buenas noches- saludó.

—Eran buenas, hasta que llegaste- respondió Anya cruzándose de brazos.

—Es una forma hostil de recibirme, teniendo en cuenta que tienes mi coche y yo he tenido que llegar en autobús.

Ella sonrió, sacó las llaves de su pantalón de mezclilla color azul oscuro y se las arrojó contra el pecho a Gail al mismo tiempo que se ponía de pie —Por mí, te puedes ir a la mierda con todo y tu coche.

El hombre la miró con sorpresa ya que ella nunca le había tratado tan mal. Sin embargo ella no le permitió hablar, solo miró a Luigi y le dijo —Esperaré a tu hermana en la barra, no soporto visitas desagradables y tú tampoco deberías de hacerlo.

—Esta bien Any, te entiendo- Luigi se sentía muy incómodo con esta situación.

Gail se sintió ofendido —Que quiera mantener mi vida privada no es motivo para que me faltes al respeto Anya.

A La Novia Me Robaré Y Al Novio TambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora