Capítulo 18.- ¿Ya no somos enemigos?

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Era tan extraño, con pesadez Philip entró a su departamento, se dejó caer como un costal en la cama y puso las manos en su rostro de forma frustrada—¡¿En qué carajo estaba pensando?!- se reclamó así mismo—Luigi está comprometido con el señor perfe...

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Era tan extraño, con pesadez Philip entró a su departamento, se dejó caer como un costal en la cama y puso las manos en su rostro de forma frustrada
—¡¿En qué carajo estaba pensando?!- se reclamó así mismo
—Luigi está comprometido con el señor perfecto y millonario- el sarcasmo no podía faltar en sus quejas —¿Porqué siempre llego tarde a todo?, además yo no puedo ofrecerle lujos, mi vida es muy modesta, no tengo dinero para regalos caros- se lamentó
—Tal vez el Gail ese si es perfecto después de todo.

Sin ánimos de nada, decidió tomar una ducha, puso a cargar su teléfono, sintió hambre y decidió salir a comprar algo para comer porque su pequeño refrigerador estaba vacío, pero al tomar su celular, llegaron varios mensajes, todos con imágenes de documentos —¡La psicótica lo hizo!- se sorprendio al darse cuenta que las imágenes eran las de un testamento.

Encendió su computadora, pasó las imágenes y las imprimió, sacó un marcatexto color verde y con gran interés, empezó a leer.

Hoja por hoja, fue subrayando los datos más importantes, leía despacio hasta dos veces cada hoja, para asegurarse de no omitir nada importante, al llegar a la octava hoja se puso de pie de un brinco
—¡¿Pero qué rayos?!- rápidamente subrayó un gran párrafo y tomó su teléfono y marcó el número de Anya.

La llamada no entró; lo volvió a intentar, otra vez y otra vez y otra vez —¡Joder, ¿porqué tienes apagado el teléfono?!!!

Frustrado nuevamente dejó los papeles a un lado y se sirvió un vaso de agua mientras hablaba solo —¿Y para qué me estreso?- Philip rellenó el vaso con agua
—Ok, ¡¿Para qué rayos me envía el testamento si no va a estar al pendiente de mi llamada?!- dio un gran trago a su agua —Anya tenía que ser, pequeña psicótica desquisiada, solo me hace perder mi tiempo- volvió a tomar agua
—A mi que me importa que la rubia vaya a casarse- dijo con molestia y luego se entristeció —Será tal vez porque es hermana de Luigi- suspiró —Luigi...- cerró sus ojos rememorando el rostro del pequeño —¿Cómo puedes ser tan hermoso y tan imposible de alcanzar para mí?

Se dejó caer de golpe en su cama suspirando de nuevo —Por lo menos Dafne corresponde a Anya, pero tú Luigi... Tú estás enamorado de ese Gail.

Puso las manos en su estómago mientras miraba al techo —Pero si estuvieras enamorado de él, me hubieras ayuentado, no te conozco pero sé que no eres el tipo de persona que da entrada a cualquiera. Tal vez y te confundo, pero tu también me confundes a mí. Jamás interfiero en la relación de nadie- sonrió acomodándose mejor en su cama —Ni siquiera miro a nadie con interés. Estoy jodido, en un solo momento me llegaste directo al corazón, ¿quién diría que alguien como yo puede enamorarse?- pasó las manos por sus ojos tallándolos, luego puso las manos en su frente —¿Quién diría que sí existe el amor?

Tomó su celular y puso música romántica para seguir atormentándose así mismo
—Tal vez si me volviera psicótico como Anya, mi hermoso me elegiría a mi- buscó en su lista de música algo muy deprimente que escuchar —¿Qué estará haciendo Anya ahorita?- cerró sus ojos cuando la canción más triste de su lista comenzó a sonar
—De seguro tiene entre sus brazos a Dafne, mientras yo muero de soledad, debería escribir un libro de mi vida. Pero nadie lo leería porque sería muy deprimente y aburrido.

A La Novia Me Robaré Y Al Novio TambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora