Capítulo 32.- Se gana y se pierde

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Las horas se volvieron llenas de ansiedad y tensión

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Las horas se volvieron llenas de ansiedad y tensión. Llegó el abogado de Tito y junto con ellos estaba Romy, todos litigando con el encargado de la comisaría. Afirmando que eran exageraciones, injusticias y mentiras la información en los documentos, al igual que el certificado médico que decía que sus hijos padecían estocolmo.

La voz de Tito era la más gruesa y potente de todos, los chicos estaban con los nervios de punta en la sala de espera. Sin saber si su padre lograría liberar a Anya y Philip.

Un hombre pelirrojo, delgado y elegante llegó y fue hasta donde estaban los chicos —Hola- saludó.

—Hola- respondieron al unísono los chicos.

Al verlos tan pálidos y ver que la noche ya había llegado preguntó
—¿Ya comieron algo?

Dafne negó con su cabeza.

—No- respondió Luigi.

Hubo cierto silencio, los hermanos no conocían a esta persona.

Él sonrió muy amistoso
—Soy Oswaldo, el esposo de Tito.

Los chicos lo miraron con incredulidad y sorpresa, se veía muy risueño como para imaginarlo con el gruñón de su papá.

El pelirrojo sonrió —Son muy parecidos a Tito- tocó un mechón rubio de Dafne —Tú heredaste su cabello, pero en tí luce más bello- tocó el mentón de Luigi
—Y tú definitivamente eres su pequeña réplica.

Dafne señaló la oficina de la esquina —Si vienes a ver a papá, está dentro con el abogado y los oficiales.

El hombre hizo un ademán muy gracioso poniendo los ojos en blanco y la mano en su corazón
—¿Entrar para presenciar la furia de tu padre en primera fila?, yo paso. Qué horrible- les guiñó un ojo
—Yo vine a acompañarles a ustedes, esto va para largo, su padre no se va a quitar de aquí hasta que se cumpla lo que pide y a penas va empezando. Vamos a comer algo, yo invito y querida, compremos algo de ropa para ti, te veo tan apretada en ese vestido ¡Que ya siento un dolor de columna muy intenso!

Luigi comenzó a reír —Yo había pensado algo parecido, es muy hermoso pero se ve que pesa un mundo, yo me habría desnudado desde hace horas.

La rubia no pudo evitar sonreír
—La verdad es que sí está algo pesado, ya me siento agotada ¿Y si te lo regalo? Lo puedes agregar a tu colección.

Con un ademán Oswaldo invitó a los chicos a caminar junto a él
—Ay cariño, ese vestido quémalo, trae mucha mala suerte.

—En ese caso, vamos a ponérselo a Rafael a ver si así el universo conspira en contra de él y se casa con una momia o lo se los llevan los extraterrestres- bromeó Luigi.

Y así por un rato, todo fue más tranquilo y un poco más relajado para los chicos.

Oswaldo era sumamente alegre, brillaba como si pudiera ver la vida con otros ojos, unos que vieran el futuro y estuviera seguro que todo saldría bien. Dafne se deshizo del vestido y lo dejaron tirado en un cesto de basura, incluso Luigi se compró también una muda de ropa, con las prisas no había traído nada.

A La Novia Me Robaré Y Al Novio TambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora