Capítulo 4.- Necesito un favor

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—Any, Any, ¡Anyaaaaa!-, Luigi estaba dentro del cuarto de su amiga, moviéndola para despertarla

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—Any, Any, ¡Anyaaaaa!-, Luigi estaba dentro del cuarto de su amiga, moviéndola para despertarla.

—¡Déjame!- Anya lo empujó y jaló con fuerza su sábana para taparse la cabeza —Estoy durmiendo pingüino, déjame en paz, tengo mucho sueño.

—Te dije que no te desvelaras anoche- la regañó Luigi.

—Y yo te dije que no tengo que ir a trabajar, así que fuera de mi cuarto ¡Shu!- la chica seguía enrrollada en su sábanas.

—Anya despierta, necesito un favor, es una urgencia- la voz del chico se escuchaba necesitada. Su amiga se levantó de mala gana, con el cabello negro y largo todo alborotado y unas ojeras terribles.

—¡Ya pues!, dime rápido que tengo sueño- refunfuñó Anya mientras trataba de aplacar la estática en su cabello.

—Mi hermana me habló hace rato, dice que hubo por ahí una petición de nuestro fallecido abuelo y que no iba a poder darme detalles porque casi tiene a mamá encima de ella, que es su sol y su sombra, porque la ha comprometido con un chico amigo de la familia, no le entendí quién. Pero entre ese chico y mi madre están organizando la boda.

Anya parpadeó —Espera, ¿tu hermana se va a casar con un tipo y esa es tu urgencia?- bufó
—Envíale un regalo de bodas por correo y déjame dormir- se volvió a acostar en la cama y se cubrió la cabeza nuevamente con la sábana.

De pronto sintió un tirón, Luigi le había quitado bruscamente la sábana y ahora la tenía entre sus manos —Mi hermana me habló vuelta un rio de lágrimas, ella no quiere casarse con el tipo ese, pero dice que no hay otra opción. No le entendí a la mitad de lo que me dijo porque no dejaba de llorar. Hay que ir a verla para hablar con ella personalmente.

La chica suspiró, ahora entendía cual era la urgencia
—Tu hermana vive a dos horas de distancia, si vas a verla, no te dará tiempo de estar aquí para cuando Gail llegue por ti para irse al viaje que harán juntos. Ir por tu hermana significa rechazar el regalo de Gail.

Luigi hizo un puchero triste
—No sé qué hacer...- luego una idea vino a su mente —¡¿Y si me ayudas a ir a ver a mi hermana?!

—¡¿Quéeeee?!- Anya se puso de pie de un brinco —¡Ni loca estaré cerca de la bruja de tu madre!

—¡Anya no le digas así!, ella no es una bruja... Bueno, sí se comporta mal, pero tengo que respetarla. Ella es de un carácter difícil pero es mi madre.

—Difícil es un concepto corto que no llega a abarcar a esa señora-  Anya estaba molesta —No solo quiso arruinar tu vida, ahora va a arruinar la vida de tu hermana, ¡No debiste hacer que regresara con ella!

—Ya no me hagas sentir más culpable- Luigi con la cabeza baja y su semblante triste, comenzó a salir de la habitación de su amiga —Le hablaré a Gail y le diré que cancele el viaje para que me acompañe a ver a mi hermana.

—¡Noooo!- Anya corrió hasta su amigo y bloqueó su paso
—No puedes cancelarle a Gail.

—¿Porqué no?- preguntó él con curiosidad —¿Acaso tú sabes qué es?

Ella sonrió —No. Pero si es un regalo tan especial y logra hacerte feliz tal vez ya no me caiga tan mal.

Los ojos del chico brillaron radiantes —¡Te agrada Gail para mí!

Anya empezó a reír —¡Claro que No!- negó con su cabeza
—Pero digamos que lo estoy considerando.

—¡Y no podré verlo!- se lamentó Luigi.

—Pues no vayas a ver a tu hermana- Anya se encogió de hombros.

—Es mi culpa que esté allí, no puedo abandonarla ahora.

La chica caminó bruscamente hacia su ropero y empezó a tirar unas prendas en su cama
—Yo iré a ver qué le pasa a tu hermana y porqué no ha mandado a la mierda esa boda- se giró un momento y lo señaló
—Pero no te prometo aguantar insultos de tu madre.

Luigi comenzó a dar brinquitos y corrió hasta su amiga estrujándola —¡Eres la mejor!

—¡Suéltame pingüino o te voy a extinguir como los dinosaurios!- lo empujó mientras se reía
—No me gusta que me abracen, ¡Shu!, aléjate que moriré intoxicada de tanta cosa cursi.

Su amigo no podía parar de reír
—Si vas a morir intoxicada, que valga la pena-, Luigi hizo su mueca de travesura —Te mereces un besito en la mejilla.

—¡Noooo!, ¡Qué horror, aléjate de mi!

Como su amigo ya iba corriendo hacia ella, Anya corrió hasta el baño y se encerró allí, desde dentro le gritó —¡Haz el desayuno y deja de molestarme!

Su amigo hizo caso y sin dejar de reír, salió de aquella habitación.

Dentro del baño Anya se miró al espejo y le preguntó a su reflejo
—¿En qué rayos me acabo de meter?






















Dafne abrió sus ojos con dificultad, los sentía hinchados de tanto llorar. Se sentó en la orilla de su cama y dolieron sus rodillas recordando lo que estuvo a punto de hacer.

Se arrepintió de hablar a Luigi, solo esperaba que no se le ocurriera venir a buscarla, su madre lo trataría muy mal. Buscó su teléfono para hablar a su hermano pero antes de poder marcarle su madre llegó a su habitación —¡¿Todavía no estás lista?!- la regañó.

—Me siento mal mamá, no quiero salir.

La mujer le arrebató el teléfono
—¿Con quién ibas a hablar?

La rubia se puso de pie extendiendo su mano —Con nadie mamá, por favor devuélveme mi teléfono.

La mujer accedió —Solo espero que no vayas a darme una puñalada por la espalda como ese muchacho- dijo Rita haciéndo referencia a Luigi
—Si te comportas como él, moriré de coraje y será tu culpa. Eres la única que tendrá la culpa, me matarás de un disgusto.

La rubia cerró sus ojos —No te voy a matar de un disgusto, me voy a casar con el vecino, ¿recuerdas?

Rita respiró más tranquila
—Cierto- La mujer se dio la media vuelta —Te quiero lista en cinco minutos, asi que apresúrate.

Renegando con cada fibra de su ser, la chica obedeció.

Renegando con cada fibra de su ser, la chica obedeció

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A La Novia Me Robaré Y Al Novio TambiénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora