Desperté de golpe, y me encontraba esta vez en mi habitación, lo reconocí por la bola de papel en el piso que lancé aquél día que estuve aquí por primera vez.
Busqué en mis bolsillos el reloj y lo abrí, dejándome ver en qué fecha estábamos: domingo 10 de septiembre, 2040 8:15am. Ya no me sorprendía tanto esto, sin embargo estuve inconsciente más días que la última vez.
Mi desayuno se encontraba en una bandeja al final de la cama, y agradecí eso porque moría de hambre. Comí relajadamente mis sándwiches hasta terminarlos y darme cuenta que la semana había terminado, hoy se supone que si sobrevivíamos nos enviarían a otra ala o algo así.
Dejé la bandeja a un lado y me dirigí a donde creía que debería de estar la puerta, marqué el código que ya me sabía de memoria y me dio vista al pasillo.—¡Eso!—Exclamé feliz, lo había logrado otra vez.
Caminé a paso lento por el pasillo con cierto miedo de que me descubrieran, temblaba de los nervios porque hoy sería el día en el que sabría si quedaría con Deck o no. Lilian venía hacia mí y cuando la ví corrí hasta ella y la abracé fuerte.—Gracias a Dios me conseguí contigo—Dije separándome de ella y sonriéndole.
—Gracias a Dios estás bien—Sonrió.—¿Desayunaste?—Me preguntó.
Asentí.—Desperté con mucha hambre—Confesé.—Hoy es el día.
Me miró alegre.—Te iba a buscar para llevarte con Olms, él será el que altere tu ADN.
La miré preocupada.—Ah no, con ese loco no—Dije alejándome de ella. No iba a ir con ese loco.
—No te pasará nada malo, lo prometo—Su voz sonaba sincera. Asentí y la seguí. Después de todo, era la única del personal con la que podría confiar.
Caminamos un poco y llegamos hasta el consultorio médico de Olms. Él estaba allí viendo una carpeta, que al acercarme, pude notar que tenía mi nombre, era una carpeta repleta de papeles míos.
—Entra en aquél contenedor—Señaló un contenedor azul claro, casi transparente, cuadrado.
Caminé hasta el mismo, se abrió la puerta y entré. A continuación de cerró la puerta y quedé adentro. Lilian me miraba desde afuera y sonreía transmitiéndome seguridad. Olms mientras tanto, escribía coordenadas extrañas en la pared, era como si fuese un tipo de computadora.
Comencé a sentir un extraño escalofrío y a temblar, no podía controlarlo. Detestaba tener claustrofobia, sentía que me estaba sofocando y quería salir de aquí.—¡Déjenme salir!—Grité golpeando las paredes del contenedor, las cuales se volvieron oscuras y ya no podía ver ni al doctor Olms ni a Lilian. Mis golpes se habían vuelto intensos y noté que mis nudillos sangraban, no paraba de gritar para que me sacaran de este estúpido contenedor.
Lágrimas caían por mis mejillas sin control, tenía mucho miedo, estaba oscuro y no podía moverme a ningún lado. Sentí una impotencia dentro de mí, miré mis nudillos ensangrentados y suspiré, trataría de intentarlo una vez más. Golpeé más fuerte y logré romper la puerta del contenedor, la cual salió disparada hacia los archiveros de Olms dejando todo vuelto un desastre. Olms maldijo por lo bajo y me miró serio.
—¿Estás bien?—Preguntó Lilian sosteniendo mis manos y viendo el daño que me había hecho.—Hay que curarte ahora mismo—Se dio la vuelta dirigiéndose hacia Olms.—Te dije que la sacaras de ahí.
Mientras tenían una pequeña discusión de la cual no era capaz de escuchar nada, me quedé mirando mis nudillos, y me sorprendí al darme cuenta que se estaban curando solos.—¡Li-Lian!—Grité asustada aún con la mirada en ellos.
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Internado PNE
Science Fiction"Te arrepentirás de haber nacido". Es lo que todos dentro del Internado suelen escuchar... Pero ¿Qué más queda? ¿Esperar a que llegue alguien que los salve? Quizás... Sin embargo, el tiempo se les agota y sólo una persona es capaz de salvarlo todo y...