Capítulo 11: Degeneración.

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Me dirigí rápidamente a la oficina del encargado para encararlo y ver qué quería ahora. Como verán, rompiendo la regla de andar con Lilian, ni la esperé.

Cuando estoy en frente me veo en la obligación de tocar la puerta ya que gracias a cierta persona no pude ver el código como para poder abrirla por mí misma. Luego de unos minutos, se abre y recibo al encargado en frente de mí, dándome un lado para pasar. Entro en la pequeña oficina y me quedo parada un poco alejada del escritorio, el encargado de ala mientras tanto, se sienta en su respectiva silla y me mira con atención.—Me parece algo muy casual de tí que rompas las reglas—Mencionó con ironía, supongo que se refería a que vine sola sin Lilian.—El doctor Olms ya recibió su castigo por haberme ocultado tus exámenes y tu progreso. No me creo esa de que se haya equivocado—Frunció el ceño.

Traté de mantener la calma.—Igual, con mis exámenes o no, no lograrán hacerme nada—Hablé seria, estoy harta ya de todo.

Se carcajeó por un momento, lo que me hizo enojar aún más.—Eso es lo que tú crees—Dijo parando de reír.—Lo que no sabes es que tienes un talón de Aquiles.

Sentí como todos mis músculos se tensaron al instante. ¿Tengo una debilidad?—¿A qué se refiere usted?

Él me miró divertido, como si estuviésemos en una divertida situación.—No es algo que deberías saber.

Estaba furiosa, no pensaba decirme nada sobre mi supuesta debilidad, aunque, posiblemente me estaba jugando una broma, si me pongo a pensarlo mejor, tal vez hasta me este mintiendo.—Le quiero hacer otra pregunta, encargado de ala sin nombre. ¿Por qué debo de hacer entrenamiento completo ahora?—Pregunté.

Se recostó del escritorio.—Porque debes mejorar tus habilidades, antes de enviarte al área de experimentación, quiero que el 50% de tu potencial ya esté desarrollado—Explicó.

Abrí mis ojos como platos.—¿Piensa enviarme al área de experimentación?—Estaba impactada por esa noticia.

Él asintió.—Los de tu clase terminan sí o sí en esa área, espero puedas sobrevivir—Se rió de su propia expresión.

No, no puede hacer esto y reírse de mi desgraciada situación. Me acerqué con paso firme y lo tomé de la camisa, estaba hasta la coronilla de tener que aguantarme a este tipo.—No voy a ir a ese lugar—Dije con autoridad.

Se rió en mi cara, le importó un comino lo que le dije, después de todo, era otra marioneta del presidente del orfanato y además de eso, otro que se cree superior a los demás. Tenía tanto enojo, él trataba de zafarse de mi agarre, mas no lo lograba porque era más fuerte en estos instantes.—¡Suéltame monstruo!—Exclamó. Mi paciencia se fue de viaje, con mi otra mano lo agarré por el cuello y en segundos cayó inconsciente.

—¿Rachel?—Miré de reojo a Lilian.—¿Lo mataste?—Se acercó corriendo.

—No, solo lo dejé inconsciente—Me encogí de hombros.

Ella lo revisó y me miró distante.—Entonces debes explicarme por qué no tiene pulso y no respira.

Me alarmé y la quité de mi camino corroborando lo que me dijo y efectivamente no respiraba ni tenía pulso.—¡Yo solamente quería dejarlo inconsciente! ¡Me estaba hartando!—Grité tratando de revivirlo pero no funcionaba, seguía inmóvil.—¿¡Por qué no revive!?—Grité al borde del colapso por mi error.

—Creo que una vez lo matas, no puedes volverlo a revivir, leyes de la vida—Lilian se veía pensativa.—Y tú sigues las leyes de la vida porque, curas a los heridos y tienes la capacidad de regenerar lo que está muerto pero nunca has tratado de regenerar algo que tú misma hayas degenerado—Pausó.—En teoría, si degeneras algo por tu propia cuenta, no eres capaz de regenerarlo.

Mi cabeza colapsó con tanta información, sabía de biología pero no a tal punto. ¿Soy capaz de matar? ¡Pensaba que sólo podía dar vida!

—Tenemos que irnos ahora—Lilian me jaló del brazo haciéndome salir del transe y ayudándome a levantar.—No podemos estar aquí para cuando un superior venga.

Salimos de la oficina y caminamos por el pasillo, no sé si iríamos a mi habitación o si me llevaría al gimnasio. El punto es, que de mi cabeza no salía el pensamiento de que acabé de matar a alguien sin saber que podría matarlo y ahora no sé cómo podría ser capaz de controlar esto.

Siento como Lilian me empuja volviéndome a la realidad y entramos en el consultorio de Olms. Él nos observa confundido y deja de hacer lo que hacía para dedicarnos su atención.—¿Qué hacen aquí? ¿No deberían...?—Lilian lo interrumpe.

—Rachel mató al encargado de ala—Habló de golpe.

Olms me mira preocupado y un tanto sorprendido por la noticia. Yo no sé qué decir, estaba enojada con ese señor pero tampoco pensaba en matarlo.—No pensé que se desataría tan pronto—Comentó.

Lo miré en shock. ¿¡Él ya sabía que podía matar!?—¿¡Tú ya sabías que podía matar y no me lo dijiste!?—Grité con lágrimas saliendo de mis ojos.—¡No quiero matar a alguien con solo tocarlo!

—Lastimosamente, te necesitamos así—Dijo Olms cruzándose de brazos.

Mi cara era un poema—No voy a matar a más nadie, no es bueno hacer esto—Negué con la cabeza si es que él pensaba que iría a estar matando a cualquiera.

—Tú controlas a quién matar y a quién curar, eso sí, una vez mates no puedes revivir a esa persona o cosa—Explica, lo mismo que me dijo Lilian.—¿Quieres salir de aquí y acabar con este infierno? Pues entonces no puedo contrarrestar tu don hasta que cumplamos con ese cometido.

Tensé la mandíbula y me sequé las lágrimas. Me estaban volviendo un arma, la esperanza de salir de aquí, eso no era bueno. No quería matar a más nadie porque, bueno o malo, al fin y al cabo terminan siendo seres humanos.—Después de que termine todo, vas a tener que quitarme esto, no sé qué puedas hacer, pero si no lo haces, yo misma me voy a matar—Dije con toda la seriedad del mundo.

—Me parece bien, así se hará—Aceptó.

Lilian nos miraba con inseguridad, creo no estaba de acuerdo con nuestro "trato" pero así se iba a hacer.

A partir de ahora, solamente me enfocaría en cumplir con la misión, salir de aquí y sacarlos a todos.

Internado PNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora