Capítulo 21: Buscando a los más fuertes.

6 1 0
                                    

Corrimos por el pasillo hasta llegar a una puerta negra que se encontraba en el suelo con un candado puesto. Excelente. No teníamos forma de quitar el candado para descender al sótano.

—¿Y ahora qué?—Preguntó Isabella cruzándose de brazos.

Iba a hablar pero otra voz habló detrás de nosotros.—Creo que necesitan mi ayuda—Dijo y sonó una llaves.

Me giré junto con las chicas y se trataba de un chico al cual no reconocí.—¿Quién eres tú y qué son esas llaves?—Pregunté serio. Llevaba uniforme azul pero no confiaba en él.

—Mi nombre es Henderson y soy mayor que ustedes, si se pudiera decir, el más fuerte de esta ala—Habló de forma arrogante y su sonrisa era la de un idiota. Me puse enfrente de las chicas.

—Dame las llaves y vete, esto es asunto de nosotros—Dije autoritario.

Él soltó una carcajada sin emoción alguna.—No tendrás las llaves sin dejarme ayudar en lo que quiera que estén haciendo. Soy el único con una copia de las llaves que van hacia el sótano.

Estaba que perdía la paciencia. Iba a enfrentarlo pero Isabella me detuvo agarrando mi brazo. A continuación se puso adelante de mí y con un movimiento de manos le quitó las llaves a Henderson y lo lanzó hacia atrás en el aire.—Vamos, rápido—Colocó las llaves en el candado y lo abrió.

Bajamos por la escalera que se encontraba agarrada a uno de los lados del minúsculo túnel. Al llegar abajo caminamos derecho por el pasillo sin saber exactamente a dónde ir, habían celdas de ambos lados y los demás pasillos eran celdas, no habían otras puertas que nos llevaran a las demás alas.

—A este paso caminaremos en círculos y nos perderemos—Se quejó Anny.

—Relájate, hallaremos una forma de conseguir las otras alas—Dije con calma.

—¡Oigan!—Escuché que alguien había gritado.

Me detuve y las chicas al parecer lo escucharon también porque dejaron de caminar.—¡Chicos!—La misma voz.

Buscamos a ver de dónde provenía la llamada y vimos unos brazos sobresaliendo de unos barrotes a lo lejos—¡Por aquí!.

Corrimos hasta donde estaban los brazos y nos conseguimos a una chica con cara de preocupación y se asombró al vernos.—Ustedes deben ser del área de experimentación.

Asentí.—¿Quién eres tú?—Pregunté.

—Soy Lis Torres—Se presentó y su nombre me hizo ruido en la cabeza, me recordaba a alguien.—De por casualidad, ¿Sabrán si mi hermano Óscar está bien?—Preguntó. Ahí supe entonces que ella era la hermana de él.

—Sí, lo dejamos arriba para que estuviese a salvo—Respondió Anny con una sonrisa.

Lis suspiró aliviada.—¿Qué hacen aquí?

—Vamos a dividirnos los tres en las próximas tres alas para buscar al más fuerte, luego nos marcharemos—Contó Isabella.

—Llévenme con ustedes—Suplicó Lis—Puedo ser de ayuda, en serio. Pero no me dejen aquí, quiero reunirme con mi hermano e irme con ustedes.

La miré triste.—Si alguna de estas llaves abre tu celda, tendrás suerte—Señalé las llaves que cargaba Isabella.

Ella comenzó a probar las llaves que no eran del candado que abría la puerta y ninguna parecía funcionar. Luego de 10 intentos, la onceava llave logró abrir la celda de Lis.—¡Gracias!—Exclamó feliz y abrazó a Isabella.

—Bien, necesitamos un guía, porque todo aquí son celdas—Dije divertido.

—Es fácil, sólo deben ver lo que no han visto aún—Dijo encogiéndose de hombros.

Internado PNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora