Capítulo 4: Castigo

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El entrenador se paró en frente del gimnasio y con Dereck agarrado de la camisa lo tiró en frente de él. Sonó el silbato y todos corrieron hacia ellos, incluyéndome.

—Hoy no vamos a tener un entrenamiento como el de siempre, hoy vamos a demostrar de qué son capaces. Él será la víctima. Lo tiene como castigo por huir de su habitación e irse hacia un ala no autorizada.—Todos permanecieron callados.—Es principiante pero, no le tengan compasión.

Dicho esto, sonó el silbato y señaló a una chica del montón. Ella se paró en frente y los demás retrocedieron hacia atrás. Dereck se encontraba parado en frente de ella y podía notar el miedo que sentía. La chica hizo unas cosas con las manos y comenzó a lanzar bolas de agua hacia Dereck, todas lo golpeaban, él trató de hacer lo mismo pero era en vano porque aún no sabía formarlas. Iban a matarlo allí. No quería mirar, quería hacer algo pero iban a castigarme a mí también... Además, yo no sé hacer eso. El entrenador sonó el silbato y señaló a otro chico. Dereck se veía bastante indefenso, no podía dejarlo morir así. Miré mis manos y traté de hacer algún tipo de bola de agua o que saliera agua de ellas, pero era imposible, no salía nada de ellas.

A no, era el turno del líder de los idiotas. Todos comenzaron a emocionarse pero yo me comencé a preocupar más porque Dereck ya se veía acabado. Así que tomé valentía y antes de que el siguiente torbellino de agua lo golpeara, corrí y me posicioné en frente de Dereck para protegerlo. Sintiendo así el choque del torbellino contra mi cuerpo, sin embargo, no me dolió ni me afectó en nada.

Me giré y ayudé a levantar a Dereck del suelo, se veía muy malogrado, sin importar que solo fuese atacado por agua.—¿Estás bien?—Le pregunté y él asintió.—Vamos a las bancas.

—¿A dónde crees que vas tú?—Gritó el entrenador en nuestra dirección.

Me giré y lo encaré—Acompaño a mi amigo a las bancas—Dije seria.

Él frunció el ceño a mi respuesta.—Vuelva aquí inmediatamente—Exigió, pero no le hice caso.

Dejé a Dereck sentado en una de las bancas y me giré en dirección al entrenador y los demás chicos y chicas. El entrenador me fulminó con la mirada y se aproximó a mí con gran velocidad.

—No debiste hacerlo enojar, Rach—Escuché decir a Dereck débilmente.

Cuando el entrenador estuvo en frente de mí, me levantó por la franela, mis pies no tocaban el piso, todos los chicos y chicas miraban con atención.—Ahora estás castigada—Dijo serio lanzándome a un lado.

Caí del lado derecho de mi cuerpo y me quedé allí sin moverme por el dolor que sentía al instante, pero rápidamente dejé de sentirlo y fui capaz de levantarme como si nada me hubiese lastimado.

—¿Qué rayos?—El entrenador parecía anonadado.

Caminé hacia él realmente molesta, quería acabar con su existencia. Cuando estuve en frente de él trató de tomar mi brazo pero lo esquivé rápidamente haciéndolo enojar. Sin previo aviso lanzó fuertes bolas de agua hacia mí que logré esquivar con dificultad.

—Vámonos, Dereck—Dije tomando su mano y llevándolo conmigo fuera de este lugar rápidamente.

Estábamos tan cerca de irnos, pero entran dos soldados junto con Lilian por la única salida de este lugar.—Rachel, vendrás conmigo, ahora—Dijo seria. Los soldados me fulminaban con la mirada.

—No iré a ningún lado hasta asegurarme de que Dereck este bien—Dije negándome a ir con ella, luego recordé que si podía sanarme a mí misma, de alguna manera debería de poder sanar a otros.

—No hagas más estupideces que amenacen tu vida, Rach—Dijo Dereck bajo para que solo yo escuchara.

Medité mi idea y decidí hacerlo. Iba a curar a Dereck... o al menos a tratar de hacerlo.—Entonces espero que esto no sea una estupidez—Dije bajo. 

Dereck me miró extrañado, sin entender lo que había dicho. Levanté mi mano y comencé a tocar su rostro, que estaba en malas condiciones. Los soldados tenían la intención de separarnos pero Lilian los detuvo, pude notarlo. 

Pasé mi mano por sus ojos, que lentamente se cerraron, por su frente, mejillas, nariz y labios. Lentamente éstos fueron sanando, como si nunca hubiesen sido lastimados. Tomé sus brazos e hice el mismo procedimiento llegando hasta sus manos, que ya estaban sanadas por el tacto que habíamos tenido antes. Al terminar, le sonreí y él hizo lo mismo. Coloqué mi mano en su pecho y de alguna forma esperaba sanar las otras partes de su cuerpo sin tener que manosearlo porque... No gracias.—Creo que ya estoy bien—Comentó, su voz sonaba bien. Ya no se veía malogrado.

—Salta—Le dije, quería ver si sus piernas estaban bien y ya no le costaba moverlas.

Saltó perfectamente. Mi trabajo estaba hecho, lastimosamente, los soldados me arrebataron a Dereck y se lo llevaron, Lilian me agarró del brazo fuertemente y me llevó con ella fuera del gimnasio.

Literalmente me acarreaba con ella por el pasillo, parecía estar molesta. Deshago el agarre sin problemas, estaba cansada de que me estuviese jaloneando.—¿Qué ocurre?—Pregunto buscando respuestas.

—Estás en muchos problemas—Dijo y me quiso volver a agarrar pero la esquivé.

—Define "problemas".

—El encargado de esta ala mandó a buscarte en cuanto vieron lo que hiciste en el gimnasio. ¿No podías contenerte?—Estaba preocupada, no molesta.

—No quería que le hicieran daño a mi amigo—Me excusé.

—Pero ahora te harán daño a tí.

—No pueden, nada me duele y soy capaz de curarme—Dije sin ningún problema.

—No sabes de lo que son capaces con tal de que cooperes, y con esas habilidades que nunca habíamos visto antes, no sabes de lo que son capaz.

Lo admito, tenía algo de miedo al saber eso.

Internado PNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora