Capitulo Tres

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Sabía que llegar hasta su colegio a pie le tomaría aproximadamente 20 minutos y que en consecuencia llegaría tarde, pero  le importa en lo más mínimo.

Miro hacia el cielo, y vio lo deprimente que se veía, como si le dijera que hubiera sido mejor quedarse en su casa llorando y suplicando porque Alice vuelva, pero Chanel sabía que la muerte era un viaje sin boleto de regreso.

Ella no creía en la religión, pero si lo hiciera, estaría segura que Alice estaría en el infierno. Sonaría cruel, pero para la religión un suicidio es un muy grave pecado y Alice lo había cometido, aunque de todas formas, Alice poco le importaría eso.

Chanel pensaba que la muerte es algo a lo que no hay que temer, es el destino que todos comparten, que al final, la muerte podría ser algo bueno.

Salir de este podrido mundo y descansar "en paz", claro, si eres tú la que se va morir.

Hasta que te toca ser el papel del afectado, el papel del que llora y lamenta la pérdida del ido, el papel del que visita la tumba cada semana deseando que esa persona vuelva a estar entre ellos y decirle aunque sea por última vez lo importante que es para su vida.

Pero al final de la obra, todos los personajes mueren y pagan por lo que hicieron.

Dejo de caminar cuando vio la entrada al colegio y se debatió entre entrar o no.

Sabia, por lo poco que había hablado con lo que parecía ser su ahora única amiga, Michelle, que allí las personas ya habían superado la muerte de Alice.

Ya saben, como una mala noticia de un solo día.

Pero a Chanel poca gente la apreciaba allí, la mayoría no la conocía y si lo hacían solo tiraban falacias de ella. No le importaba, pues no vivía de la gente, sin embargo temía que se metieran con el asunto de Alice, porque ahí se rompería en mil pedazos y ya habían llorado frente a muchas personas.

Podría no entrar y librarse un día más de las miradas que la harán sentir incomoda, podría sentarse en el pasto cerca del parque y terminar llorando en su amiga.

O podría entrar y despejar tan siquiera un poco su mente.

A la mierda, cualquiera de los dos era mala idea en realidad, pero decidió por la que no incluía los asquerosos regaños de su madre.

Si, había llegado tarde, por lo tanto no la presencia de alumnos en los pasillos era nula, soltó un suspiro y camino hasta la oficina del director para hablar de su inasistencia.

- ¿Puedo ayudarla en algo?

La secretaria se encontraba ojeando unos papeles que tenía en su escritorio, al parecer era de transferencia.

-Buenos días amm... Lo que sucede es que he faltado casi todo el mes y mi madre me-

-¿Eres Chanel Clayton?

-Si

No levanto su mirada, seguía ojeando los papeles que ahora parecían que era de ella y sobre su inasistencia.

-Vale, ya sabemos lo que sucedió, puedes ingresar a tus clases con normalidad

-¿Podría darme un horario nuevo por favor?

-Aquí esta

Bien, agradecía que haya sido rápido.

-Claro, gracias

Se dio media vuelta y dio unos pasos, pero la voz de la secretaria la detuvo.

-Lamento su perdida

Midnight MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora