NÉMESIS ━ peter parker

▕ the story of nemesis

CAPÍTULO DOCE
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Ava cerró los ojos en el auto de la tía May, en un intento de procesar todos los acontecimientos recién ocurridos. Hacía unos pocos minutos que habían dejado a Michelle y a Ned en sus respectivas casas, sanos y salvos. Solamente faltaba llegar a casa de Ava.

―¡Los niños ya ni siquiera pueden ir al cine! ―se quejaba May, reflejando su malestar en la velocidad del auto. Ava se sorprendió a sí misma pensando que era más peligroso andar en auto con la tía May que cualquier otra cosa―, ¿en qué clase de mundo vivimos? ―preguntó para sí.

―Por suerte estuvo ese tal hombre araña a salvarnos ―puntualizó Peter, demostrando una clara admiración por el chico de las mallas rojas. May soltó un gruñido de frustración.

―No me parece que las calles sean más seguras con el tal Spider-Man ―comentó ella, chasqueando la lengua. Ava le miró con interés genuino―, es decir... ni siquiera con los Vengadores ―añadió―, nada de alienígenas, dioses y todas esas cosas han aparecido hasta que ellos lo hicieron también. ¿No crees que son un imán de problemas?

Ava miró a través de su ventana, analizando las palabras de la mujer. ¿Era cierto? ¿Los problemas eran atraídos por las personas que intentaban detenerlos? ¿Entonces, sería mejor un mundo sin ellos para que, de manera eventual, los males mayores también desaparecieran?

Ava asintió con la cabeza, parecía un buen razonamiento.

Peter no dijo nada después. Simplemente, miró a través del espejo retrovisor para ver a su nueva amiga, distraída, a saber qué estaba pensando. No pudo evitar sentirse con la responsabilidad de protegerla. Porque, vamos, que unas entidades extrañísimas la estén intentando matar no era cualquier cosa. La carga que sentía era mucho mayor ya que él la conocía.

Mis padres... murieron, la escucho decir en su cabeza. ¿Tendrá algo que ver?

―Llegamos, por fin ―dijo May soltando un suspiro y aparcando en la casa de Ava. Su hermana, Awilda, salió en una exhalación por la puerta principal y corrió a su encuentro, su rostro teñido de preocupación y alivio al ver a su hermana sana y salva.