El chico de los Libros «Ringo Starr». | The Beatles

Te odio. Capítulo 2.

-Por tu culpa nos vetaron, gritona -dije aún cruzado de manos y muy pero muy molesto.

-¿Yo? Jaja, no me hagas reír. Yo no tengo la culpa de que no seas un caballero -bufó.

-Gruñona.

-Tonto.

-Histérica.

-Infantil.

-¡Necesitas un novio! -grite y ella se quedo callada. Automáticamente me sentí mal, estaba usando las mismas palabras que mis amigos.

-Pues tú también, haber si te quita lo tonto o ya de plano unos golpes en la cabeza -comento muchísimo más furiosa.

-Te odio.

-Yo más.

-Ni siquiera sé porque peleo contigo -dije girando para darle la espalda.

-Porque te gusta hacerlo. ¡Ahh!

La escuche gritar pero ya no volteé y seguí mi rumbo hasta casa. Hasta las ganas de buscar otro libro se habían ido. Llegue y me tumbe en mi cama, de repente George entro sin tocar.

-¿Dónde te habías metido, Richard? -pregunto levemente molesto.

-Por ahí, ¿importa? -dije restántole importancia.

-No... bueno, sí.

-¿Por qué? -inquirí, aunque ni siquiera quería saber.

-Por... porque eres mi amigo.

-Eres un bobo, me sé cuidar bien -sonreí sentándome en la cama, él seguía de pie.

-Bueno, la verdad es que tengo algo que decirte.

-¿Qué pasa? -pregunte alarmado.

-¿Podrías hacerme un favor? -inquirió.

-Depende.

-¡Ringo! -alargó.

-De acuerdo -gire los ojos-, ¿de qué se trata? -cuestione de nuevo.

-¿Iriás conmigo y con Kery a una cena? Debo mencionar que es muy importante.

-Mmm... -murmuré.

-¡Vamos Ringo! Eres mi mejor amigo.

-Pero también estan John y Paul -me queje.

-Ellos no pueden, ya les dije.

-Eso les pasa por tener novias... -susurré.

-¿Qué? -quiso saber.

-Nada.

-¿Entonces que dices? ¿Vienes con nosotros? -insisitió emocionado y sonriente, esa sonrisa daba un poco de miedo.

-Si digo que sí, quitas esa sonrisa...

-Amm... sí -la borro de su rostro-. Pero, ¿por qué?

-Da miedo.

-No cabe duda de que eres muy gracioso -menciono entre risas, lo aniquile con la mirada y se puso serio-. ¡Bien! -aclaro su garganta-. Nos vemos mañana a las 6 en tu restaurante favorito, ¡no vayas a faltar por favor! -suplico.

-De acuerdo, allí nos vemos.

Dicho eso, salió de la habitación. Todo era tan extraño, jamás me invitaba a sus "cenas" con Kery... ¿qué se traera entre manos? Será mejor que vaya a la cita si es que quiero descubrirlo.