4. Primer Contacto

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Hongbin estaba dando vueltas en la cama, no sabía por qué, pero su mente repetía la escena donde su compañero de enfrente se le quedó mirando y he intentó decir algo, no conocía a aquel chico para nada, pero tuvo curiosidad por saber quién era, la verdad era muy guapo, y el rubio no le quedaba para nada mal, era algo más alto que él, bueno le sacaba una cabeza a Hongbin.

En el resto del día después de lo que pasó, no dejó de pensar en lo que le habría dicho, parecía tímido e inocente, Hongbin sonrió por su pensamiento mientras miraba el techo blanco de su habitación.

Al día siguiente no habían clases, todavía no empezaban, pero unos alumnos sunbaes les enseñarían dónde estudiarían, cómo son las clases y esas cosas, pero el corazón de Hongbin estaba inquieto, mañana estaría solo, solo había conocido a Cha Hakyeon, un moreno de pies a cabeza con el pelo castaño oscuro, unos ojos negros que les brillaban y una personalidad apta para todo un líder, para todo un duro líder, cuando se le acercó en la cafetería le había parecido que se comportaba como una eomma, aunque eso a Hongbin le daba algo de seguridad y también algo de atadura. Hakyeon puso la excusa de que no quedaba sitio libre, pero no paró de hacer preguntas, al principio sobre la escena del rubio, aunque el se interesó más por el pelinegro que se llevó al alto, luego fue profundizando más en la preguntas, haciéndolas más personales, Bin no las contestó todas, pero sí que se vio obligado a contestar otras, en resumen, Cha Hakyeon, en su primer día de conocerlo, ya sabía que sus padres estaban divorciados, que no tenía contacto con su madre tan solo por unas cartas que ella enviaba y él ignoraba, y que tenía una madrastra muy buena y la mejor que pudo haber conocido, también que tenía una hermanastra.

Tumbado en su cama, en la primera noche dentro de aquella escuela, escuchó unos golpes en la puerta que lo volvieron en sí, aunque no eran a su puerta.

- ¡Hyukkie! - los golpes se pasaron a una puerta más abajo. - ¡Leo!

Los golpes y los gritos se hicieron más fuertes, Hongbin se levantó y abrió la puerta, vio como aquel chico de pelo castaño claro volvía a gritar el nombre de sus amigos, Hakyeon vivía justo al lado, abrió la puerta al mismo tiempo que lo hizo aquel rubio de enfrente de habitación de Hongbin, con las manos en puños se restregó los ojos y parpadeó varias veces, solo tenía puesto un pantalón corto por las rodillas de un color oscuro, su torso estaba completamente desnudo.

- ¡Hyuk! Hyuk - aquel chico se acercaba a Hyuk desde la otra puerta, la mirada de Hyuk y de Hongbin se cruzaron, el chicobde los hoyuelos se quedó igual mientras que el alto cambió sus ojos, se volvieron fríos y duros, miró para otro lado casi al instante y cerró la puerta con el ceño fruncido, ¿qué le pasaba?

- ¿Qué te pasa? - preguntó Hakyeon al chico que se había parado justo en la puerta donde su amigo se la había cerrado en las narices, éste se giró y en un susurro agitado dijo...

- Los fantasmas existe - tragó en seco y volvió a tocar en la puerta que quedaba enfrente de Hakyeon. - ¡Leo!

Éste abrió enfadado, con unos ojos rasgados que parecían que seguían cerrados y seguro lo estaban.

- Hyuk, tenía razón, los fantasmas existen. - Leo abrió los ojos y confundido, que tontería estaba diciendo ahora, levantó la vista y se cruzó con el nuevo amigo de Hongbin, Leo se quedó pensativo, luego empujó a su amigo dentro de su habitación y cerró la puerta, Hakyeon dio un portazo. Hongbin no estaba seguro si la situación estaba calmada o no, pero cerró la puerta y se volvió a la cama, esta vez nada más cerrar los ojos su mente le envió el mensaje de aquel chico rubio, Hyuk y su cara malhumorada, lo peor es que se enfadó cuando vio a Hongbin, él estaba descorcertado, apenas llevaba un día aquí y ya había hecho enfadar a alguien, cómo es posible. Su mente no se callaba, pero el cansancio venció la batalla introduciéndolo en el mundo de los sueños.

Tú otra vez [HYUKBIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora