30

1.1K 79 42
                                    

Tn Fernández

Termine de ducharme e hice tiempo record nunca me había dado una ducha tan rápida, busque algo en mi armario y me puse un vestido color azul rey que me quedaba un poquito arriba de la rodilla y estaba pegado a mi cuerpo, me puse unos tacones no tan altos, color negro.

Me maquille un poco natural, porque sabía que si me maquillaba un poco más esforzado no iba a terminar así que me puse lo básico.

Arreglé mi cabello, que no me dio tiempo de sacármelo cuando ya estaban tocando la puerta, baje a abrir y ahí estaba Mario, tan guapo el wey, le dije que pasara a la sala ya que iba a arreglar mi bolsa, eche mi celular un poco de maquillaje, un espejo y lo que común llevo.

Baje a donde estaba Mario, que estaba sentado en unos de los sillones que tenía en mi casa.

Subimos a su coche e íbamos hablando de todo que lo que habíamos hecho en las vacaciones, Mario era una de esas personas de las cuales puedes hablar tantas horas y siempre tendrá un tema de conversación, nunca te aburrirías de sus platicas.

Llegamos al restaurante y nos dieron una mesa, pronto llego el mesero y pedimos de cenar, el lugar estaba bastante lleno a pesar que eran las 11 de la noche.

Llego la comida y mientras cenábamos, pláticabamos de cosas sin sentido y que no tenían nada que ver.

Entre platicas, risas, muecas de Mario, más risas, terminamos la comida.

Mario pidió postre para los dos, ni siquiera me dejo escoger, ya que el había venido antes aquí y le había gustado el postre que nos iban a traer, sólo me límite a asentir.

Seguimos platicando y venia el mesero Mario se paso de estar enfrenté mío a sentarse a mi lado, no le dije nada pero lo miraba confundida.

Antes que llegara el mesero Mario habló.

- Necesito que te tapes lo ojos - Hablo Mario -

- ¿Para qué? - Hable confundida -

- Sólo haz lo y confía en mi ¿Okey? - Dijo y sólo asentí, me dio un beso en la mejilla -

Cerré los ojos y los cubría con mis manos, la verdad no entiendo nada de lo que esta sucediendo.

Tal vez Mario se quiere comer mi postre, maldito.

¿Por qué siempre pienso que Mario me va a quitar mi comida? -.- nunca lo sabremos, o tal vez si.

- Listo, abrelos - Dijo Mario -

- Hay no quiero, ya me dio nervios - Dije -

- Por favor - Oí que Mario rio -

Con cierto nerviosismo quite las manos de mis ojos, y fui abriéndolos lentamente, vi a Mario que estaba a mi lado, y con su mirada apunto el plato que tenía el postre.

Vi el plato que tenía un pedazo de pastel, y que venía con una frase.

Lo leí detenidamente y lleve unas de mis manos a mi boca sorprendida.

¡MARIO ME ESTABA PIDIENDO QUE FUERA SU NOVIA!

ME VA A DAR ALGO.

ME VOY A DESMAYAR.

- Hemos pasado muchos momentos, se que al principio al conocernos no nos caíamos nada bien y tenías malas expectativas de mi, que no eran falsas de todo, pero cuando Fernando y Valería nos dejo a su hija para cuidarla, me hizo conocerte poco a poco y me gustaste, me encantas y no se que me hiciste pero me tienes loco así que ¿Quieres ser mi novia? -  Hablo Mario nervioso y con una sonrisa  -

Lo abrace ni siquiera podía hablar.

- Si quiero ser tu novia - Le dije en el oído -

Se separo de mi y me tope con un Mario sonriendo, agarro mis mejillas y junto sus labios con los míos en un tierno beso.

Nuestros labios encajaban perfectamente que sentía que tocaba el cielo, sus labios se vuelven una adicción después de que los besas.

Nos separamos y lo volví a abrazar, no me voy a separar de él, aún así sea el fin del mundo.

Que cursi caray.

Terminamos nuestro postre entre risas y a comparación de hace rato había besos a cada momento.

Este hombre me mata.

Salimos de aquel Restaurante y Mario se dirigió a mi casa.

Cuando llegamos lo invite a pasar y le dije que me iba a ir a cambiar ya que estaba súper cansada y también era tarde.

Me puse mi pijama y cuando salí del baño de mi cuarto, vi a Mario acostado en mi cama, ¿Cuándo entro?

Estaba en su celular y cuando se dio cuenta que había salido, me sonrió.

- ¿En qué momento entraste y no hiciste ruido? - Le dije mientras reía -

- Bueno me dejaste solito abajo - Dijo e hizo un puchero -

Pero que tierno.

Reí y me fui a donde tenía mi desmaquillante enfrente de un espejo y me dispuse a quitarme todo mi maquillaje.

Ya cuando terminé que no tarde mucho, que tampoco exagere de maquillaje.

Volteé y Mario seguía en su celular, me acerque y me aventé a mi cama y me recoste poniendo mi cara en medio de la de Mario y su celular haciendo que me viera.

Mario sonrió y apago su celular y me dio un beso en mi frente.

Empezamos a hablar de nuestras anécdotas chistosas y lo que hacíamos de pequeños, me reí como nunca.

Eran al rededor de las 3 de la madrugada y aún no tenía sueño y al parecer Mario tampoco ya que andaba muy risueño.

Unidos por un bebé »MB« {RESUBIENDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora