¿Que pasaría si tuvieras una segunda oportunidad de enmendar tu vida? ¿De ser mejor persona? O ¿Cambiar algunas cosas?
Es lo que le sucedió a Young Mi ella tiene la oportunidad de cambiar las cosas y ayudar a Hae Soo. Juntas verán la forma de volver...
Había pasado un mes desde que murió Myung Hee. A pesar de todo, la había llegado a apreciar, porque éramos muy parecidas. Ambas amábamos al mismo hombre, pero no éramos correspondidas.
Iba seguido a visitar a Hae Soo, pero trataba de no encontrarme con Wook. Ya que mi corazón aún dolía al saber que el amaba a otra.
––¿Cómo has estado?
––No lo sé... ––decía Hae Soo sin muchos ánimos. Ella también se había encariñado con Myung Hee.
––¿Sabes?, creo que estoy cerca de hacer un descubrimiento de como volver ––le decía para poder animarla.
––¿En serio? ¡Eso estaría increíble! Pero, ––me decia mientras jugaba con sus dedos–– ¿crees que, no se... podamos llevarnos a alguien mas?
––Alguien, ¿mas..? ––la miraba algo incrédula y traviesa al mismo tiempo–– Bueno, deja que primero vea si nos podemos ir. No creo que sea tan fácil... ––cuando dije eso último, vi como sus ojitos mostraban tristeza y decepción–– pero también no digo que sea imposible, ¡miranos! somos el claro ejemplo de que lo imposible se hace realidad.
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Ji Mong me había permitido investigar algunos libros que tenia el. Ademas, me dejó estar en aquel lugar, que para muchos les parecía raro... para mi no, ya que había cosas conocidas para mi. Solo me dejo en esa biblioteca con la condición de que me fuera antes que llegarán los príncipes a recibir su clase sobre astronomía.
Estaba tan absorta leyendo y anotando algunas cosas, que no me di cuenta que me miraba en una esquina el tercer príncipe, hasta que me empezó a insultar...
––¡Ja...! ¡Tu! De verdad no sabes cual es tu lugar... ¿verdad? ––decía con una sonrisa de medio lado.
Desde que llegue a Goryeo, ese príncipe y su madre siempre buscaban la manera de ofenderme. Probablemente eso hacían también con la verdadera princesa. Y estoy casi segura... que ellos tuvieron algo que ver con que la Princesa Hye Kyu se haya ahogado.
Me levanté de la silla e hice una reverencia, y volví a mis cosas. La verdad no quería perder el tiempo en algo sin importancia.
––¡Largate! Tu no tienes permitido estar aquí. ––el tono de voz de ese príncipe se oía fastidiado y a la vez prepotente.
Seguí sin responder, me urgía terminar y salir lo más pronto posible. De repente, sentí un dolor en el brazo, y un fuerte jaloneo.
––¡Eres una irrespetuosa! Cuando alguien te habla debes responder ––decía con enojo.
––¡Lo mismo digo Alteza! Usted es el irrespetuoso, debería fijarse en sus modales, ni siquiera me regreso el saludo.
––¿Porque tendría yo que ser respetuoso contigo? ¿Eh? Eres hija de una plebeya. No eres nadie. Si tienes el título de princesa, es porque el Rey sintió lástima por ti, nada mas... Ademas, este sitio está reservado para los 'Principes'.
