¿Que pasaría si tuvieras una segunda oportunidad de enmendar tu vida? ¿De ser mejor persona? O ¿Cambiar algunas cosas?
Es lo que le sucedió a Young Mi ella tiene la oportunidad de cambiar las cosas y ayudar a Hae Soo. Juntas verán la forma de volver...
Sentía pesado mi cuerpo. No podía moverme. Me invadía una nostalgia. El simple hecho de estar recordando ese día que le declare mi amor a Ki-young, me hacía sentir un poco mal...
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Flashback:
––¡Ki Jeong Oppa! Que bueno que si pudiste venir...
––Claro que si preciosa. Para ti siempre sacare algo de tiempo. Sólo que va a ser algo rápido, es que tengo algunas cosas que hacer todavía.
––Si, no te preocupes. Como sabes me iré a Japón a continuar con mis estudios. Y antes de irme... quería... no se... ––no podía creer lo nerviosa que estaba. Quería decirle que lo amaba, no como hermano, sino como hombre.
––Es que... ¡tu me gustas...! ––lo solté sin mas–– Te he amado desde hace tiempo... y ahora ya soy una mujer... puedo confesarte mi amor... ––no pude acabar mi confesión, cuando su celular empezó a sonar.
El solo se limitó a contestar rápidamente ––Te marco al rato...–– Me miró fijamente. Y empezó a alborotar mi cabello. Me sonrió de una manera extraña. Como si le doliera lo que acababa de decirle.
––Eres muy linda al decirme eso. Pero... no puedo corresponder a tus sentimientos...
––Oppa... si es por la edad... ¡hay muchas parejas que se llevan muchos años!
––No es por eso Young Mi-nah. Es solo que... siempre te he querido como una hermana menor. Nunca te he visto de otra forma ––sentía que mi corazón se estrujaba al oír todo eso. Tenia alguna esperanza de que el me amara.
––Ademas, yo... estoy saliendo con alguien. No había podido decírtelo. De hecho, quiero que la conozcas este fin de semana.
No podía mas. Esto fue la gota que derramó el vaso. Tal vez hubiera soportado el hecho de que el no me amara por el momento. Pero quizá, con el tiempo cambiaría. Mi cabeza daba vueltas. Y todavía tenía el cinismo de decirme que quería que conociera a su novia.
––Yo...yo... te aviso.
––¿Estas bien Young Mi?
Como quería que estuviera bien. Me sentía destrozada. Me sentía como una tonta por confesar mi amor.
––Te llevo a casa...
––No... yo puedo irme sola ––sentía que si me quedaba, una lágrima se escaparía.
––L-Lo siento... perdón si te hice creer algo que no es. Tal vez... no me di cuenta que te estaba dando falsas esperanzas.
Eso me acabo más, que se disculpara conmigo. No le dije nada. Sólo me fui.
A partir de ese momento me aleje de Ki Jeong. Me fui a terminar mis estudios a Japón. Y cuando regrese, el se iba a casar. Me insistió que fuera a su boda, ya que según el su hermanita no podía faltar.
Pero coincidió que mi primer trabajo como profesora fue en la Isla Jeju. Así que me excuse diciendo que no podía, porque tenía que acomodar algunas cosas.
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Fin Flashback.
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Pero ahora ya no me dolía como antes. Al parecer había superado ese primer amor. Había sido reemplazado por un amor igual o más tormentoso. Un amor profundo que sentía por Wook. Sabía a la perfección que ese amor jamás sería correspondido.
Creo que así será mi vida. No importa donde este, en la época actual y en Goryeo sería lo mismo. Me término enamorando de alguien que solo me ve como una hermana.
La verdad me ha pasado de todo. Pero espero poder sobrevivir a esto también. Extrañaba mucho a mi padre.
Aunque nunca me lleve bien con el. Antes de irme a Japón, discutíamos por todo. Creo que el nunca pudo superar la muerte de mi mamá. Y yo jamás me he perdonado. Siempre me he sentido culpable por haber nacido y que mi madre no haya sobrevivido.
Esas fueron una de las razones por las que decidí ir a estudiar en el extranjero. Y cuando regrese, me propuse alejarme de mi padre. Y dedicarme a mi trabajo.
La ultima vez que vi a mi padre, tuvimos una discusión muy fuerte. Le dije que ojala uno de los dos muriera. Así estaríamos en paz. Me arrepentí por desear eso.
Pero al parecer se cumplió. Porque ese mismo día, ocurrió el accidente.
Deseaba volver el tiempo y no haber dicho eso. Disculparme con mi padre. Decirle que juntos afrontaramos ese dolor. Pero no podía hacerlo.
Me estaba doliendo la cabeza. Probablemente por el golpazo que me lleve. O quiza tanto estar pensando. No recuerdo quién me dio el golpe. Pero estoy segura que fue ese Príncipe cobarde...
¡Claro...! Por no querer cumplir con su palabra, es capaz de todo. Nada mas que me despierte y verá...
A lo lejos se escuchaba un ruidito. No lograba distinguir que era. También se escuchaban unas voces.
––Doctor, ¿como se encuentra ella?
––Ya esta estable... no se preocupe sólo dejo de respirar unos minutos.
*¿Deje de respirar...? ¡Esa... voz...!*
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