Capítulo 40

1K 93 38
                                    

El anterior capítulo fue una pequeña continuación previa a la boda.
Ahora si este capítulo es la noche de bodas.
Solo que les advierto que no soy buena escribiendo lemon, porque es la primera vez que lo escribo.

Ademas escuchen este hermoso Ost de Taeyeon que en lo personal siento que va bien con este capítulo.

<><>

Narrador:

Sus miradas conectaron, Hye Kyu empezó a sentir cosas que jamás había experimentado. Ella sabía lo que seguía, en el fondo también deseaba estar con So.

So sentía lo mismo que ella, Hye Kyu lo estaba volviendo loco. Agradecía a los cielos por interferir a sí en su destino. Miro a su ahora esposa y comenzó a besarla.

Pov. Hye Kyu:

El beso se intensificó, sus manos comenzaron a quitar los adornos de mi cabello, dejándolo suelto. Pude ver que su mirada estaba llena de deseo.

––Te amo, esposa mía ––escucharlo decirme esposa, fue perfecto.

––Te amo, querido esposo ––tal vez sonaba cliché, pero eso quería expresar.

Entre besos y caricias, la ropa poco a poco fue desapareciendo, hasta quedar en las prendas de vestir interiores. Para mi era algo nuevo está situación. So con cuidado me recostó en aquella cama.

––Relájate ––su voz era ronca, se palpaba la pasión y el deseo.

Me besó tiernamente y fue bajando poco a poco por mi cuello. Luego volvió a subir a mi boca. Así que torpemente, empecé a quitarle algunas de sus prendas. Volvimos a las caricias y de vez en cuando So me susurraba lo hermosa que era y cuanto me amaba.

Finalmente, quede desnuda y el comenzó a quitarse las últimas prendas. Volvió a besar mis labios y al mismo tiempo sentía que su mano estaba en mi entrada. Todo eso me producía una descarga eléctrica en mi zona íntima.

Empezó a estimularme y así llegue a mi primer orgasmo. Esa sensación tan placentera me dejo algo aturdida. Aún estaba recuperando el aliento, cuando siento que So frota su miembro en mi entrada.

––Sólo será un dolor pasajero ––me dijo, yo solo asentí.

Poco a poco fue penetrándome, mientras me besaba con ansias, como distrayendo mi mente del dolor que sentía. Pero tal como dijo, no duro aquel dolor. Más bien, era una variedad de sensaciones que se mezclaban en todo mi cuerpo.

––Aún te duele ––me pregunto, negué con la cabeza y comencé a moverme.

Aquel vaivén era único. Me hacía sentir plena. Pronto empecé a sentir aquellos espasmos en mi bajo vientre y llegue al orgasmo. Más besos nos proporcionamos, y sentía que esto no había terminado.

So empezó a moverse nuevamente, las estocadas eran profundas y más rápidas, sentía que iba a morir de tanto placer. Mi mundo era solo ese instante y de los dos. Sentía que llegaba a mi tercer orgasmo, y junto conmigo, So y yo alcanzamos el clímax.

So estaba aún encima de mi, ambos con la respiración entrecortada. Nuestras miradas conectaron y una sonrisa apareció en su rostro. Comenzó a repartir besos suaves en mi rostro.

Se dio vuelta y se recostó en la cama atrayendome a el. Suspiré profundamente, quizá por tanto amor o tal vez estaba agotada. Me quede dormida soñando con ese maravilloso instante que compartí con So.

¤

Desperté y vi que ya estaba vestida, no recordaba en que momento me había puesto las prendas interiores. De pronto vi un brazo que rodeaba mi cintura, un clic se activo en mi mente y recordé la noche anterior. Mi rostro seguro estaba sonrosado.

––Aún es temprano ––dijo So cuando intente moverme–– quiero disfrutar más estar contigo.

Voltee mi cuerpo quedando frente a él. Al verlo tan pacífico, me dio mucha ternura y no me contuve en acariciar su rostro. So sonreía con los ojos cerrados, como disfrutando de mi tacto.

Me preguntaba si ese era el Gwangjong que describen en la historia. Como podía ser un hombre despiadado y cruel; cuando tenía remordimientos por matar a su hermano.

––¿En que piensas? ––So me miraba fijamente, salí de nube de pensamientos y dudas.

––En cuanto te amo.

––Aigoo, ¿Me amas mucho?

––Mucho es poco, mi amor no podría caber en este mundo ––So me acerco a el y me abraza muy fuerte. Quiero detener todo, llevarlo si es posible a mi época y evitar todas las desgracias.

––¿Era eso en lo que pensabas? ––me dice aún aferrado a mi–– A veces siento que temes de algo, te observaba en silencio y notaba dolor y angustia en tu rostro, y me preocupaba por ti ––el me hace que lo vea y tengo lágrimas en mis mejillas, no quiero ver sufrir a nadie.

Cada día mi angustia es la misma, y presiento que algo malo esta por venir. Pero tampoco no se que hacer. Sonrió y le doy un pequeño beso en los labios.

––Estoy bien ––le susurró.

––Quiero que me tengas la confianza de decirme tus inquietudes. Ahora soy tu esposo y compañero de vida, si tu estas mal yo también lo estaré ––lo pensare un poco mas si contarle la verdad, por ahora solo asiento con la cabeza, afirmando que confiare en el.

La mañana fue un poco ajetreada. Estuve conociendo mi nuevo hogar. Voy a vivir en Songak, no muy alejado del palacio, ya que So tiene que estar cerca de él Rey. Por el momento me ausentare de mis actividades como Dama de la Corte.

Dejé a cargo a una de las Damas de mi confianza, para que siga supervisando que Damiwon este bien y las labores relacionadas con su Majestad.

Y así pasaron las semanas, el Rey no mostraba mejoras, su salud iba empeorando. Muy pronto iba a morir, pero había algo que no me cuadraba, sentía que la historia que conocía estaba muy lejos de lo que sucedía en estos momentos.

La culpa me invadía, quizá Ji Mong tenía razón, interferir así, trae consecuencias. Con ese sentimiento me dormí. Pero tuve una pesadilla, el Tercer Príncipe Wang Yo estaba vivo y mataba a Eun y su esposa. Desperté gritando y sudando.

––¡Hye Kyu! ¡Hye Kyu! ––me movía So, a lo lejos escuchaba su voz–– ¿Que te ocurre? ¿Tuviste un mal sueño? ––comenzó a tocar mi rostro–– ¡Tienes fiebre! ––vi que se levantaba y llamaba a algunas sirvientas.

Sentía que mi cuerpo flotaba, no distinguía la realidad y el sueño. Me dio un té para calmarme pero mi pecho se sentía oprimido, el aire me hacia falta. Me levanté de la cama como una loca.

––Hye Kyu, ¿que te sucede? ––So estaba asustado, la forma en la que actuaba no ayudaba–– Voy a llamar al médico ––lo detuve en la puerta.

––Salva a Eun ––le dijo llorando–– Salvalo... ––después todo se volvió negro.

<><>

ɱσσɳ ℓσѵεɾร: รcαɾℓεƭ ɦεαɾƭ ɾყεσ (Adaptación) 1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora