CAPITULO 28: UN NUEVO MIEMBRO

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-¿Y bien?- Preguntó un castaño sentado de espaldas en una silla de cuero muy elegante e imponente.

-No estaba, parece que salió con sus padres.

-Que mala suerte ¿Y mañana estará?

-Seguro.

-Bueno, está claro que no salió con sus padres.

-No le conozco nadie cercano a Julia Vólkova.

-Parviz, Parviz, Parviz; No seas ingenuo ¿Piensas que en todo este tiempo Vólkova no ha podido clavarse con alguien más.

-No dudo que haya tenido aventuras pero es imposible que se haya vuelto a enamorar, no tienes idea de como me lloró.

-Estás muy desactualizado.

-¿Entonces dime quién fue la persona de la cuál se enamoró?

-No te contraté para hablar de la vida personal de tu ex novia.

-Eres mi jefe pero no tienes derechos sobre mí.

-De cualquier manera, es mejor que lo sepas no quiero que armes un escándalo si la ves besándose con su hermosa acompañante.

-¿Hermosa? ¡Es una chica!

-Bravo capitán obvio.

-Eso no.... No puede ser.

-Yo también lo aborrezco me da asco de sólo recordarlas.

-Espera un minuto ¿La has visto?

-Sí en San Petersburgo es una sexy pelirroja no puedo creer que Vólokova siempre se consigue las mejores mujeres.

-Está claro que vinimos a Moscú para que establecieras tus negocios aquí Rupert.

-Así es, pero sabes... No sería mala idea comenzar a intervenir en la vida de ambas chicas.

-¿Qué planeas?

-No sólo destruiremos a Julia por fuera sino también por dentro.

-¿Y con nosotros 2 bastará?

-Hay que ser cuidadosos en este asunto, lo esencial sería investigar a esa chica.

-Dejamelo a mí, yo conozco más personas aquí de lo que tú piensas recuerda que aquí estudié el bachillerato y me hice de muchas amistades.

-De acuerdo, sólo no lo arruines.

-No lo haré y bien ¿Cuál es el nombre de tal belleza?

-Elena... Elena Katina.

-Veré que investigo nos vemos después Rupert.

-No falles cuento contigo.

Parviz salió de aquella oficina con paso firme y decidido, después de todo era la hora de sacarle provecho a sus viejos contactos y lo más importante era poder acabar a la siguiente víctima, sí bien él nunca amo a Julia, jamás se permitiría el hecho de que fuera feliz, nada era más satisfactorio para Parviz que el dolor ajeno y las lágrimas y humillaciones de la pelinegra siempre lo harían sentir vivo e importante.

Al día siguiente en un café se encontraban desayunando y conversando ambas chicas de manera amena.

-Diablos sí estaba hambrienta.

-Julia- Mencionó riendo la pelirroja- Es imposible llenar el gran estómago que tienes.

-Mira que como mucho y no engordo.

-Eso es porque haces ejercicio.

-¿Que no te parece que tenga un cuerpo escultural?- Bromeó.

-Tienes... Buen cuerpo- Contestó mientras se llevaba un pedazo de pastel a la boca.

Del Chantaje al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora