✖El Amor No Existe✖ (BL) (Finalizada)

V

Comentarios, cotilleos, susurros.

Todos sobre el mismo caso que hace poco salió en la televisión.

Me encontraba sentado en un banco del recreo, estaba solo y escuchaba música.

"Estaba solo" hasta que Marcus, junto a su "grupo de amigos" se acercó hacia mí... Bufé.

—¡Hola Alex! ¿Vienes a hablar con nosotros?—. Me propuso Marcus, lo miré fríamente.

—Detesto las personas, ni en broma, imbécil —. Respondí cortante, él suspiró.

Le dijo a sus amigos que se fueran sin él, y se sentó a mi lado.

—¿Dónde está Alan?—. Preguntó curioso.

—En el baño, callate ¿si? Estoy tratando de escuchar música —. Me quejé entre un gruñido, este sonrió.

—¿Puedo escuchar tu música?—. Negué— ¿Por qué?—.

—Porque no te gustará, es "sádica" y es MI MÚSICA—. Resalté. En ese instante apareció Alan, que se sentó al otro lado mío.

—¿Habéis visto las noticias?—. Rodé los ojos, ya iban a empezar.

—¡Sí! Para no enterarse, no me puedo creer que un caso así haya ocurrido en este barrio, que miedo... A partir de hoy no dejaré a mi gato salir por las tardes—. Respondió Marcus.

Gruñí.

—¿Tanto alboroto por un simple perro? Que estupidez—. Comenté.

—Es triste porque el hombre denunció que su perro no había vuelto a casa, empezó a buscarlo... Y encontrarlo en un callejón tirado en el suelo desangrándose... M-Me parece muy cruel—. Respondió Marcus— Si yo encontrara a mi gato en ese estado no sé como reaccionaría —.

—Dicen que lo cortaron por la mitad —. Rodé los ojos.

—Mentira, le cortaron las patas traseras, las orejas y lo apuñalaron unas diez veces—. Respondí seguro.

No recuerdo haber hecho nada más.

—Wow... Si que estás informado del caso—. Dijo Alan, lo ignoré.

—Mi gato no podrá salir hasta que atrapen al culpable, y es una pena porque él adora ir yendo de allí para ayá—. Lo miré de reojo.

—¿Tú gato es negro?—. Pregunté.

—¡Sí! Es muy lindo y tierno, se llama Zafiro, como el color de sus ojos—. Puse una mueca, solo le había preguntado si era negro y ya me había dicho todos los malditos datos del gato.

—Solo te pregunté si era negro—. Me burlé, él sonrió.

—¡Awwww! Que tierno te ves cuando te burlas, se te quita esa cara de serio que siempre llevas—. Me avergoncé, sintiendo mis mejillas arder.

Ahg, maldito me has hecho sonrojar, la próxima vez que vea a tu gato por la calle le saco las tripas.

Negué esos pensamientos, ayer ya me liberé, no más en dos meses... Debo tener fuerza de voluntad joder.

No quiero acabar en la cárcel.

—¿Qué piensas? Oye... ¿¡Y si quedamos este sábado!?—. Dijo ilusionado Marcus, bufé.

—Ni siquiera eres mi amigo tarado, y además, yo no quedo—. Respondí serio. Alan en cambio suspiró.

—Por mí bien, no tengo nada mejor que hacer—. Dijo con una tierna sonrisa. Rodé los ojos, siempre sonriendo porque si.